miércoles, 31 de enero de 2007

Carta de Prochazka al semanario Caretas

Enrique Prochazka, conocido y celebrado escritor peruano (uno de los más importantes de las últimas décadas) ha sido víctima de una información falsa que intenta manchar una reputación a todas luces intachable. Enrique ha enviado al semanario Caretas, que difundió aquel lamentable desacierto, una carta en la cual hace su descargo. Suponemos que dicha misiva, como corresponde, aparecerá completa en la edición de mañana de la revista. De todas maneras, publico, previa autorización del autor, la carta completa.

Señores Caretas:
En las pp. 18 y 19 de su anterior número, su revista exhibe un llamativo publirreportaje (“El negocio que lo tumbó”) que me menciona como protagonista de un formidable plegamiento espacio-temporal. No voy a demorarme en refutar cada una de las entretenidas zonceras que adornan el resto de la página (p. ej. Alberto Fuster no era “desconocido”, ni “merodeaba” por el despacho: estaba allí por invitación de Pilar Mazzetti, que lo conoce perfectamente y ha empleado sus servicios cuando fue ministra de Salud; mucho menos es de “ascendencia israelí”…). Ya antes he tenido ocasión de apreciar el buen gusto de CARETAS en materia de narrativa fantástica. Sólo que en este caso olvidaron advertir al lector con un cintillo, como es usual con El Cuento de las Mil Palabras y el ocasional publirreportaje encargado.
No obstante, no puedo dejar de destacar el rasgo más alucinatorio de su microrrelato: presenté mi renuncia a la ministra el día 16 de diciembre, la que fue aceptada en la resolución fechada ese mismo día. El citado publirreportaje dice que “a fines de diciembre” Mazzetti ordena indagar cierta compra. Luego, “descubre” una “sobrevaloración” (¡falso!) y luego, asombrosamente, ¡retrocede MÁS DE DOS SEMANAS en el tiempo y me extirpa del Mininter con goce quirúrgico!
Ya pues, CARETAS. Les declaré a Uds., al teléfono, que mi salida del Mininter fue a mediados del mes y que nada tuvo que ver con procesos de compra. Me fui porque estaba realmente cansado de las mentadas de madre de Pilar Mazzetti. Si tenían mis declaraciones al respecto, al menos pudieron haberlas consignado, con las FECHAS en su sitio. El mero intento de imaginar la sintaxis requerida para convencernos de que la doctora supo algo el 30 de diciembre que motivó mi erradicación el 16 de diciembre los hubiera disuadido de escribirla… y librado de este ridículo.
Finalmente —como me ha sugerido nada menos que Marco Zileri al teléfono— tan sólo por aceptar firmar los aspectos antisemitas de ese vistoso publicherry, al sr. Zambrano CARETAS debería premiarlo con un bigotito hitleriano —de esos que tan acertadamente distribuyen en su propia carátula. ¿O no lo escribió él? Vamos, muchachos: confío en que la próxima vez intentarán hacer periodismo. Saludos,

Enrique Prochazka
DNI 07726293

PD. Esta carta aparecerá completa en varios medios, espero que también en su semanario.

domingo, 28 de enero de 2007

MdN: "El secreto de la trapecista", Oscar Málaga


Aunque por momentos lo aparente, El secreto de la trapecista (Alfaguara, 2006) de Oscar Málaga– no es una novela histórica. Está ambientada en la Lima de 1831 y describe una atmósfera transida de caos, violencia y segregación. Sin embargo, todo es parte de la ficción, porque en realidad esta segunda entrega novelística de Málaga (poeta reconocido y premiado) se erige como una gran fábula de amor.

La novela nos narra la vida al interior de un circo bastante venido a menos. El Circo Cielos Americanos se encuentra en plena caída libre y el dueño, José Basagoitia, lo intentará todo en su afán de salvarlo de la bancarrota. En esa empresa unirán fuerzas todos los integrantes del circo, personajes extraños, fácilmente vinculables con lo gore, como La Mujer Barbuda, El Hombre Más Fuerte del Mundo, El Tragafuegos, entre otros. Personajes bien delineados por el autor, quien les ha insuflado una ternura que aparentemente podría contrastar con sus propias naturalezas, pero que hace de éstos seres singulares y realmente entrañables.

Salvar al Circo sobre todas las cosas (el circo como símbolo del bien común de sus integrantes), esa parece ser la consigna de Basagoitia. Y en esa línea está dispuesto a sacrificar incluso hasta su amor por La Trapecista de Quince Años y con el Pelo Rubio, a quién pretenderán hacer pasar por una princesa rusa para que pueda contraer nupcias con el aristocrático y pusilánime coronel Juan de Alcazar y Benavente.

