jueves, 29 de abril de 2010

Entrevista a JUAN CARLOS FISHER sobre obra "Agosto" que se presenta en La Plaza ISIL

Juan Carlos Ficher dentro de la escenografía (Foto: CMS)

Entrevista y fotografías de CARLOS M. SOTOMAYOR

A pesar de su juventud, Juan Carlos Fisher ha trazado ya una trayectoria importante. Su talento en la dirección ha quedado demostrado en montajes como El hombre almohada, Bicho, El teniente de Inishmore, En casa/en Kabul y Las brujas de Salem, para nombrar algunos. Ahora nos presenta Agosto, una compleja pieza del dramaturgo norteamericano Tracy Letts (el mismo de Bicho). La puesta en escena, que cuenta con un gran reparto de actores, se estrena hoy en el teatro La Plaza ISIL (8:00 pm). En amena charla, Juan Carlosnos dio mayores alcances de la obra.

Tracy Letts es alguien muy conocido por ti. Hace algunos años dirigiste Bicho. Ahora nos presentas Agosto
Cuando entré en contacto con la obra, me dije: vamos a ver una obra onda Bicho. Y me encontré con una obra que superaba el texto. Claro, es otro tipo de experiencia. Bicho me interesaba por otras razones. Esta es una obra tan grande, tan poderosa, tan compleja…

Y con más personajes…
Claro, él mismo crea la obra porque dice que estaba harto de que las obras de la dramaturgia contemporánea sean obras cortas, de una hora y media, en un solo espacio y con tres actores. Algo que él mismo había hecho. Entonces, el dice: vamos a hacer lo opuesto, vamos a hacer una obra de una saga familiar, con un elenco grande, escenografía difícil. Y lo que se sentía que era el opuesto a la fórmula que funcionaba en el teatro se volvió la obra más exitosa, incluido los musicales cuando estuvo en cartelera en Broadway. Con 700 funciones. Ahora la obra se está presentando por todos lados.

Esta obra es reciente. Letts la presenta en el 2007. ¿Cómo llegaste a ella?
Yo, como sabes, me tiro todos mis ahorros –lo poco que puedo tener, pues vivo del teatro– en comprar teatro, en ir a ver obras y conocer dramaturgia contemporánea. Porque siempre digo que en el Perú hay grandes directores que tienen la capacidad de hacer los clásicos de forma excepcional. Ahora Chela (de Ferrari) va a hacer Cyrano de Bergerac, Alberto Isola va a hacer Madre coraje. Ya hay directores que hacen obras que yo no me siento en la capacidad de hacer. Por lo menos no ahora. Por eso me gusta hacer obras contemporáneas.

Bueno, ya has dado de alguna manera ese paso al hacer Las brujas de Salem. Y con un buen resultado.
Sí, efectivamente. Me mandé y fue una experiencia fascinante.

Tu predilección, sin embargo, son los textos contemporáneos…
Sí, siempre busco esos textos. Es lo que me interesa, lo que me apasiona y lo que considero que yo puedo aportar a Lima. Ese oído del teatro contemporáneo, donde los textos se entrecruzan… Y a la dramaturgia norteamericana o inglesa es fácil de acceder, porque se publica. Por ejemplo, vas al teatro y lo que venden no es el programa sino la obra, más barata que en una librería.

¿Qué te interesó de Agosto?
Busco obras que me conmuevan por encima de todo. A mí me toca todo por la sensibilidad más que por la cabeza. No soy tan racional, soy más sensible. Y por otro lado, sentía que era un montaje difícil de hacer. Y eso es lo que más me gusta, porque si no se vuelve aburrido. En esta obra no sólo había una obra muy potente sino que hay trece “personajazos”. No he encontrado en obras contemporáneas en donde todos los personajes, desde el principal hasta el más chiquito, tengan un momento, tengan una vuelta de tuerca, tengan una complejidad que sea un placer para los actores.

martes, 27 de abril de 2010

Grupo Santillana presentará libro "Estación final" de Hugo Coya el 12 de mayo

El Grupo Santillana presentará, bajo el sello Aguilar, el libro Estación final de Hugo Coya (con fotografías de Marina García Burgos). La cita es el miércoles 12 de mayo, a las 7:45 pm, en el Centro Cultural de la PUCP (Camino Real 1075, San Isidro).

Gustavo Gorrito ha señalado: “El libro de Coya representa, claro, el mejor resultado de la destreza en la investigación y la calidad en la expresión. Pero quizá su mayor significado sea el moral. A lo largo del tiempo y el ancho de los credos, Coya reconstruyó vidas destrozadas por la maldad humana. Lo hizo con tal calidez y empatía que no solo reparó el olvido, sino que sumó la mirada del justo a la del testigo”.

JOSÉ DONAYRE, hoy a las 7:30 pm, en el Británico de Miraflores

José Donayre (Foto: Archivo del autor).

