sábado, 12 de enero de 2008

El 2007 en escena

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

Caído el telón del 2007, el balance anual respectivo nos arroja un panorama más que prometedor. La variedad –y cantidad– de propuestas escénicas pareciera dejarnos en claro que sí existe una mejoría en el teatro local y que, contra lo que muchos escépticos señalaban –entre los que me podría ubicar yo–, parece haber aumentado el público que suele acudir a las diversas salas de la capital. A esto habría que añadir la grata noticia que significa para la escena teatral el Premio de Dramaturgia instaurado por la Asociación Cultural Peruano Británica. Y, por supuesto, la apuesta de un sello editorial joven como Solar por publicar teatro: el libro que recoge dos estupendas piezas de César de María es una prueba irrebatible de esto.

LO MEJOR DEL AÑO
Elegir el mejor montaje del año no es una empresa sencilla. Y claro, toda selección no deja de ser arbitraria. No obstante, me animaría a decir que La fiesta del Chivo, obra basada en la novela homónima de Mario Vargas Llosa y dirigida por el colombiano Jorge Alí Triana, podría situarse a la cabeza como el montaje más importante del año.

A ella sumaría, sin embargo, tres obras que estuvieron espléndidamente dirigidas. Roberto Angeles, Alberto Isola y Chela de Ferrari se lucieron con Art, Un matrimonio de Boston y La celebración, respectivamente. Cómo olvidar cada una de estas tres piezas. Art, inteligente y divertida obra de Yazmina Reza, se planteaba como una reflexión no sólo acerca del arte contemporáneo sino, sobre todo, de la amistad. Tres estupendas actuaciones: Alberto Isola, Alfonso Santistevan y Paul Vega; este último, según mi opinión, demostró en este montaje que ya se trata de un actor consolidado. Un matrimonio de Boston nos permitió gozar de los exquisitos y corrosivos diálogos ideados por el dramaturgo David Mamet. Y, claro, deleitarnos con la soberbia actuación de Sofía Rocha. Por su parte, La celebración, pieza de David Eldridge, nos evidenció a una Chela de Ferrari un poco más arriesgada con un texto tan perturbador como éste: una celebración servirá de escenario para la revelación de un oscuro secreto familiar marcado por el abuso sexual. Destaca la actuación de Hernán Romero.

Si hablamos de los actores del año, y aunque suene a perogrullada o lugar común, es Alberto Isola el que se lleva todas las palmas: imponente como Trujillo y Cabral en La fiesta del Chivo, estupendo como uno de los amigos en Art y acertado como el cerdo tirano en La rebelión de los chanchos. Sofía Rocha (Un matrimonio de Boston) sería, en este caso, la mejor actriz del 2007, seguida muy de cerca por Mónica Sánchez (Extremos) y Norma Martínez (La fiesta del Chivo y Bicho).

OTROS MONTAJES IMPORTANTES
Otras puestas que merecen destacarse son Bicho (Tracy Letts) y Cita a ciegas (Mario Diament). La primera confirma el talento que su director, Juan Carlos Fisher, mostrara en su primera obra, El hombre almohada. La segunda nos muestra un cambio de registro del reconocido Francisco Lombardi. Desmarcándose del género de comedia de su puesta anterior, Lombardi nos ofreció una reflexiva obra en la que destacó la actuación de Carlos Gassols, quien personificó a Borges. Aunque con resultados menores, también habría que mencionar Más cerca (Patrick Marber), dirigida por Roberto Angeles, que confirmó una vez más que Christian Thorsen está para grandes cosas. Extremos (William Mastrosimone), dirigida por Oscar Carrillo, nos permitió apreciar el talento histriónico de la bella Mónica Sánchez.

LAS COMEDIAS
En el género de la comedia, destacan dos piezas: La nona (Roberto Cossa) y El misterio de Irma Vap (Charles Ludlam), dirigidas por Giovanni Ciccia y David Carrillo, respectivamente. Si en la primera Ciccia subió algunos kilos por todo lo que tuvo que ingerir como la voraz abuela italiana, creemos que los bajó luego al actuar en El misterio de Irma Vap junto a Segio Galliani: ambos interpretaron a tres personajes, cada uno en una suerte de tour de force histriónico.

No podemos dejar de mencionar Ubú rey (Alfred Jarry), dirigido por la gran Ruth Escudero, y Sueño de una noche de verano, versión libre, muy libre, de Rocío Tovar. Si bien no tuvo la misma suerte que Shakes, William Shakes, nos confirmó las grandes dotes de Pierina Pirota (destacó también en La nona y en la obra para niños El viaje de Malki). Y si hablamos de obras para niños, me quedo con El viaje de Malki, dirigida por Els Vandell, y Chimoc, el perro calato (de las hermanas Paz), dirigida por Simonetta Vella. En resumen, un año de intensa actividad teatral que, esperamos, aumente durante este 2008. Y que suba el telón.

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