Otra peculiar relación sentimental es la que mantienen La Mujer Barbuda con El Hombre Más Fuerte del Mundo. Hay una escena, por ejemplo, en la que luego que La Mujer Barbuda por fin le ha dicho que lo ama, el Hombre Más Fuerte del Mundo logra que ella le confiese que eso mismo lo ha dicho otras veces. “Eres una puta, Mujer Barbuda, una puta...”, le espeta, ofendido e iracundo. En ese momento ella le descarga una feroz cachetada y le dice: “No seas imbécil, o no sabes que cada vez que una mujer dice te amo lo dice siempre por primera vez”.

En contraposición con lo que sucede fuera, en esa Lima que parece tan actual, signada por la desunión y al borde de una guerra civil, el Circo se muestra como un lugar en el que, a pesar de las diferencias, todos persiguen un fin común. El secreto de la trapecista es una novela que entretiene, pero que, además, posee la virtud de generar, en un lector diligente, un punto de partida para más de una reflexión en torno a la naturaleza humana.


*MdN (Mesa de Noche): sección de comentarios libres sobre libros que puedan despertar en mí algún deseo de compartir algunas impresiones particulares.

Entrevista a MARIO BELLATIN


Mario Bellatin ha logrado reducir al máximo la presencia del autor en cada uno de sus libros. En algunos casos, arropado bajo el disfraz de inexistentes traductores o compiladores literarios. Mario Bellatin ha venido al Perú, tras algunos años de ausencia, especialmente a presentar la edición peruana de Perros héroes (Matalamanga) en Lima y en la Feria del Libro de Trujillo. En esta entrevista desliza algunas pistas sobre su nueva búsqueda creativa.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

En Lima circularon algunos ejemplares de Perros héroes, en la edición argentina de Interzona. Ahora, la editorial Matalamanga ha publicado una bonita edición de la novela. ¿Cómo tomas esto?
Cada edición se trata de una nueva obra. Busco en lo posible de que cada libro aparezca como si fuese acabado de escribir. Existen varias ediciones de Perros héroes, en Alfaguara, en Interzona, en Matalamanga, en Ravenna Press, en Pasagge du Nord Ouest, pero no creo que ninguna sea igual a otra, me refiero al texto, y que ninguno anule al otro.

¿Existe la posibilidad de que aparezca en Lima alguna edición peruana de algún libro que no haya llegado a nuestras librerías?
Siempre he publicado en varias editoriales al mismo tiempo. Me parece interesante ver cómo los textos toman distintos caminos según las rutas que le tracen los editores. Hay varios libros que no se han publicado en Perú y me gustaría escuchar propuestas creativas de los editores peruanos para hacer que los proyectos editoriales funcionen realmente.

El protagonista de Perros héroes, este hombre invidente e inválido, existió realmente. ¿Cómo llegaste a él?
Cierta tarde contesté a un aviso del diario donde anunciaban la venta de perros pastor belga malinois. Fue como descubrir una arruga de la realidad donde estaba contenida la ficción, lo que una ficción inducida, la de había una vez, difícilmente puede lograr.

En la concisión de tu lenguaje, o como diría Villoro, en “tus frases pulidas como piedras”, advierto una particularidad en la medida que a través de ésta cobra gran dimensión lo que no se dice, aquello que el lector debe ir completando...
Es tiempo de devolverle al lector la libertad de recrear sus propios universos. Es por eso que trato de que los textos aparezcan como aparecidos de la nada. Sin un contexto determinado o un autor cargado de respuestas sosteniéndolo. Sé que lograr esto es algo imposible, pero jugar a esa posibilidad puede ser un buen pretexto para escribir.

Tus novelas se han publicado en muchos países y traducido a varios idiomas. ¿En dónde consideras que se han entendido mejor?
No estoy muy atento a lo que ocurre con los libros después de publicados. Sin embargo, he recibido trabajos sumamente interesantes de críticos que han construido discursos propios tomando a mis libros como base. Para mí ha sido importante ver cómo un texto puede generar otro texto autónomo. Estos trabajos se han hecho mayormente en Francia y en Argentina.

En Lima tienes una gran cantidad de lectores e, incluso, muchos jóvenes escritores se sienten cercanos a tu manera de entender la literatura. ¿Cómo tomas esto en relación a lo que sucedía en la década del noventa?
Lo que afirmas me causa mucha satisfacción, pero no sé si sea cierto. Ojalá haya alguien que se sienta cercano a lo que hago. No tengo mucho contacto con lo que sucede aquí. Lima se ha reducido a dos o tres amigos. En la década del noventa tampoco sabía mucho lo que sucedía. En ese tiempo Lima también estaba reducida a dos o tres amigos. Lo demás, lo externo a mi encierro de escritura, siempre lo consideré como un plus que nunca ha tenido que ver con las cosas que estaba o estoy haciendo.