Existe siempre un primer libro que se transforma en la puerta de entrada a la obra literaria de un autor. En mi caso, la novela La trama de las Moiras (PUCP, 2003) significó el inicio de una compleja madeja que me condujo al particular y sólido trabajo creativo de José Donayre. Libros como La fabulosa máquina del sueño (Mercados consultora y publicaciones), Horno de reverbero (Mundo ajeno) y Ars brevis (Mesa redonda) fueron apareciendo junto a mi velador para adueñarse de un sitial importante en mis preferencias de impenitente lector. La amistad vino después. Y la admiración se tiñó de afectuosidad. Es por ello que para mí resulta un privilegio y un placer contar con la participación de Pepe Donayre en la última fecha del ciclo que conduzco en el Británico: “Letra capital en directo: conversaciones literarias”. La cita es hoy, a las 7:30 pm, en el auditorio principal del C.C. Británico (Bellavista, Miraflores).

lunes, 26 de abril de 2010

Presentarán libro infantil "¿Dónde está mi huevo?" en Feria del Libro "Lima Norte"

El Grupo editorial Norma presenrará el próximo viernes el libro para niños ¿Dónde está mi huevo? de Paola Arenas y Christian Ayuni. La cita es a las 5:30 pm, en el auditorio principal de la Feria del Libro "Lima Norte", en el Centro Comercial Mega Plaza. Se anuncia un espectáculo para no perdérselo.

domingo, 25 de abril de 2010

BLOC DE NOTAS (de Carlos Calderón Fajardo)

Damián Tabarovsky (Foto: Eternacadencia).

DAMIAN TABAROVSKY: Literatura de izquierda
Escribe CARLOS CALDERÓN FAJARDO

La narrativa argentina actual es, para mi gusto, la más interesante en América Latina, basta citar algunos nombres de primer orden: Piglia, Fresán, Pauls, Fogwill, Aira, que por supuesto no agotan la lista, lista en la que se podrían incluir 10 a 15 nombres más. Entre estos autores, muy interesantes, está Damián Tabarovsky (1967) con novelas notables como Kafka de Vacaciones y Las Hernias. Pero no es sobre esas novelas sobre que va a tratar esta nota, sino sobre un libro de ensayos suyo, Literatura de izquierda (Beatriz Viterbo editora, 2004) libro muy discutido en América Latina pero que no pasó por Lima. 

Este libro de ensayos de Tabarovsky, no es sobre los escritores marxistas de hoy –tema que también es interesante–. Es un ensayo muy rico en ideas y al mismo tiempo sumamente polémico. Basta una cita para empezar: DT nos habla de la primacía en los 60 de lo cultural sobre lo literario y empieza a lanzar sus dardos parricidas: “Si leemos cualquier libro de esos años. Digamos Rayuela por citar el corazón de ese tiempo; si lo leemos hoy desprovisto de la coraza cultural que lo protegía en ese entonces ¿qué queda? Tan solo el vacío ya la nostalgia de esa coraza”. Para Damián los elementos que van a determinar la narrativa de los 80 y los 90 son el mercado y la academia como marca cultural. La voluntad del capitalismo se fundaba según Tabarovsky en “la necesidad de un mercado funcionando y una academia investigando...Los autores de la academia se pasan al mercado para desde allí mantener su discurso anti-mercantil desmentido por la falsa inocencia de sus propias obras, mientras nuestros bestseller mantienen un constante lloriqueo sobre la indiferencia de la crítica que no reconoce su talento”.

Como se puede ver se trata de un ensayo de 104 páginas de fructífera dinamita. Qué dice Damián T. de su propio libro: “Hace tiempo se me ocurrió escribir un libro que no aclarase nada. Que exponga sin argumentar, que explique sin justificar. Que llevara mi propia literatura hasta ese punto en donde desembocan las ideas: una teoría crítica de la arbitrariedad literaria”.

Pero prosigamos con el desmantelamiento, desmitificación, cortes de cabeza, parricidio, denuncia, alegato Tabarovskiano. Blancos de sus ataques son el mercado y la academia. Para Damián T. en el capitalismo tanto el mercado como la academia necesitan de la novedad para reciclarse. Pero el mercado entiende lo nuevo como la mercancía más reciente vaciando de densidad y perspectiva esa tradición. La academia sabiendo que lo nuevo ya no existe se dedica a historiar el problema dedicando sus esfuerzos a investigar lo que fue nuevo. Ante ese panorama irrumpe según Tabarovsky una literatura de izquierda. “Una literatura que sospecha de toda convención, incluidas las propias. Una literatura escrita por el escritor sin público, por el escritor que escribe para nadie, en nombre de nadie.” Como no sentirse identificado, cercano estas ideas, suscribir mucho de lo que dice el autor de “Las Hernias”: “Una literatura de izquierda que no es visible ni para el mercado ni para la academia ni nunca lo será” Lo que dice luego es contundente: “Fuera del mercado, lejos de la academia, en otro mundo, en el mundo del buceo del lenguaje, en su balbuceo, que se instituye como comunidad imaginaria, como comunidad negativa, la comunidad inoperante de la literatura”. 

Estamos parafraseando a Tabarovsky: la crítica al mercado y a la academia lleva a los “escritores de izquierda” a la búsqueda de otra zonas discursivas, de efectos políticos impensados, de escrituras impredecibles, presupone un más allá de lo realmente existente.

