miércoles, 19 de noviembre de 2008

Entrevista a GONZALO MARIÁTEGUI


Gonzalo Mariátegui acaba de publicar Wenceslao (Torre de babel, 2008), la segunda parte de una trilogía que empezara hace cinco años con La virtud de Alexandra.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Fotografía de PÁVEL UGAZ

¿Cómo surgeWenceslao?
Wenceslao era un personaje que me perseguía. Así como Flaubert dijo: Yo soy madame Bovary, yo diría que, en cierta medida, yo soy Wenceslao. ¿Hasta qué punto soy Wenceslao? Soy Wenceslao porque mi madre siempre me decía Wenceslao. Y yo no sabía por qué, hasta que, años después de que se fuera, cuando empecé a escribir, busqué su significado. Y Wenceslao es el lleno de gloria. Y yo le doy mucha importancia a los nombres de los personajes. Creo que los grandes escritores a sus personajes siempre les han puesto un nombre relacionado a lo que van a ser en esa novela, con su personalidad.

Tanto la protagonista de La virtud de Alexandra como el protagonista de Wenceslao son personajes con grandes atributos en el arte amatorio...
Cuando terminé la primera novela se me ocurrió hacer una trilogía. Wenceslao es el segundo libro y el tercero ya vendrá. Y entonces, si el personaje se creía un dios y si estaba dentro de lo erótico, qué mejor que él sea una superdotado, no sólo por el tamaño sino también por su capacidad amatoria. Y un poco que accedí al gusto de algunas damas lectoras a las que les encantó el hecho de que en mi primera novela el mayordomo japonés tuviera un miembro enorme.

Hay una especie de relación medio edípica entre el protagonista y su madre...
Definitivamente hay un problema edípico. Y es justamente porque él siente que la única persona que lo ampara en el mundo es su madre. Y entonces, a todas las mujeres con las que tiene relaciones las compara con su madre. El nunca se llega a curar de esta mamitis. He conversado con diferentes sicólogos y me han contado que es normal que el hombre sienta una gran atracción por su madre. Hay algo de Edipo en todos nosotros. Y en las mujeres, una Electra.

Esta es tu segunda novela, pero además has publicado varios libros de cuentos. ¿En qué genero te sientes más cómodo?
Yo me siento más cómodo en la novela. Así como Vargas Llosa dijo que él no era poeta porque para ser poeta había que ser perfecto, yo creo que el cuento es casi la perfección. Y sin embargo, no es apreciado como debe ser. Es como en la pintura: de todas las técnicas sin duda la acuarela es la más difícil. Porque donde se puso el pincel ahí quedó la mancha. En el óleo, si hay un error el pintor saca un pañuelo, borra y pinta encima.

¿Cómo te animas a pasar a la novela?
Yo le mandé mi primer libro de cuentos a Carmen Balcells, la famosa agente del boom, y recibí de ella una carta muy gentil en la que me decía: Gonzalo, tengo en mi velador tu libro de cuentos. Me ha gustado mucho. Envíame una novela. Bueno, ahí estaba el reto. Y no sabía por dónde comenzar y entonces saqué otro libro de cuentos. Pasaron dos años más y me acordaba lo que me dijo esa señora. Entonces, cuando iba por el tercer libro, odiándome porque era un cobarde que no me atrevía a sentarme a escribir una novela, paré ese libro a la mitad. Y decidí escribir una novela erótica.

*Entrevista publicada en Correo el 19/11/08.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leí Wenceslao y me gustó. Me gustó mucho. ¿Qué pasa con la crítica que no la ha reconocido? Ni siquiera la ha mencionado. Mal, muy mal. Felicitaciones a Mariátegui. Siga, maestro, siga.