Alfaguara publicó en México (según me contó Ezio Neyra), un libro que reúne varias de tus novelas. ¿Esta publicación tiene que ver con la idea de que tus libros dialogan entre sí y son partes de un todo?
Es extraña la parte de la pregunta, “según me contó Ezio Neyra”. Me da la sensación como si se dudara de la existencia del libro. Cosa que sería perfecta. No hacer un libro sino sencillamente nombrarlo y lograr así su aparición. Me da una idea de lo que pretendo hacer ahora. El escribir sin escribir. El lograr una obra literaria sin necesidad de escribirla de la manera como se supone se escriben los libros. Para lograr esto, que todavía no sé bien cómo hacerlo algo concreto, el primer paso era librarse del escritor llamado Mario Bellatin, y qué mejor camino que sepultarlo debajo de la edición de una obra completa.

miércoles, 24 de enero de 2007

MARTÍN ADÁN: Obra poética reunida

Acaba de aparecer Obra poética en prosa y verso de Martín Adán. La edición ha estado a cargo del poeta y académico Ricardo Silva-Santisteban, quien además escribe un interesante prólogo.

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Qué puede decirse de la vida del poeta Martín Adán que no se haya dicho antes? Su azarosa existencia, a salto de mata entre la bohemia y la celebridad, ha sido siempre comidilla periodística, material predilecto para la construcción de mitos. Desde una infancia particular, regida por una enérgica y dominante tía Tarcila, hasta su internamiento en el hospital Larco Herrera debido a serios problemas de alcoholismo, Martín Adán, cuyo verdadero hombre era Rafael de la Fuente Benavides, consolidó, sin proponérselo, una imagen de poeta maldito que atrajo la atención de muchos. Uno de ellos, cuenta la leyenda, fue el beatnik Allen Ginsberg.

“¿Quieres tú saber de mi vida?/ Yo sólo sé de mi paso,/ De mi peso/ De mi tristeza y de mi zapato”, precisó Adán en Escrito a ciegas, una especie de autobiografía poética escrita, como lo cuenta Juan Mejía Baca, ante el pedido de una estudiosa argentina (Celia Paschero, colaboradora de Borges) que requería del poeta una breve reseña biográfica. Sin embargo, lejos del biografismo, Adán perdura gracias a la solidez y particularidad de su obra poética, aquella que lo sitúa, según algunos, en una posición de privilegio, superado apenas por Vallejo.

Salvo por La casa de cartón, aquella inclasificable obra literaria que no ha dejado de reeditarse, sus libros posteriores se han vuelto inubicables, codiciados objetos para coleccionistas. Por suerte, acaba de aparecer su Obra poética en prosa y verso –edición, prólogo y notas de Ricardo Silva-Santisteban– en la serie Obras esenciales que publica el rectorado de la PUCP. Una feliz iniciativa, pues, como apunta Silva-Santisteban, se trata de una obra que es necesario “conocer en conjunto para poder apreciarla con justeza en todo su valor”.

Así, el libro presenta la obra de Adán teniendo como base las primeras ediciones, publicaciones periódicas y diversos manuscritos proporcionados por Juan Mejía Baca, que actualmente se encuentran en la colección Martín Adán de la PUCP. En el caso de La casa de cartón, se han compulsado las ediciones de 1927 y la de 1958, corrigiéndose todos los errores evidentes. La discusión sobre el género al que tendría que adscribirse esta obra parece inacabable. Aunque, claro, parece haber consenso en cuanto a que de ninguna manera se trata de una novela. Luis Loayza prefiere llamarla “un largo poema en prosa que vuelve siempre a un lugar, a un recuerdo determinado”. Para Ricardo Silva-Santisteban se trata de una “especie de semblanza irónica, sentimental y vanguardista de Barranco en que el autor vierte sus impresiones en fragmentos donde su visión de poeta condensa los elementos de la realidad sensorial en cuadros de un estilo, a la vez que preciso, deformante con los elementos técnicos que le brinda su inimitable dominio del lenguaje”.

El libro contiene además dos fragmentos de Dan y los animales dibujados, Itinerario de primavera, Aloysius Acker (con un largo fragmento inédito), La campana Catalina, La rosa de la espinela, Sonetos a la Rosa, Poemas varios, Travesía de extramares, Escrito a ciegas, La mano desasida, La piedra absoluta, Mi Darío, Diario de poeta. Irrefutable muestrario de un poeta que ha delineado una obra de trascendental valía en nuestras letras.