El libro es complejo como para abarcar su riqueza en tan poco espacio, es muy interesante para entender la lucha por erosionar un canon casi indestructible, el canon de la literatura argentina. Puig que carga contra Borges; de cómo Libertella, Fogwill y Aira arremeten contra la decadencia del realismo ramplón, de las herencias de Cortázar y Sábato, de la novela histórica convencional.

La arremetida de Damián T. no deja pájaro sin cabeza: La decadencia de una gran literatura que aparece representada por los que Tabarovsky denomina los jóvenes mediáticos, aquellos que con desparpajo pop y consideran que la literatura no es un asunto serio, que sueñan con una suite en el Hilton, con viajar y que les paguen por escribir, que practican una rebeldía fashion. Y de otro lado, los jóvenes serios, sin frivolidad ni ligereza, pero dispuestos a ganar la mayor cantidad de premios posibles, ser jurados de concursos, asistir a congresos y ferias, escritores convencionales sin ausencia de riesgo, creadores de una literatura en nombre del bien, de lo justo y de lo bello, enemigos del no sentido, de lo subterráneo, de una literatura de izquierda cuyo único objetivo es su imposibilidad.

Es indudable que la literatura peruana no es la argentina. Borges, Cortázar y Sábato no son padres a matar, fantasmas a exorcizar, Piglia tampoco. Y tenemos nuestras contiendas más sociales que estéticas, pero las reflexiones de Damián Tabarovsky no nos son tampoco tan ajenas y nos remueven.

Dos citas de Damián T. para terminar esta nota: “Lo cierto es que buena parte de la literatura argentina se entregó mansamente a la certidumbre de la trama, a la confianza en los personajes, al mérito de la anécdota, a las exigencias culturales más trilladas, al formalismo más académico…” ¿Y nosotros los peruanos qué, somos diferentes?

Y esta terrible frase del autor de Literatura de izquierda: “Buena parte de la literatura argentina contemporánea tiene tan claro lo que quiere decir, que a veces es más interesante ver televisión”. ¿Es distinto para nosotros los escritores peruanos? La diferencia está en que nosotros no tenemos claro lo que queremos decir y nuestra televisión es muy mala.

TEATRO: "La noche árabe" (ICPNA de Miraflores)

Compleja puesta en escena. (Foto: ICPNA)

La noche árabe
Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

El calor agobia. Y en uno de los edificios, allá arriba, en los últimos pisos, el agua se ha cortado de pronto. En ese mismo momento, en el piso siete –apartamento 732–, una mujer yace sobre un sofá en un profundo y perturbador sueño. La mujer responde al nombre de Francisca y la aqueja un raro mal: sus recuerdos parecen desvanecerse una vez que abandona la vigilia. Así nos lo cuenta Fátima, la chica árabe que vive con ella. Francisca trabaja en un laboratorio y cada vez que regresa a casa cae rendida. Y duerme, duerme sin que nadie la pueda sacar de aquel trance. Y cuando despierta, no recuerda nada de lo que ha hecho en las últimas horas. Lo olvida todo.

La trama resulta envolvente. Roland Schimmelpfenning, brillante dramaturgo perteneciente a la nueva generación de autores germanos, ha urdido una pieza compleja y, al mismo tiempo, seductora. La noche árabe se desliza entre la realidad y la fantasía. Imágenes oníricas se agolpan en aquel concierto polifónico en donde los personajes evidencian sus propios dramas personales. Sus caminos se cruzarán con el de Francisca. O mejor dicho, con el sueño de ella, un sueño que parece trasponer los linderos de la razón: uno de los personajes, por ejemplo, aparece metido en una botella casi vacía de coñac. Otro, por su parte, terminará en medio de un gran desierto.

La noche árabe se puso en escena hace un par de años, bajo la acertada dirección de Jorge Villanueva. Ahora se ha reestrenado, con el mismo reparto, en el auditorio del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA), en una breve temporada que va, de jueves a domingo (8pm), hasta el 9 de mayo. Se trata de una lograda puesta en escena en la que, entre otros aspectos, resalta el estupendo trabajo escenográfico diseñado por Marcello Rivera. El despliegue actoral resulta parejo. Aunque destaca Kareen Spano, brillante en su papel de Francisca sobre todo cuando relata en medio del sueño el haber sido secuestrada por un jeque y la represalia, con maldición incluida, de una de sus esposas. Lo mismo se puede decir de Marcello Rivera, quien interpreta a Kalil, el novio de Fátima. Elsa Olivero, Juan Carlos Morón y Diego Lombardi completan el afiatado elenco.

Se trata de una obra que te atrapa, sin lugar a dudas. Moviliza en el interior del espectador sensaciones diversas: encandila y subyuga. No otorga respiro. Uno casi puede percibir el calor agobiante, el delirio martillando nuestras mentes, la gota de sudor que se desliza por la frente… el ensordecedor sonido del agua que, desde el interior de las paredes, parece envolverlo todo. Absolutamente todo.

