domingo, 15 de julio de 2007

Entrevista a JOSÉ B. ADOLPH


Un nuevo libro de José B. Adolph resulta siempre una grata noticia. Es sólo un viejo tren (San Marcos, 2007), no sólo trae lo nuevo de su producción cuentística, sino que, además, rescata algunos relatos de Un dulce horror, libro a estas alturas inubicable en librerías. En esta entrevista, al igual que en su obra, Adolph despliega ironía, humor negro y una constante tendencia cuestionadora del mundo. A continuación una versión más completa de la que apareció, editada, en el diario Correo.

Entrevistan MANUEL ERÁUSQUIN y CARLOS M. SOTOMAYOR

Tus personajes casi siempre llegan a ser seres con un alto grado de oscuridad. Hay asesinos o ciegas obsesionadas con apetencias carnales. ¿Qué te acerca a crear ese tipo de personajes?
Como yo no sé de teoría literaria me es muy difícil responder a preguntas como ésta. Pero me imagino que sale a flote el lado oscuro que todas las personas tienen. Y una característica que ha llamado mi atención y la de otros es que suelo matar o enfermar a las mujeres, lo cual no se corresponde, espero, a mi actitud en la vida real. Porque yo soy uno de esos pocos hombres, al menos peruanos, a los que les gusta las mujeres también fuera de la cama. Pero el lado cavernícola, hijoputesco de Adolph, se queda en mis cuentos.

También está presente en tu obra aquella mirada escéptica del mundo…
Esa sí corresponde a la realidad. Es más, no sólo soy escéptico, ya me he graduado de pesimista. Yo era escéptico, ahora soy pesimista. No solamente sobre el individuo, sino sobre el universo entero, que se refleja, por lo menos, en una novela, La verdad sobre Dios y JBA, en la que recojo una vieja teoría agnóstica que también compartían los cátaros, según la cual lo espiritual en nosotros es obra de Dios y todo lo que es material es obra del demonio. Yo amplío un poco ese concepto e invento la teoría correspondiente a nuestra época de que Dios no está muerto como decía Nietzsche, sino que está preso en el ciberespacio. Y en realidad el golpe de estado lo dio Satanás y lo ganó, desplazó a Dios y creó al universo material y al hombre a su imagen y semejanza.

Muchos de tus cuentos tienen finales sorpresivos, inesperados.
Claro, es lo que en el género se llama la táctica O’Henry, que se hizo famoso en el siglo XIX justamente por eso, porque todos sus finales eran sorpresivos, inesperados. Eso me encanta.

Tus personajes femeninos los abordas desde una perspectiva sicológica, siendo las mujeres, como sueles decir, impredecibles…
Sobre todo para la mentalidad masculina son impredecibles. Aunque ellas mismas aceptan que lo son. Yo lo he conversado con muchas mujeres. Por alguna razón misteriosa las mujeres me cuentan cosas. Y estoy hablando de mujeres que no han tenido conmigo ninguna relación de tipo sentimental. Tienen más confianza en mí y me cuentan cosas que no les cuentan ni a sus amigas y a veces ni así mismas. Nos sé, para algunas tengo cara de psicoanalista, para otras tengo cara de monje confesor. La otra vez vi un programa sobre el cerebro humano y dicen que en el hombre la parte emocional está en un hemisferio y la cognitiva en el otro. Pero la mujer tiene ambas cosas en los dos hemisferios, lo que ratifica mi opinión desde chico: que las mujeres son más inteligentes que nosotros. Por eso digo que hablar con una mujer es como jugar al ajedrez, algo complejo. Y hablar con un hombre es como jugar a las damas. Somos en realidad más simplones e influenciables que las mujeres, que se hacen las tontas porque es la única manera de conseguirse un macho, porque la mayoría de los machos le tienen terror a las mujeres inteligentes.

¿Qué piensas de las campañas de fomento a la lectura?
Todas estas campañas de difusión del libro, que se está haciendo en el Perú son muy loables. Yo he felicitado a Arévalo y a otra gente que lo hace. Me parece magnífico, muy bien intencionado, todo lo que quieran, yo lo aplaudo. Pero no va a servir de mucho. Porque el problema básico del Perú empieza con la pobreza, sigue con la pésima educación. Entonces, si no hay las condiciones materiales para adquirir el libro fácilmente, por lo menos para la clase media baja, digamos, cómo van a tener interés en leer.


De otro lado, el tema religioso es otra de tus preocupaciones…
No es que a mí me preocupe el tema de Dios. Eso ya lo tengo más o menos resuelto con el agnosticismo: no sé si existe o no. Porque en algún momento descubrí que el ateísmo también es una fe. Mi preocupación no es por Dios, sino por lo que es capaz de creer la mente humana. Si hacemos una relación de las religiones y sus respectivas ridiculeces, de todas, por no hablar de las sectas, revelan un muestrario indescriptible de locuras humanas creativas, que yo llamo ligeramente desquiciadas. Eso es lo que me interesa y me preocupa, somos capaces de creer cualquier cosa.

Eres un gran conocedor de la historia de las religiones, por ejemplo de la cristiana…
Hay un hecho que creo yo es el nacimiento de la escisión del cristianismo de ser una secta judía a ser una religión aparte. Y es el momento en que Pablo dice que no es necesaria la circuncisión para ser cristiano. Entonces con eso lo que hizo es convertir a una secta judía de Palestina, nombre que le pusieron los romanos, dicho sea de paso, a una religión romana. Lo que ha hecho el cristianismo bajo Pablo es una maniobra política muy inteligente, que fue tomar el lugar de Roma, cuando Roma estaba físicamente por desaparecer como Imperio y como República, y convertirla en una entidad espiritual universal, que por eso se llama católica. Nietzsche, aunque no estoy seguro si fue él, no estaba tan descaminado cuando dijo que el cristianismo es la manera en que el judaísmo ha dominado al mundo.

¿Por ese comentario muchos se van a rasgar las vestiduras?
Si es una mujer bonita, que se las rasgue (risas).

*Fotografía de KEYKO MONTEBLANCO.

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