MAS DATOS
El libro contiene, además, un CD con la voz del propio Martín Adán recitando algunos de sus poemas.

martes, 23 de enero de 2007

Ryszard Kapuscinski (1932-20007)


Una lamentable noticia para el periodismo mundial. El gran maestro Ryszard Kapuscinski, uno de los maestros del reportaje ha fallecido hoy.

La agencia EFE así lo informa:

Varsovia, 23 ene (EFE). El destacado escritor y reportero polaco Ryszard Kapuscinski, uno de los grandes maestros del reportaje, falleció hoy, martes, en la capital polaca, a la edad de 74 años, informó la televisión TVN 24 horas.
El escritor padecía una grave enfermedad y había sido sometido a una complicada operación el pasado sábado.
Nacido en la localidad de Pinsk, hoy perteneciente a Bielorrusia, dedicó toda su vida a la descripción periodística de lo que veía durante sus múltiples viajes por los cinco continentes.

viernes, 19 de enero de 2007

Jornadas Matalamanga

Ezio Neyra me ha enviado, muy amablemente, el programa completo de un muy interesante evento que está organizando la editorial Matalamanga. A continuación la información completa.


Primeras jornadas de conversación Matalamanga
(Miércoles 24 y jueves 25 de enero de 2007)

El Grupo Editorial Matalamanga se complace en invitarlos a las Primeras jornadas de conversación Matalamanga. El evento, que se llevará a cabo el miércoles 24 y el jueves 25 de enero en Drama (Av. Pedro de Osma 135. Barranco), tendrá como objetivo motivar el diálogo entre creadores contemporáneos, y entre estos y el público asistente.
Esta primera edición tendrá como invitado especial a Mario Bellatin, quien presentará Perros héroes, su más reciente libro publicado en Perú, y que también participará de una mesa de conversación junto a Iván Thays y Enrique Prochazka.
Aunque quizá el interés central de estas jornadas sea la creación literaria, también contaremos con creadores de otras artes como Mariella Agois y Enrique Polanco.
A continuación podrán encontrar el programa detallado del evento. Al finalizar el mismo, se llevará a cabo una fiesta en el mismo local.

Agradecemos su difusión y asistencia.
Saludos cordiales,
Editorial Matalamanga

PROGRAMA:

Miércoles 24 de enero

6.30 p.m.
Redescubriendo a Puig.
A cargo de Graciela Goldchluk.

7.30 p.m.
Relaciones entre artes plásticas y literatura.
Conversan Mariella Agois, Enrique Polanco, Miguel Ildefonso y Pierre Emile Vandoorne.

9.00 p.m.
¿En qué andan los narradores de los 90?
Conversan: Mario Bellatin, Enrique Prochazka e Iván Thays.

Jueves 25 de enero

6.30 p.m.
Lectura de poesía.
Enrique Prochazka y Oscar Limache presentan a Daniel Smisek, acompañados de Jerónimo Pimentel y Jose Antonio Villaran.

7.30 p.m.
¿Qué hay de nuevo? Mesa de narradores recientes.
Participan Leonardo Aguirre, Edwin Chávez, Augusto Effio, Ezio Neyra, Johann Page, y Carlos Yushimito.

9.00 p.m.
Presentación de Perros héroes. Tratado sobre el futuro de América Latina visto a través de un hombre inmóvil y sus treinta Pastor Belga Malinois.
Participan Luis Millones, Graciela Goldchluck, Augusto Effio, Ezio Neyra y Mario Bellatin.

FIESTA DE CIERRE

viernes, 12 de enero de 2007

Entrevista a ENRIQUE SANCHEZ HERNANI


Sin la música la vida sería un error, solía decir un siempre categórico Nietzsche. Enrique Sánchez Hernani no sólo comparte aquel axioma sino que, además, acaba de publicar Vinilo (Fauno editores, 2006), poemario a través del cual rinde un homenaje al rock and roll.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR


Tu afición por la música (sobre todo por el rock) ya se traslucía a través de poemas sueltos en anteriores libros. ¿Cómo se gesta, en ese sentido, Vinilo?
Como integrante de la generación del 70 –yo empecé a publicar poesía de manera regular en 1976-, estuve profundamente influido por uno de los fenómenos culturales más importantes de aquella época: el rock. Por ello, tal como anotas, este género, y la música en general, siempre ha estado presente en mi escritura. El proyecto de Vinilo, 42 poemas del rock’n roll, se gesta, sin embargo, tras un descubrimiento: que en el mercado local circulaba de manera más o menos clandestina una oferta de cd de rock remasterizados de las décadas del 60 y 70, más allá de la música de los Beatles o los Stones, que son de difusión más o menos comercial. Hablo de Janis Joplin, Hendrix, CC Revival, Cream, The Who, Led Zeppelín, Animals, Joe Cocker, Ten Years After y otros grupos y solistas más. Esto me devolvió a mi adolescencia y a partir de ello dejé fluir mi memoria y mi nostalgia. Ahora tengo casi 250 cd con música de aquella época.