*Publicado el viernes en Expreso.

jueves, 22 de abril de 2010

EVENTOS: Gustavo Rodríguez presenta novela en Crisol

Velada literaria en Crisol. (Foto: CMS)

Acompañado de Javier Arévalo y Sergio Vilela, el escritor y publicista Gustavo Rodrígez presentó anoche su nueva novela La semana tiene siete mujeres (Grupo Planeta, 2010). El escenario fue la librería Crisol del Óvalo Guitiérrez, en San Isidro. Hubo una gran concurrencia de público.

MESA DE NOCHE (libros)

JUAN MANUEL CHÁVEZ
Ahí va el señor G.
(Norma, 2009)
Juan Manuel Chávez no es un autor nuevo. En el 2004 publicó la novela La derrota de Pallardelle, que, además, obtuvo una mención honrosa en el Concurso Nacional de Novela “Federico Villarreal”, en el 2002. Por otro lado, no pocos recuerdan que conducía un estupendo programa de radio llamado La divina comedia que, si mal no recuerdo, se emitía los domingos. A fines del año pasado, publicó Ahí va el señor G. (Grupo Editorial Norma). Se trata sin duda de una novela que merece una lectura atenta.

YENIVA FERNÁNDEZ
Trampas para incautos
(Revuelta, 2009)
La Escuela de Escritura Creativa que dirigen Iván Thays y Alonso Cueto tiene, entre sus principales aciertos, el mérito de haber sacado de sus “canteras” –por decirlo de alguna manera– a una serie de autores que nos han entregado óperas primas de interesante nivel. Ese es el caso, por ejemplo, de Yeniva Fernández, quien ha publicado Trampas para atrapar incautos (Revuelta editores), un conjunto de cuentos que transitan por el género fantástico. Se trata de once relatos que prometen atrapar al lector desde las primeras líneas.

L.J. SMITH
Despertar
(Destino, 2008)
No hace mucho se empezó a emitir, vía cable, una serie titulada The vampire diaries. La idea centrar resulta sencilla: dos hermanos, que son vampiros, compiten por el amor de una bella muchacha. Bueno, pues la historia está basada en realidad en la saga Crónicas vampíricas de la escritora Lisa Jane Smith. Se trata de, hasta el momento, cuatro novelas que conforman la saga. La primera de ellas, Despertar (Destino) ya se puede encontrar en Lima gracias al Grupo Planeta. Y se espera que pronto lleguen las otras tres: Conflicto, Furia e Invocación.

martes, 20 de abril de 2010

GUSTAVO RODRÍGUEZ presenta su nueva novela hoy en Crisol

Hace varios años leí La risa de tu madre: me la recomendó un amigo. Le hice caso y el resultado fue más que prometedor. La novela logró cautivarme y la lectura se hizo placentera. Tiempo después, cayó en mis manos un conjunto de cuentos titulado Trece mentiras cortas y la experiencia resultó similar a aquella primigenia. Gustavo Rodríguez ahora presenta La semana tiene siete mujeres (Planeta, 2010), una novela que tiene el mérito de haber quedado finalista del Premio Planeta-Casamérica el año pasado. El libro será presentado oficialmente hoy, miércoles, a las 8:00 pm, en la librería Crisol (Óvalo Gutiérrez). Los comentarios estarán a cargo de Carlo Trivelli y Javier Arévalo.

lunes, 19 de abril de 2010

JAVIER ARÉVALO: hoy martes, a las 7:30pm, en el Británico de Miraflores

Tres novelas de Javier Arévalo.

Conozco a Javier Arévalo hace ya una buena cantidad de años. Y no sólo se trata de un reconocido escritor, también es un entusiasta gestor cultural y un infatigable promotor de la lectura en el Perú.

Entre sus principales libros figuran las novelas Nocturno de ron y gatos, Instrucciones para atrapar a un ángel, El beso de la flama, Él cazaba halcones y Gracias, señor, por tu venganza.

Javier me acompañará hoy, a las 7:30 p.m., en el auditorio del Británico de Miraflores, en la tercera fecha de “Letra capital en directo: conversaciones literarias”. El ingreso es libre y están todos cordialmente invitados.

Entrevista a PATRICIA DE SOUZA sobre CÉSAR VALLEJO

Patricia de Souza (Foto: archivo de la autora).

En España acaba de aparecer, dentro de la colección Humo hacia el sur, dirigida por la chilena Claudia Apablaza, el libro Escalas melografiadas (editorial Barataria, 2010) de César Vallejo. Esta estupenda edición cuenta, además, con un interesante prólogo de Patricia de Souza, con quien aprovechamos para charlar sobre la obra del célebre poeta peruano.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR 

¿Cómo se da en tu caso el primer acercamiento a la obra de César Vallejo?
Como lo menciono en el prefacio a la nueva edición española, desde la niñez, a través de mi abuelo materno que era un gran lector de poesía y un gran admirador del que fue su suegro, Francisco Mostajo, escritor arequipeño. Luego, en la escuela, recuerdo que la lectura de Paco Yunque me impactó mucho. Mi padre también me regaló El tungsteno y Trilce, que habría de leer después...

