miércoles, 10 de febrero de 2010

SELENCO VEGA: Segunda persona


Selenco Vega
Segunda persona
(Editorial Mesa Redonda)

Por momentos detenía la lectura. Y volvía sobre la marcha para apreciar, con gran delectación, aquel aliento lírico que a ratos adquiere la prosa de Selenco Vega en Segunda persona (Editorial Mesa Redonda), la novela con la que obtuvo el Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro. Un admirable trabajo de lenguaje, sin duda alguna, el realizado por Vega en esta intensa novela que, narrada en segunda persona, consigue un acertado tono reflexivo que emana de aquella voz que trasciende al protagonista para convertirse en una suerte de “otro yo” que lo confronta. Ernesto, el protagonista, proviene de una familia resquebrajada: un padre que ha vuelto a casa luego de una larga ausencia (se va con la amante), una madre que muere de cáncer y que en sus últimos meses entabla un romance furtivo, y una hermana rebelde y bohemia que parece no perdonar el abandono del padre. Ernesto trabaja en la biblioteca de la Universidad y tiene una linda novia que le propone vivir juntos. Esto último, sin embargo, oculta en realidad su condición homosexual, con la que irá conciliándose a través de la trama.


Selenco Vega nos ofrece, además, escenas muy intensas y emotivas. Pasajes desgarradores que humanizan a sus personajes. La escena de Ernesto y su padre, por ejemplo: cuando éste termina quebrándose y se confiesa culpable de no haber sido un buen padre y un buen esposo. Y luego santifica a su mujer muerta. Y Ernesto, que sabe una verdad dolorosa de su madre, debe en ese momento callar. Uno se cuestiona, entonces, “hasta dónde debemos practicar las verdades” (como reza una canción de Silvio Rodríguez). Y si luego de la lectura uno se cuestiona cosas, significa que estamos ante un estupendo libro. Y Segunda persona es, justamente, eso: un estupendo libro.

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