¿Se puede decir que, además de homenaje al rock and roll, es un tributo a toda una época?
Indudablemente. Los años 70 y fines de los 60 fueron de profunda confrontación generacional. Por entonces los jóvenes nos moldeábamos en imitación de los ídolos del rock que no sólo difundían su música sino todo un nuevo comportamiento. El rock construyó una contracultura, la de los jóvenes y el flower power, el hippismo, el amor libre, el uso de drogas blandas y toda la corriente pacifista y antibélica que fue un fenómeno mundial. Y por cierto, en América Latina, todo esto iba más o menos de la mano con un socialismo de contornos utópicos e idílicos, que se rompió luego con el socialismo real, que fue la negación enfática del idealismo de entonces. Cayó el muro de Berlín y con él toda una época. Pero las ideas de fraternidad, igualdad y cambio quedan, y eso se ve en Vinilo.

¿Al poeta y al músico de rock los une un halo de marginalidad y rebeldía?
Ciertamente. La poesía es posiblemente un género en extinción que se va reinventando a sí misma, pero que por su radical desarrollo ahora sólo se mueve entre públicos exiguos y cada vez más pequeños, a despecho de su profundo poder de conmoción. El rock también fue, entonces, una conducta marginal. Por supuesto que no podemos referirnos a la música juvenil de esta época, manejada sin descaro por grandes transnacionales que inventan y destruyen bandas o cantantes como si fueran un detergente. La rebeldía del rock es la misma de la poesía; entre ambos ejercicios hay una comunicación vital. El poeta, como el verdadero músico de rock, siempre será un inconforme, alguien que debe descubrir la belleza más allá de lo banal y lo aparente.

A diferencia del rock que ha sucumbido a la industria del entretenimiento, ¿es la poesía el único territorio puro artísticamente?
Sin duda alguna. No es desconocido que hasta la narrativa ha sucumbido a ser trabajada en comunión con los editores de los más grandes sellos editoriales, que pulen, transforman y cambian cualquier producto narrativo, adecuándolo al gusto público, con fines de ventas. Yo no conozco de ningún poeta al que su editor le haya modificado un verso, salvo que haya sido en uso del buen gusto o de una idea estética. Por eso la poesía sobrevive con pequeños tirajes y con ediciones de autor. Pero aún así, creo que quienes leen poesía tienen una fidelidad más encomiable que quienes leen sólo prosa; es la fidelidad a la espiritualidad y la belleza pura.

¿Qué rescatas, a la distancia, de La Sagrada Familia?
Ese sentido iconoclasta que nos animó durante años, el trabajo de la poesía como una catarsis de grupo, los talleres de creación entre nosotros mismos, el descubrimiento de la poesía como una tabla de salvación. Y la amistad, por supuesto. Creo que los poetas, entonces, éramos más gregarios que ahora, quizá siguiendo el influjo de la época. Felizmente han sobrevivido la amistad y la poesía. A pesar de la ruptura, que ocurrió por un choque de personalidades entre dos miembros del grupo, puedo hablar con todos. Si no hubiese sido por ese fuego que nos animaba entonces, quizá otra hubiese sido mi historia.

Una pregunta inevitable: ¿Beatles o Rolling stones?
Difícil responder eso. Aunque los Stones tienen un rock’n roll más profundo y salvaje, que es la cuna del género, los Beatles terminaron por ser más universales y experimentales. Uno no puede entender como hicieron desde Love me do hasta cosas como Helter Skelter, o álbumes como Rubber Soul o el álbum blanco. Oír ahora a los Beatles es encontrar en cada tema un motivo de profundo regocijo, que remueve la memoria y la sangre. Pero los oigo a ambos, eso es ineludible.


