domingo, 9 de agosto de 2009

Entrevista a PEDRO ANGEL PALOU


Pedro Ángel Palou ya está acostumbrado a las distinciones literarias. Ha obtenido diversos premios como el "Xavier Villaurrutia", gracias a Con la muerte en los puños, sólo por citar uno de ellos. Con su último libro, El dinero del diablo, Palou resultó finalista del Premio Planeta-Casamérica. El autor mexicano estuvo en Lima, invitado por la Cámara Peruana del Libro, para participar en la FIL y presentar esta novela que relata la historia oculta del Vaticano.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Fotografía de GIULIANO BUIKLECE

¿Es cierto que encontraste el tema de El dinero del diablo casi por azar?
Es muy curioso porque en ese momento investigaba en la Biblioteca Apostólica Vaticana un tema que me apasiona y que terminaré el próximo año, el cristianismo primitivo. Y de allí encuentro una nota del cardenal francés Eugeme Tisserant, quien es el primero en denunciar la muerte de Pío XI. Y es fascinante porque es como un hilo que empiezas a jalar y la cloaca se destapa casi de manera instantánea. Y en esa cloaca aparece Mussolini, aparece Hitler, aparece el espionaje vaticano. Y obviamente todo esto te seduce como escritor y tienes que apartar todo lo que estás haciendo. Es decir, son de esas novelas que te encuentran allí. Y me pasé dos años y siete meses entre la investigación y la escritura de este libro.

Hay mucho de no-ficción en el libro...
En los capítulos pares lo que he querido hacer es lo que hacen los cineastas cuando quieren dejar de ficcionalizar y dicen: Voy a hacer un documental. Por eso no hay ninguna escena que yo cuente en esos capítulos que no pueda ser corroborada. Es decir, hay un prurito de verdad. ¿Por qué? Porque finalmente no quiero cambiar los nombres. Otro novelista hubiese cambiado los nombres y con eso tendría la libertad absoluta para ficcionalizar. Yo lo que quería era acercar al lector a una época crucial de la historia del siglo XX y de participación de los que deberían ser los administradores de la bondad en el eje del mal, en la encarnación más cercana que los seres humanos del mal en la tierra: principalmente Hitler.

Tengo entendido que se busca canonizar a Pío XII, del que hablas en el libro...
Sí, se está en pleno proceso. A la mitad de mi investigación se cancela toda posibilidad de seguir investigando documentos del Vaticano sobre Pacelli. Se clasifican esos documentos y se ha dicho que los van a abrir en el año 2014, y claro, cuando ya sea inevitable, cuando ya esté santificado. Ahora, a Ratzinger no le importa Pío XII, lo que pasa es que santificándolo lo que se logra es que se limpia al Vaticano de cualquier participación en el Holocausto.

Tú formaste parte del Crack...
Sí. Seis autores mexicanos (Jorge Volpi, Ignacio Padilla, Eloy Urroz, Ricardo Chávez Castañeda y yo) escribimos un manifiesto que se llamaba "Las novelas del crack". Y juntaban cinco novelas que se habían escrito de manera independiente, pero que habían vivido la misma vicisitud editorial; todas eran muy largas, todas eran muy complejas, todas intentaban recuperar esa vieja tradición de nuestros maestros del boom: la novela total, la novela como forma de conocimiento. Era 1994 y a todos nos habían dicho: quítale 50 páginas, está muy grande, así no te la vamos a publicar. Y es que lo que se estaba publicando en México y en América Latina eran novelas light.

Leí que tú buscas que cada libro sea completamente distinto al anterior.
Así es, yo concibo la literatura de ficción como un ejercicio de esquizofrenia, como un dejarse habitar por una voz, por una doble personalidad. Y no me gusta que se parezca una novela a otra. Y esa libertad es un modo de conseguir el estilo. He insistido que el estilo como se concibe naturalmente, es decir, como voz propia, para mí no es más que un manierismo, una impostación, un invento, un artificio. Es más, hay profesores que te dicen: "Encuentra tu voz". Pero si no eres cantante (risas). Creo que el único estilo que vale es el cambio de estilo permanente. Porque el estilo, si es que queremos seguir llamándolo así, debe estar al servicio de la temática.

¿Cómo ves el mercado editorial latinoamericano?
Estamos viviendo un momento muy complejo en términos de distribución editorial. Casos como éste son rarísimos, tiene que ser vía un premio, que puedas hacer una gira, que tu libro aparezca simultáneamente. Hoy en día a los escritores en español se nos compra los derechos mundiales sobre nuestros libros y éstos nunca salen de nuestros países. Entonces estamos viviendo el boom inverso. Es decir, no sabemos qué escriben los argentinos, los bolivianos, los peruanos, los chilenos. Y nos estamos condenando a un aislamiento absoluto. Las filiales de las editoriales deberían encontrar lo mejor y publicarlo simultáneamente en los otros países. Y sin embargo, parece una política editorial española. Y lo digo sin empacho. Mientras menos nos conozcamos los latinoamericanos entre sí, más va a parecer que los buenos son los escritores españoles, que son malísimos. Hace años que no hay un escritor español que por lo menos a mí me interese.

*Entrevista publicada en Correo el domingo 09/08/09.

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