¿Qué significó para ti este reencuentro con Vallejo al releerlo a propósito de la publicación de Escalas melografiadas?
En esta segunda lectura creo que he comprendido mucho mejor este texto y he entendido los prejuicios académicos que han hecho que su obra en prosa, como se suele decir, sea menos valorada. Leerlo ahora es más fácil que el lector está acostumbrado a una geografía más vasta, menos decimonónica.

¿En dónde radica la trascendencia de Escalas melografiadas?
Creo que sucede lo que sucede con toda verdadera escritura, es decir, escribir cuando se abre el abismo, una imposibilidad concreta a narrar. Yo no creo que en el caso de vallejo, sean deficiencias, creo que es un impulso vital, en relación con una realidad que se hace innombrable. Ahí donde empieza la experiencia abismal, empieza la escritura, empieza el mito y la leyenda...

Mencionas en tu prólogo que, como Arguedas, Vallejo buscó a través de la escritura "ser un hombre libre".
Exacto, ambos buscaron liberarse del lastre de la academia, salidas, espacios de libertad. Y eso queda muy claro en El Zorro de arriba y el Zorro de abajo de Arguedas y en las prosas de Vallejo. No me olvido que la prosa, el relato, busca representar la realidad y es ahí dónde surge un verdadero problema de identidad con ella. 

¿Encuentras en Escalas melografiadas coincidencias con tu propia concepción de la literatura? Pienso eso, por ejemplo, cuando mencionas la no linearidad del relato...
Sí, no respetar la linealidad del relato o la causalidad, es rebelarse contra una forma de pensar más o menos clásica que nos ha dicho que avanzamos de un punto para llegar a otro, cuál? No lo sabemos, pero esa linealidad hace tiempo que se ha dejado de ser un paradigma: La realidad es más fragmentada, más circular (el "eterno retorno") de lo que imaginamos y en ese sentido hay un punto en común, un puente.

¿Qué tan presenta está la obra de Vallejo en Francia?
No solo está presente en Francia, excelentemente traducida por Claude Esteban, que ya murió, sino en España, y en México. Vallejo es un referente sólido, moderno, cosmopolita, alguien que se comprometió con su época de manera auténtica. Y nació en Santiago de Chuco...

domingo, 18 de abril de 2010

BLOC DE NOTAS (de Carlos Calderón Fajardo)

Guillermo Martínez (Foto: Blog Eterna cadencia).

Crímenes imperceptibles de Guillermo Martínez
Escribe CARLOS CALDERÓN FAJARDO 

Los crímenes en la novela policial clásica son de dos tipos: el perfecto y el imperfecto. El patrón es casi siempre el mismo: se narra la historia de cómo, alguien, sobre todo un detective, intenta desentrañar un crimen, un crimen que es perfecto o imperfecto. En estas novelas el narrador siembra pistas falsas a lo largo de todo su relato, personajes dentro de una trama que nos atrapa. Son novelas que buscan brindar placer que se logra desafiando la inteligencia del lector. Sin embargo existe un tercer tipo de crimen que no es ni perfecto ni imperfecto, y es el crimen imperceptible. De este tipo de crimen es del que se ocupa el escritor argentino Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962) en su novela Crímenes imperceptibles (Planeta, 2003).

No está dicho explícitamente en la novela, pero desde el título la idea salta a la vista y cautiva: vivimos hoy en sociedades criminalizadas. Rodeados de todo tipo de crímenes y por todas partes, cuya característica es que son “imperceptibles”. Estos crímenes se producen a gran escala y cada segundo, pero nuestros ojos, nuestra inteligencia, ha sido entrenada para que existan de manera imperceptible, y por lo tanto no contienen ningún enigma a descubrir, más bien nos crean un displacer permanente con los que estamos acostumbrados a vivir. Cuando estos crímenes son llevados a un texto, no se trata de una policial, sino de una narración sobre la violencia, hiper-realista, como las novelas del escritor norteamericano Corman Macarthy: repletas de sangre, brutalidad incontrolable y asesinatos irracionales.

El género de la novela policial ha sido poco practicado en el Perú, las buenas novelas de este tipo en nuestra historia literaria son contadas con los dedos de la mano. Más bien proliferan novelas sobre la violencia. Quizás la novela policial no es atractiva para nosotros porque son tantos los crímenes que se producen a diario en sociedades “criminalizadas” latinoamericanas, que la novela sobre la violencia, -como las del colombiano Fernando Vallejo- en algunos casos espléndidamente escritas, aunque el crimen es el tema, no son novelas policiales. La novela de G. Martínez sí es una novela policial, cuyo principal ingrediente es lo filosófico en la resolución del enigma creado por un asesino serial.

Crímenes perfectos tiene como escenario la Universidad de Oxford, lugar en donde Guillermo Martínez se doctoró en matemáticas. Y la novela es la historia de un joven argentino que va a estudiar matemáticas a Oxford y asiste a la comisión de varios asesinatos en serie, la pesquisa no es otra cosa que un desafío intelectual lanzado al un joven matemático argentino por su profesor, el eminente matemático Arthur Seldom. La novela apela a los juegos de lenguaje de Wittgenstein, al teorema de Gödel y a enigmas relacionados con antiguas sectas pitagóricas, mezclados con los arrebatos de la pasión. El final de la novela es un magnifico cierre dentro de los parámetros de la novela policial clásica de trama compleja.