* Versión completa de la entrevista que, por espacio, se publicó editada en el diario Correo el 12/01/07

martes, 9 de enero de 2007

Entrevista a AUGUSTO EFFIO


Augusto Effio pertenece a esa clase de escritores para quienes el lenguaje, como apunta Enrique Prochazka, es, más que una herramienta, un fin en sí mismo. Lecciones de origami (Matalamanga, 2006), además de ser una prueba irrefutable de ésto, nos presenta a un diligente observador de la naturaleza humana

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

Los relatos del libro conforman una unidad. ¿Cómo lo concebiste?
Siempre tuve claro que las seis historias formaban parte de una unidad. Existen dos tipos de cuentos para mí: cuentos con biografía, que van creciendo, que tienen su niñez, su adolescencia, su pubertad. El tiempo puede enriquecerlos o no. Pero hay otro tipo de cuentos con fecha de caducidad, que si no los escribes en el momento, se pierden. Y en este conjunto sólo hay uno con fecha de caducidad y que felizmente llegué a escribirlo, y es el último del libro.

Una particularidad del libro es la evidente preocupación por el lenguaje...
Ahora que estoy en proceso de escribir mi segundo libro, que espero sea una novela no tan larga, me doy cuenta de algo: me interesa mucho la historia, una anécdota que contar, pero ese no es el fin primordial. Si algo disfruto a la hora de escribir es armar frases, el sonido de la frase. Lo que yo llamo el mecanismo: un detalle que puede aparecer en un lado y luego se traslada a otro, un guiño. Y eso toma su tiempo. Creo que no soy el tipo de narrador que privilegia la historia por sobre el lenguaje.

En el libro hay una ciudad ficticia, San Cristóbal...
Eso fue deliberado. Por alguna razón, en algo influye el hecho de que provengo de una provincia que quiero y odio con la misma intensidad. Cuando me plantee estas historias todas estaban vinculadas con una provincia. Y al momento de llevarlas al papel no quise que esta provincia sea identificable. No se sabe si es costeña o serrana. No tiene rasgos identificables, pero por eso mismo creo reconocibles para muchas personas. Basta con ir a cualquier capital de provincia del Perú para encontrarse con los rasgos que la definen: caótica, oscura. Y es una ciudad que define en algo la personalidad de los personajes.

Otra particularidad tuya es la meticulosa construcción de personajes. ¿Qué los podría vincular?
Respecto de los personajes, que era lo que más me interesaba de las historias, hay ciertos denominadores comunes. Todos los personajes se mueven en un ambiente corrupto, en distintos niveles. Fue deliberado, pero no fue consciente. Ahora sí lo es: detrás de todo lo que escribo está como gran tema la corrupción.

Enrique Prochazka, quien así nomás no obsequia elogios, ha tenido a bien resaltar tus virtudes...
Yo soy consciente de que Enrique es un escritor de verdad. Escritor al que nunca voy a acercarme ni en el mejor de los escenarios, porque además tiene ya una buena cantidad de libros publicados. Pero compartimos una visión sobre el gusto de la literatura, ese cuidar el lenguaje. Sus comentarios los tomo como un acto de generosidad de alguien que coincide con uno, sobre todo en el gusto de la lectura.

¿Qué autores te han influido?
Uno se da cuenta de las influencias mucho después, sólo cuando otro se las hace notar. Y creo que uno no tiene padres sino tíos lejanos, y uno se termina pareciendo a ellos a pesar de uno mismo. Ahora, sin perjuicio de lo que he dicho, este libro en particular está escrito bajo la sombra de un escritor específico: Juan Villoro.

Lo llegaste a conocer, ¿verdad?
Lo conocí cuando vino a Lima, y se lo hice saber. El libro no había sido publicado aún y él, por alguna razón, también tuvo la generosidad de dejarme su dirección y su mail y hemos estado intercambiando mails. Ya le hice llegar el libro en físico, y va a poder comprobar si ha influenciado o no.

domingo, 7 de enero de 2007

Celebraciones en la red


Siempre fui algo despistado para las fechas importantes. Sin embargo creo que nunca es tarde para los saludos sinceros. Hace unos días el blog de Iván Thays cumplió dos años en la red y, un poco antes, el de Paolo de Lima llegó a su primer año. Desde aquí, un saludo a ambos. Sin duda, son dos blogs que sigo diariamente y que disfruto como confeso adicto a la literatura.

Entrevista a JOSÉ WATANABE


A través de la breve y reveladora imagen de unas banderas emergiendo en medio de la espesa niebla, José Watanabe despliega su particular manera de entender la poesía. Banderas detrás de la niebla (Peisa, 2007), además de un alegato a favor de la contemplación, es una suerte de arte poética. La poesía –reza uno de sus versos– “sólo puede ser una fugaz y delicada acción del ojo”.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

Estabas preparando un poemario sobre el mito del Minotauro. ¿Qué fue de él?
Sí, yo llegué a terminar el libro sobre el mito del Minotauro. Tenía 24 poemas. Pero cuando lo terminé me di cuenta de que no estaba bien, que había fallado. Y lo destruí. Recuperé algunos poemas, que son los que están ahora en este libro.

