Versión completa de la editada que salió
publicada en el diario Correo, el pasado jueves
Identidades ocultas
Lejos de la tradición realista clásica, Luis Hernán Castañeda propone en Hotel Europa (Peisa, 2005), su segunda novela, una parodia de la novela total.
Carlos M. Sotomayor
Correo: Si bien en Casa de Islandia asumías riesgos, en Hotel Europa el riesgo parece mayor...
Luis Hernán Castañeda: Sí, la idea era incrementar el nivel de riesgo. Y eso fue no por el lado metaliterario de Casa de Islandia, sino por el trabajo con los personajes y con el lenguaje particular de cada personaje. Me preocupe mucho por darles a cada uno una voz particular, una visión del mundo particular y de trabajar un discurso distinto para cada uno. Por ejemplo, Apocalipsis, que es un personaje central en la novela, habla siempre a través de un filtro que podría llamarse pornográfico, tiene una visón pornográfica del mundo. Otro personaje, el padre Castañeda tiene una visión moralista, política. Si en Casa de Islandia habían dos personajes, básicamente, y ambos contenían el mismo discurso, acá hay más puntos de vista.
C: ¿Cómo concibes la novela?
LC: Comencé a escribir Casa de Islandia y Hotel Europa simultáneamente. Hotel Europa era originalmente un cuento largo de unas 30 páginas. Luego vino el trabajo de ampliación, de transformar el cuento en una novela. Eso fue una experiencia de dos años.
C: En Hotel Europa se evidencian referencias a Bellatín...
LC: Bellatín es una de mis mayores influencias, tanto en Casa de Islandia como en Hotel Europa. En esta última la presencia de Bellatín es más obvia pero no la del Bellatín real. Bellatín tiene una obra compleja, es un autor con varias caras. El Bellatín que a mi me gusta tomar y reformular es el Bellatín más radical, que quizás no exista realmente, que prescinde totalmente de los referentes, que intenta algo que puede parecer utópico, crear una realidad completamente ficticia. A mi me interesó la propuesta estética de Bellatín, radicalizada por mí y por la novela.
C: También se podría hablar de referencias con la "novela total"...
LC: La novela es una especie de parodia de la novela total. Se repite la estructura compleja de la novela total, con una serie de puntos de vista distintos, pero esos puntos de vista no tienen un contacto directo con un referente. No representan nada, y si lo hacen es de forma alegórica. No hay la intención representativa de la novela total.
C: La ambigüedad sexual, presente en la novela, tiene que ver con el tema de la identidad...
LC: En este caso el personaje es un hombre que debe aparecer ante los demás como una mujer para poder existir. Es una cuestión de la identidad, que vino con la idea original de por qué la novela se llama Hotel Europa. La idea era que en un hotel las habitaciones no tienen ocupantes fijos, los ocupantes cambian constantemente. Yo me preguntaba, entonces, si podía imaginarse la posibilidad de que cada habitación del hotel tuviera en el fondo un solo ocupante, pero que ingrese o salga con diferentes máscaras o caras. Qué une a todas las caras tan distintas. Es una novela de formación, en la cual el trabajo con la ambivalencia sexual tiene un sentido en la formación del personaje que va a pasar de ser un adolescente a un adulto.
C: ¿Cómo ves a toda esta variedad de escritores que han aparecido últimamente?
LH: Lo que ha pasado es que en un año, un tiempo muy corto, muchos autores han presentado un primer libro de narrativa. Están Johann Page, Edwin Chávez, Carlos Gallardo, Leonardo Aguirre, Ezio Neyra y una serie de escritores nuevos. Me parece que, como se ha ampliado la población de escritores jóvenes, es más difícil encontrar coincidencias. Antes se dijo que lo metaliterario, la reflexión sobre la literatura era el denominador común. Ahora hay mucha más variedad y profundidad. Yo pienso que quizás lo único común entre todos esos escritores es el deseo de ser diferentes y el respeto a la diferencia del otro. Vamos a ver qué pasa con los segundos libros.
C: ¿Cómo ves tu obra en el futuro?
LC: Con la publicación de dos libros estoy abonando para la construcción de un mundo personal. Definitivamente estos dos libros van a seguir presentes en lo que escriba en el futuro. Estoy escribiendo ahora cuentos muy clásicos, a lo Chejov, Maupassant, y además estoy haciendo una novela corta que es muy distinta a la anterior pero sin abandonar las preocupaciones que creo comparten tanto Casa de Islandia como Hotel Europa: el lenguaje, la identidad. Hay un componente de erotismo que me interesa mucho trabajar y que tiene que ver mucho con Bataille. Y siempre mirando la tradición.