La novela de Martínez trata sobre aquellos crímenes “imperceptibles” que sólo pueden resolverse a través de series lógicas interferidas. Sobre el particular, Kurt Gödel formula en 1931 su teorema sobre la incompletitud. Gödel demuestra que aún en los niveles más elementales de las matemáticas hay enunciados que no pueden ser demostrados ni refutados, son los enunciados indecibles. El valor de este teorema se le equipara en importancia a la teoría de la relatividad de Einstein. Trasladado el teorema de Gödel a la literatura, nos sugiere que la verdad no puede ser expresada, porque la característica de toda verdad es la de ser incompleta. Es decir, la verdad de una novela, igual como un crimen imperceptible, es inevitablemente incompleta, y si se logra será siempre verdad huidiza, invisible.

Como ésta no es una reseña, no resumiré la novela de Martínez en unas cuantas líneas. Así como ante un crimen, un detective, o un juez, no pueden determinar fehacientemente inocencia o culpabilidad, porque la verdad siempre será incompleta, de la misma manera hay algo en Crímenes imperceptibles de Guillermo Martínez que me impide afirmar si ésta es o no es una buena novela. Sólo puedo decir que sentí un gran placer intelectual al leerla.

Letra capital en directo: conversaciones literarias (los martes de abril)

Nota aparecida en Correo.

La idea data de mucho tiempo atrás, cuando veía el programa “Inside the actors studio” que conducía James Lipton. Confieso que no soy un gran cinéfilo. Sin embargo, seguí durante un tiempo aquel espacio televisivo vía el cable. Y siempre me preguntaba, al término de cada emisión, el por qué no existía un programa similar dedicado a escritores. Vale decir, uno en donde un entrevistador, conocedor del tema, entrevistase frente a un público asistente a un determinado autor.

La idea de este ciclo, “LETRA CAPITAL EN DIRECTO: Conversaciones literarias”, surgió bajo aquella premisa: una entrevista en vivo, con un público que también pueda participar, hacia el final de la velada, con sus propias preguntas, con sus propias inquietudes.

Ya han transcurrido hasta la fecha dos jornadas. Y así, en el escenario del auditorio del Británico de Miraflores, he podido compartir amenas conversaciones con dos autores que para mí revisten un especial significado. Dos autores cuya obra literaria he disfrutado, sin duda. Pero sobre todo: dos estupendos seres humanos que me han cobijado con la tibieza entrañable de su amistad. José Antonio Bravo y Carlos Calderón Fajardo serán depositarios vitalicios de mis afectos, sinceros e incondicionales.

El ciclo aún no culmina. Restan dos fechas más en las que compartiré escenario con dos también grandes amigos y estupendos autores: Javier Arévalo y José Donayre. El mes de las letras nos depara, pues, dos noches más de plática literaria. De aquellas que nos suelen parecer inagotables.

lunes, 12 de abril de 2010

BLOC DE NOTAS (de Carlos Calderón Fajardo)

Franz Kafka (Foto: Internet)

Gregorio Samsa y el Facebook
Escribe CARLOS CALDERÓN FAJARDO

Hace un tiempo escribí una novela titulada La vida íntima de Gregorio Samsa. La novela increíblemente salió finalista en un concurso internacional. No la pienso publicar, nunca. Está llena de odio a la vida, es la novela escrita por un insecto. La novela no trata sobre la infancia de Gregorio Samsa, el personaje de La Metamorfosis de Franz Kafka, como alguien supuso. Y es cierto cuando se comentó que era un despropósito dar luces y escribir sobre algo que el mismo Kafka había deseado dejar en blanco. Pero mi Samsa no era el mismo escarabajo de la novela de K. Mi Gregorio Samsa era, o es, en mi novelita fallida, raté, como dicen los franceses, un síndrome: las de aquellas personas que una mañana descubren que se han transformado en una cucaracha. Le ocurre a mucha gente en este mundo infeliz, todos nos sentimos en algunos tramos de nuestra existencia una suerte de Gregorio Samsa. Fue así como parapetado tras el personaje Gregorio Samsa escribí una novela cargada de todos mis resentimientos y frustraciones. Y no se debe escribir con corazón vengativo. Por esa razón esta novela nunca verá la luz. Pero como ciertos fragmentos de esta novelita tienen cierto humor sobre algunos temas de interés general, ahora publico uno en este Bloc de notas para variar el tono un poco dramático de mis notas anteriores.

...
Un día despertó Gregorio Samsa y descubrió que los seres humanos se habían convertido en estúpidos intercambiando tonterías en el Facebook. Desconcertado, Gregorio Samsa se sintió la cucaracha más solitaria del mundo. Pero lo que no sabía Samsa era que el Facebook en realidad representaba, para el que entraba en ese juego, una feroz y terrible adicción.

Samsa sin saber como, por curiosidad de insecto, tal vez, terminó teniendo su Facebook. Entraba a cada instante a maravillarse con tanta estupidez, todo el día inclinado con sus élitros de escarabajo sobre la computadora curioseando en los muros empalagosos de mucha gente. Cuando quiso librarse de la nueva adicción, Samsa ya no pudo; el Facebook es una atracción muy fuerte.  