¿Qué te llevó a esa determinación tan drástica?
Había algo, en la primera escritura, que me molestaba. Y era la referencia muy griega, digamos. Me hubiera gustado un referente más latinoamericano. Y lo encontré en Borges, en “La casa de Asterión”. En el poema que está publicado en el libro es el otro Asterión el que habla. Asterión dice “yo creo a otro Asterión” un poco para paliar su soledad. En mi poema, el otro Asterión, el creado, es quien habla del creador.

El libro plantea una reflexión sobre el arte poética...
Dicen que es un libro diverso, pero no lo es tanto. Yo siempre me he preguntado qué es la poesía, y este libro es donde más me respondo, o intento responderme, qué es la poesía.

Definición que se resume en la imagen final del poema que da título al libro...
…“Banderas detrás de la niebla”. Para mí la poesía es eso, algo que aparece muy fugaz. Pero esa aparición fugaz es como si la naturaleza de alguna manera nos hablara. Y en ese instante es muy contundente y verdadero lo que nos dice. Es una verdad esencial, pero que desaparece como detrás de la niebla. El problema viene en cómo compartirla con un lector. Y obviamente viene el pleito con el lenguaje.

¿Puede un poema expresar totalmente aquel instante de verdad?
No. Siempre quedarás como frustrado, como que te acercaste a revelar esa verdad pero nunca lo harás completamente.

Sin embargo, quizás sea la poesía la que nos aproxima más a esa verdad...
Corregir, corregir y corregir es acercarse cada vez más a esa verdad, a transmitir esa verdad que entreviste. Por eso es esa necesidad que tengo de hacer muchas correcciones. Porque en la primera versión te das cuenta de que no, que hay que pulir más. Claro, pero en este pulir no debe perderse la carga anímica, la carga emocional. Ese es el riesgo de corregir mucho.

La contemplación está muy presente en tu poesía. ¿De dónde viene esa particularidad?
No sé. Siempre me preguntan eso, por qué soy muy contemplativo. Y bueno, lo atribuyen a que soy hijo de un japonés. Tal vez sea así, pero no es muy seguro. También pueden haber influido los poetas contemplativos que he leído.

¿Puede haber influido la vastedad de paisajes naturales que acompañaron tu infancia?
Bueno, sí, porque mi pueblo era semirrural. Era un pequeño pueblo de ocho manzanas y estaba rodeado de campo, puro paisaje. Y, qué extraño, ¿no? El campo era la extensión de la casa. Ninguna madre se preocupaba de que pudiera pasarle algo a su hijo. Sabía que él estaba jugando en el río, en los arenales, en el cerro, y no pasaba nada. Pasé una infancia muy cercana a la naturaleza.

Se viene discutiendo la conveniencia o no de un Ministerio de Cultura. ¿Qué opinas al respecto?
Tengo una percepción muy controvertida, conflictiva. Por un lado, quisiera que sí haya un Ministerio de Cultura, pues recibiría un presupuesto, me imagino. Y la cultura estaría más cerca de la economía. Pero por otro lado, temo mucho que se burocratice, que comiencen a haber ciertos dirigismos, de acuerdo con la postura de cada gobierno. En el fondo sí quiero que haya, pero con funciones muy claras, y que trabaje muy junto al Ministerio de Educación, por ejemplo. No puede haber cultura sin lectura, y tú sabes cómo estamos en lectura: más bajos que Haití.

¿Qué te desalienta?
Que todo gobierno está rodeado por la gente de cultura más mediocre. Es muy difícil que un hombre de cultura elevada, culto realmente, apoye a un gobierno. Por más de acuerdo que esté con ese gobierno, prefiere mantener cierta distancia.

martes, 2 de enero de 2007

Entrevista a CARLOS CALDERON FAJARDO


Ser finalista del importante Premio Tusquets de Novela es sólo la constatación internacional de las virtudes literarias de Carlos Calderón Fajardo. Con una nada despreciable legión de incondicionales (sobre todo entre las plumas jóvenes), Calderón Fajardo entrega Historias de verdugos (Santo Oficio, 2006), un conjunto de relatos que bordean lo fantástico.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

La figura principal del libro es la del verdugo...
Pero no es el verdugo oficial, el de la guillotina, sino el verdugo de la vida cotidiana, el de todos los días. El hombre que verduguiza a su mujer, la mujer que verduguiza a su marido. O el empleador que verduguiza al empleado. O el crítico que silencia al escritor y que de alguna manera lo verduguiza (risas). Estamos en un mundo en donde hay una victimización constante, en que somos verdugos y víctimas al mismo tiempo.

