domingo, 3 de junio de 2007

Entrevista a CARMEN OLLÉ


Carmen Ollé ha logrado edificar un libro en el que confluyen, con peculiar naturalidad, géneros aparentemente disímiles como el ensayo, la biografía y la ficción. Retrato de mujer sin familia ante una copa (PEISA, 2007) es, finalmente, una apuesta literaria desenfadada y honesta, un libro que elude todo intento por ser etiquetado.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

En sus novelas anteriores siempre estaba presente el tono reflexivo. En este libro la reflexión linda con el ensayo. ¿Fue una necesidad expresiva?
Creo que sí, fue una necesidad, pensar un poco en la ficción, en la vida, en nuestro mundo tan difícil de sobrellevar. El ensayo es un género que puede ser muy intenso literariamente hablando, y no sólo el ensayo literario, también el filosófico, el político, el que se ocupa de las artes plásticas, el ensayo sobre el origen de la vida. Soy lectora de ensayos, de memorias, de biografías, tanto como de novelas.

En sus novelas se percibe una impronta autobiográfica. ¿Tiene que ver con asumir la literatura como una manera de enfrentar el mundo?
Es un estilo, como dices, una visión de las cosas. Parto de mis experiencias para apartarme del modelo, como digo en el ensayo ¿El gato está vivo o muerto? Lo vivencial tiende a transformarse en el curso del relato en una experiencia transpersonal que la modifica en otra distinta, más literaria, en ficción.

En este libro, cuando habla de la vocación literaria utiliza la metáfora del escalador y en un momento señala: “la cima es una ilusión: cuanto más lejana, más bella, cuanto más inalcanzable, más próxima”. ¿El goce literario se encuentra más en el proceso que en el resultado?
El goce del artista mientras trabaja en su obra es algo pleno cuando no está condicionado por razones extraartísticas como la fama o el mercado, y se da, claro, durante el proceso de darle vida y forma a un objeto o una historia. Pero en esta época donde el mercado es el otro dios, es difícil imaginarse al artista libre y sin presiones frente a su obra.

En una entrevista dice que el escribir este libro fue como encontrarse con la poeta del 70 y despedirse de ella. ¿Es la culminación de una etapa dentro de su corpus literario?
Con el paso de los años, nos damos cuenta de que somos la misma persona, pero diferente: el cuerpo cambia, el rostro no es el mismo, nuestra percepción del tiempo se vuelve más subjetiva. La realidad es más sutil. ¿Cómo poder ser la misma persona de hace veinte años atrás en una ciudad que es otra, en un mundo con otros paradigmas? El proceso de adaptación a estos cambios deja su marca.

¿Qué es lo que recuerda más del Bolaño que conoció?
Su risa, su voz, su voracidad como lector. Lo conocí cuando él tenía apenas 24 años, en Barcelona. Un gran conversador, muy inteligente y disociador por excelencia. Se reía de todo, hasta de sí mismo. Era también tierno, lo recuerdo cuando nos visitaba y jugaba con mi hija pequeña, la levantaba en brazos y se quedaba conversando hasta tarde de literatura.

¿Qué tan importante fue la poesía de Rimbaud para usted?
Como para todo aquel que se iniciaba en la poesía allá por los años sesenta, la poesía y la leyenda de Rimbaud significaron un cambio drástico en la idea romántica del poeta encerrado en su torre de marfil, idealizando el mundo y el amor. Rimbaud es el eterno viajero, el adolescente de las suelas de viento, según Verlaine, un verdadero hippie diríamos ahora. Nunca se casó ni dejó descendencia, solo un puñado de poemas de los que no quiso saber nada más cuando se perdió en Africa. La leyenda es fantástica, nos atrae porque tiene el sello del enigma.

Quienes apreciamos su poesía nos preguntamos ¿por qué ese silencio poético?
No hay ningún silencio, acabo de publicar un libro. La poesía está o no está en lo que uno escribe, no se trata de formatos. Yo no puedo hacer un nudo como Eielson y decir esta es mi poesía porque sería una imitación, pero estoy tentada a hacerlo a mi manera.

¿Qué opinión le suscita el reconocimiento internacional que viene recibiendo Blanca Varela?
A las personas que hemos conocido a Blanca desde hace años, que admiramos su talento y su inteligencia, nos conmueve y alegra su reconocimiento internacional.

* Fotografía de PÁVEL UGAZ.
** La entrevista y la fotografía aparecieron en Correo el 03/06/07.

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