Samsa, por más que lo intentó, ya no pudo despegarse del Facebook. Siguiendo su instinto de cucaracha se dio cuenta que detrás de tantas bobadas escritas ahí se ocultaba algo mucho más complejo. El Facebook era en realidad un certamen, una especie de torneo. Se competía para demostrar quién decía la tontería más grande. Samsa lo olió, lo captó con sus finas antenas: los términos se habían invertido. El más inteligente era el que formulaba la estupidez más inteligente, pero en una nueva concepción distinta a como la entendió la estupidez de la anterior inteligencia. Es decir la estupidez en el Facebook era un espacio de contra-inteligencia.

Entonces Gregorio Samsa agarró el guante y empezó a escribir en su muro en el Facebook pensamientos inteligentes que no podían ser demolidos por la contra-inteligencia Facebook.

La contra-inteligencia Facebook se percató de inmediato que se había infiltrado en la red un enemigo peligroso. La primera reacción fue un error: los insultaron. Le dijeron cucaracha, escarabajo y otras cosas más. Pero Samsa estaba acostumbrado al insulto y siguió bombardeando no sólo sus muros sino los de muchos “amigos” con frases supuestamente inteligentes. Habló de un glosario artificial para captar la atención desprevenida, de la multi-direccionalidad ambigua de los contenidos afectivos que reemplazan a la uni-direccionalidad de los contenidos intelectuales sin certezas, el renacimiento de Cantinflas, etc.

Los líderes de la contra-inteligencia Facebook intercambiaron mensajes de urgencia, y trazaron una nueva estrategia. Lanzaron en masa un ataque en una lengua desconocida. Bombardearon el muro de Gregorio Samsa con frases redactadas en un lenguaje indescifrable, gruñidos, signos quebrados, trazos rotos. Samsa no supo qué responder, su vieja inteligencia de insecto no le servía de nada contra eso. Pero Samsa no era alguien que se rendía fácilmente. Se pasó horas tratando de descifrar esos mensajes crípticos. Cansado de exprimir su cerebro de sabandija se quedó dormido.

Cuando Samsa despertó, comprobó horrorizado que se había transformado en un ser humano. Y, a este nuevo Gregorio Samsa, su intimidad más profunda lo llevó a escribir, a arañar en su muro pidiendo, rogando, ser admitido por la contra-inteligencia Facebook. Él también quería jugar, divertirse, reírse hasta reventar. 

Samsa recibió un último mensaje en su Facebook: 

Jódete por bruto. Te has quedado solo, escarabajo, porque no comprendiste que el Facebook no es el muro de las lamentaciones sino el de los afectos. No sirve para expresar pensamientos sino sentimientos. Y en la mayoría de los casos pensamientos afectivos. Te has humanizado pero en el fondo de tu alma sabemos que sigues siendo una cucaracha pensante. No te queremos. Nadie te va a aceptar en su Facebook. Nadie va a responder a tus mensajes. Te hemos abandonado para siempre. Chau.

viernes, 9 de abril de 2010

"Engaño" (Seix Barral, 2009) de PHILIP ROTH

Portada de Engaño (Seix Barral) de Roth

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Un escritor es un vampiro? ¿Un oscuro ser al acecho de almas atormentadas? En Engaño, novela del norteamericano Philip Roth que acaba de llegar a Lima bajo el sello de Seix Barral, uno de los personajes se luce implacable e inquisidor frente al protagonista –un escritor cincuentón llamado Philip– y le dispara a quemarropa: “Lo que más te gusta es que esas mujeres tan emocionales no sean capaces de contar sus propios relatos pero se esfuercen para contar la historia de su vida. Eso para ti es tan erótico como exótico. (…) Ellas intentan llenar con sus palabras el enorme abismo que se abre entre el acto en sí y la narración del mismo. Y tú escuchas, te apresuras a anotarlo y luego lo estropeas con tu mala ficción” (p.85). Sin embargo, un autor no sólo se vale de las experiencias ajenas, sino también de las propias. Y ya desde sus primeros libros, Roth se vio enfrentado a la intolerancia de la comunidad judía de su ciudad. Su crimen: reflexionar inteligente e irónicamente sobre su condición de judío.

En un gran despliegue técnico, Roth ha construido una muy interesante novela en base a diálogos. Principalmente entre los sostenidos por un escritor de mediana edad (llamado Philip, como ya hemos mencionado) y su amante, una joven mujer de 31 años que le cuenta los pormenores de su conflictuada relación matrimonial. Ambos son casados. Estas conversaciones nos permiten apreciar inteligentes reflexiones sobre diversos temas como el amor, la política y, como no podía ser de otro modo, su condición de judío.

El protagonista, quien dice estar escribiendo una novela, anota en un cuaderno las conversaciones que sostiene con su amante en su estudio. Cuaderno que luego es hallado por su esposa, quien le saca en cara su engaño. El escritor se escuda en que se trata de ficción, de conversaciones surgidas de su desbordante y febril imaginación. Resulta curiosa la coincidencia biográfica con el autor, con el verdadero Roth. Se dice que su ex esposa, la actriz Clarice Bloom, lo dejó tras leer por casualidad el manuscrito de esta obra (Engaño). “En mi imaginación soy infiel a todo el mundo”, sostiene el protagonista de la ficción. 