Abordas la figura del verdugo, pero desde una perspectiva simbólica. Pienso, por ejemplo, en “Gyula”.
Yo no hago, generalmente, literatura social, por lo menos no en este libro, lo mío son metáforas literarias. Y una extraordinaria figura del verdugo podría ser Pinochet, por ejemplo. Pero yo prefiero hablar de un vampiro, una persona que vive de la sangre del otro. Y es una metáfora literaria de lo que ocurre en la vida real: hay gente que vive del trabajo de otro, de la inteligencia de otro. Por eso el libro se llama Historias de verdugos.

Las historias de verdugos se dan a todo nivel...
Claro. La guerra que hubo aquí hace muy poquito. Guerra de verdugos. La guerra de Sendero, que victimizaba a personas inocentes, y luego venía el Ejército y los victimaba también. Era una guerra entre dos ejércitos de verdugos en donde las víctimas estaban en el medio.

Muchos cuentos establecen, de alguna manera, diálogos con tu obra anterior y con ciertos autores...
Esa es otra de las características de este libro: la intertextualidad. Hay un juego intertextual con diferentes libros míos y con autores. Por ejemplo con Tabucchi, con Burroughs.

¿El primer cuento está vinculado con tu novela La segunda visita de William Burroughs?
No, en realidad está vinculado con una novela mía inédita que es la historia de los poetas peruanos en París desde los años 20 hasta los años 70.

Tu literatura siempre parte de una experiencia real...
Sí, yo siempre parto de una vivencia personal. Pero esta vivencia personal siempre termina siendo ganada por la ficción y se convierte en otra cosa. Por ejemplo, en la primera parte de La segunda visita... se narra una fiesta que en realidad sí existió. Fue el cumpleaños de Rodolfo Hinostroza; él mismo ya lo ha aceptado públicamente (risas). Aunque él no es Montero, claro.

Tuviste una relación estrecha con Ribeyro. El libro se lo dedicas a él.
Yo lo conocí cuando tenía 17 años. Luego lo volví a frecuentar en la década del 70. Tuvo una importancia muy grande para mí, tanto literaria como de vida. El fue el modelo de escritor que yo quería ser.

Preferencias 2006 (literatura peruana)


Confieso que suelo seguir, con bastante delectación, las listas de preferencias literarias de fin de año. No en la búsqueda de un pronunciamiento canónico sobre las mejores o más importantes publicaciones, sino por el simple y llano placer de compartir gustos literarios.
Aquí una pequeña lista de los libros que he disfrutado más durante el 2006. Hubo títulos que por diversas razones no pude leer (algunos de los cuales hubiese querido hacerlo –y los leeré, sin duda, en este 2007-), por ello quizás llame la atención alguna omisión.

Novela:
- Travesuras de la niña mala (Alfaguara), Mario Vargas Llosa
- El regreso de la trapecista (Alfaguara), Oscar Málaga

Cuento:
- Guerra a la luz de las velas (Alfaguara), Daniel Alarcón
- Danzantes de la noche y de la muerte (Alfaguara), Edgardo Rivera Martínez
- Historias de verdugos (Santo Oficio), Carlos Calderón Fajardo
Mascarón de proa (Mesa redonda), José Güich Rodríguez


Poesía:
- Banderas detrás de la niebla (Peisa), José Watanabe
- Vinilo (Fauno editores), Enrique Sánchez Hernani
- Las falsas actitudes del agua (CC de España-Municipalidad de Lima), Andrea Cabel
- No tengo ruiseñores en el dedo (Pre-textos), Eduardo Chirinos
- Cinco segundos de horizonte (AUB), Mario Montalbetti


Antología:
- Toda la sangre (Matalamanga), Gustavo Faverón

Rescate:
- Narrativa completa de Clemente Palma (Rectorado de la PUCP), edición a cargo de Ricardo Sumalavia

- Poesía soñada de Xavier Abril (UNMSM/UPSMP), edición a cargo de Marco Martos

Ensayo:
- La soledad de la página en blanco (UNMSM), Camilo Fernández Cozman
- En la comarca oscura (U. Lima) Chueca, Güich y López Degregori
- De doña Bárbara al neoliberalismo (CELACP), José Castro Urioste

Crónicas:
- Grandes sobras, Beto Ortiz


Editorial:
- Alfaguara
- Matalamanga
- Estruendomudo