La humillación (Mondadori), el más reciente libro de Roth acaba de ser publicado en España y se espera que pronto lo tengamos en librerías, acá en Lima. Los comentarios, lamentablemente, no son nada favorables: Edmundo Paz Soldán, por ejemplo, la califica de mala. Sin embargo, mientras la aguardamos, Engaño nos otorga la posibilidad de reencontrarnos con el talento indiscutido de un autor monumental como Philip Roth.

lunes, 5 de abril de 2010

BLOC DE NOTAS (de Carlos Calderón Fajardo)


GASTÓN FERNÁNDEZ POR EL MISMO
Escribe CARLOS CALDERÓN FAJARDO

Siempre se ha dicho si existe un narrador peruano, renovador, original, valioso que continua secreto varias décadas después de la aparición de sus textos. Ese narrador existe: Gastón Fernández (1940-1997). Son inclasificables sus relatos, inauditos para la época que se hicieron conocidos, todos con el mismo título: “Relato aparente”. Según GF un “antitítulo”, de los cuales se sabe de la existencia de 26, 120 páginas, casi una novela. El mismo Gastón Fernández en carta a Carlos Calderón Fajardo dice: “Son tan míos que tardarán mucho en ser publicados” (Quehacer, nº 106, 1997). La obra de publicarse (hay de esos 26 muchos publicados en revistas y su familia debe tener inéditos) hará que nazca para nuestra literatura moderna uno de sus narradores más originales.

La prosa de Gastón Fernández deja de ser una prosa de representación para ser una de conocimiento. Los personajes están vistos desde fuera. El narrador es un observador frío de movimientos. Sabe que el lenguaje no puede “copiar” la realidad entonces intenta reproducir su ritmo. El tema es débil, apenas si se le vislumbra. Sin embargo, los relatos de Gastón Fernández poseen una gran densidad y complejidad. El relato aparente esconde el verdadero relato. Aquí uno de sus relatos como muestra.

Relato aparente (XXI)
Mi hermana viene, diez años luego. Llegará en tren, casi en la ligereza de un silbido familiar. Su llegada es sólo la inmanencia de un día en que el horario es estricto: un día que se estira como una jornada. Así es. De pronto la palabra trampea delante de la realidad, y el ojo ve lo que el cuerpo ignora. Lo que significa en buenos términos lo que el ojo sabe lo que el ojo cree ver. Y el día dura. Me digo: mi hermana va a llegar. El acontecimiento, perezoso en sí, se torna tiempo, un despertar. Lo paradójico es bruscamente que la llegada, que debía ser real, se transforma en espera cuando el tiempo era largo, se transforma en suspenso en el momento menos pensado y más próximo, innecesario ya. Lo que hora que la llegada será de improviso una aparición. Pero la aparición ya no es una verdadera llegada: es, o una irrupción violenta; o un silencio; un silencio epifánico. Un prematuro, advenedizo, rebelde a ruidos humanos, y que justamente sabe del tiempo, de eso que sólo una jornada es capaz de ocupar. Mi hermana, no viene, me ha dicho. No va a llegar. No llegará, me dije. El día era un día claro de verano. Recuerdo que ese instante que fue la catástrofe de ver una banalidad convertida en prácticamente una situación absoluta, me aventó a la luz. Un vacío infinito y una euforia loca, saturada. Entre la presencia física virtual de mi hermana y yo quedó la idea de una llegada, de alguna existencia. Una astilla en la luz. Mi hermana fue efectivamente violada y muerta poco antes de llegar.

Bruselas, invierno 1985. (Quehacer 106, “Una astilla en la luz”)

Gastón Fernández, no sólo era un gran narrador, era también un ensayista de gran profundidad y erudición. La revista Lienzo publicó algunos de sus ensayos (Lienzo nº 7, 1987 y Lienzo nº 10, 1990). De su libro El occidente: el anti-viaje a la India (1983-84) También inédito hemos recogido algunas de sus ideas, que se conjugan y nos permiten comprender en algo su narrativa.

No hay nada representable para la conciencia occidental en este estado de su evolución. Una re-presentación de algo supone una interpretación simbólica del mundo, de sus objetos y del hombre; por consiguiente una distancia, a través de la cual los objetos, el hombre y la realidad no aparecen jamás como son.

El hecho que la representación ya no es necesaria –pero las dos son inseparables. La mirada y la palabra ya no se justifican en una sociedad humana que aprehende mejor la realidad sensible con una máquina fotográfica y una computadora.

¿Cómo podría haber tarea interpretativa del mundo si éste ya no se deja interpretar pues no hay la distancia que lo permitiría? El mundo, las cosas, el hombre están ya definidos, datados, clasificados, archivados e informados, convertidos en lo que son. Sin más: Son el mundo, las cosas, el hombre.

*Imagen de la portada del poemario Breviario (tRpode, 2006)