domingo, 25 de junio de 2006

MESA DE NOCHE (Reporte)

FUEGO DE TU FUEGO
Ricardo Silva-Santisteban
Estupendo poemario publicado originalmente en 1994 y que ahora se reedita en edición bilingüe (español-francés) bajo el sello del Fondo Editorial de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. "Llegó la desolación/ Ha llegado el invierno/ Con el sonido de la sombra/ Los árboles agotaron sus hojas/ Y escuché su rumor/ Cobijado por la húmeda almohada del deseo/ Una a una cayeron/ Y cual árbol que el invierno embiste/ Siento el aguijón de su partida/ Se ha ido para siempre/ Y mis pesares se agotaron como hojas". Así se inicia este largo poema. Sin duda, para mí, Fuego de tu fuego es uno de los mejores poemarios de Ricardo Silva-Santisteban (maestro entrañable). Leerlo nuevamente me causa la misma conmoción de cuando lo leí por primnera vez en Terra Incógnita (título bajo el que se reúne la obra poética de RSS).
LA PRIMERA ANUNCIACIÓN
Cecilia Podestá
Se hizo esperar. Luego de algunos años de la aparición de su ópera prima Fotografías escritas (Dedo crítico), un atractivo conjunto de poemas que allanaban el camino para un importante tránsito por nuestra escena poética, Cecilia Podestá me ha dado hace algunos días un ejemplar de La primera anunciación (Ajos y zafiros, 2006). "Yo quiero que ese niño nazca muerto, María,/ Poco me importa ser el padre de un salvador/ o el santo que acompañe tu vientre/ Tocado por las manos ásperas/ de un dios egoísta". Estos son los primeros versos de un largo e iconoclasta poema cuyo yo poético adopta la voz de José, el carpintero.
SUZUKI BLUES
Renato Sandoval
Víctor Ruiz, entusiasta editor (no hace mucho publicó el tercer poemario de Hinostroza), me hizo llegar Suzuki blues (Lustra editores, 2006) el nuevo poemario de Renato Sandoval, poeta verdadramente exquisito y traductor notable. Conocedor de la poesía zen, Sandoval ha tomado como puntos de partida un haiku, un tanka o un koan para escribor los poemas que conforman este libro estupendo que concilia lo oriental con lo occidental. "Arde el sol sin piedad/ pero el viento es de otoño/ en la ribera del hastío. Solo las calles/ ensanchan el grito/ en perfecto estado de desvelo. Las ventanas/ encierran que de agotas/ se cuela por las ranuras de las puertas/ esmirriadas. Nada turba la siesta/ de los necios en este día comercial/ y sin provecho, apenas/ si el bancario que relame sus legañas/ o el rocpio que aún persiste/ en los geranios". Este poema surge apartir de un texto de Basho.

Entrevista a Iván Thays

Iván Thays tiene una particular relación con los viajes. Si uno revisa sus novelas (Escena de caza, El viaje interior y La disciplina de la vanidad) y su libro de cuentos (Fotografías de Frances Farmer) advertirá que todos sus personajes viajan. Por ello no es extraño que bajo esa línea temática Iván pergueñe una interesante antología de cuentos de escritores peruanos: Pasajeros perdurables (Seix Barral, 2006). Aquí el pretexto para otra grata conversación con Iván, la misma que se publicó hace algunas semanas en el diario Correo.

Tiempo de viaje

Carlos M. Sotomayor

Correo: El tema de los viajes es recurrente en tu literatura. ¿Cómo nace la idea de esta antología que se articula precisamente bajo ese tema?
Iván Thays:
Fue una idea que tuve con mi agente literario. El quería que hiciera una antología de autores peruanos. Y yo le dije que no estaba interesado en hacer una antología canónica. Pero que sí me interesaría mucho era hacer una antología temática. Y de inmediato apareció la idea de hacer un libro de cuentos sobre el exilio. Pues por mi interés personal, los cuentos sobre viajes son los cuentos que hablad de exilios son los que se me quedan más grabados de todos los libros de cuentos que leo.

C: La distancia te permite una mirada más objetiva del país...
IT:
Yo creo que la distancia es una buena manera de ver el país. Pero también es una buena manera de verse a uno mismo. Por Porque yo creo que el tema de la identidad no puede pasar sólo por qué cosa es el Perú, sino por qué soy yo y qué cosa mía pertenece al Perú. Por eso me parece ideal el viaje, porque uno se pregunto primero por quién es y luego a dónde pertenece.

C: Confesaste alguna vez que eres, sin embargo, un mal viajero.
IT:
Soy un mal viajero porque soy una persona que tiene miedo a los riesgos. Eso hace que dude al viajar. Siempre me gusta estar protegido. Y viajar es la vulnerabilidad total. Pero si me considero un buen viajero en el sentido de la curiosidad. Si me agrada caminar, buscar, encontrar. Pero la movilización, tomar un avión, hospedarse en un hotel, comer comida rara, eso si me inquieta.

C: Por eso los personajes de tus novelas viajan, trastadas a tus personajes esa sensación de vulnerabilidad...
IT:
Yo creo que sí, por eso siempre mis personajes son vulnerables por eso. Pero yo envidió muchísimo y me fascina una obra como la de Sergio Pitol, que está llena de viajes, de historias de cómo pasa hambre pero que también le va bien.

C: Tienes una predilección por aquellos autores “raros”. Uno de ellos es Gastón Fernández, a quien incluyes en esta antología.
IT:
Es cierto que aquellos escritores que son inclasificables me gustan mucho. Y el Perú, por supuesto, tiene muchos de ellos. Para mí el más importantes es Gastón Fernández. El cuento que aparece en la antología es un lujo. Es una reflexión sobre el viaje, sobre el movimiento, más que una historia de exilio.

C: Otro autor predilecto es Luis Loayza...
IT:
Loayza no es vendría a ser raro en el sentido de Fernández, pues es un escritor tradicional, pero sí es raro porque es difícil encontrar una persona que tenga una fascinación por la prosa, por la palabra exacta, de esa manera tan notable como la tiene él. Es un escritor que sabe contar historias. Lamentablemente es un autor poco prolífico. Pero los cuatro cuentos que se conocen son todos de lo mejor que se ha escrito en el Perú.

C: En términos estrictamente literarios, uno de los hallazgos de esta antología es el de Jaime Bedoya.
IT:
Jaime Bodoya es, yo creo, uno de los mejores escritores, si no el mejor, de los años noventa. Pero siempre se le ha ubicado en el terreno del periodismo, porque su labor en Caretas es muy célebre y porque es un cronista notable. Sin embargo, Kilómetro cero, que es su segundo libro, tiene para mí algunas crónicas de viaje que saltan el terreno de la mera crónica y se convierten en cuentos.

C: Esta antología tiene, definitivamente, tu sello personal...
IT:
Yo creo que cuando uno hace una antología trata de reflejar su espíritu en ella. Que es más importante que colocar el cuento de uno. La típica cosa de un antologador es poner su propio cuento. A mi me interesaba que quede mi espíritu marcado como una especie de marca de agua, aunque no hubiese ningún cuento mío, salvo el prólogo.

Entrevista a José Güich

A principios de año apareció El mascarón de Proa (Mesa redonda, 2006), libro de cuentos de mi amigo Pepe Güich. Una grata noticia para quienes como yo disfrutamos de su primer libro Año sabático (Editorial San Marcos). Reproduzco una amena conversación que sostuvimos -Manuel Eráusquin y yo- con el autor, en la comodidad del Café de la Paz, en Miraflores. La entrevista apareció, editada, en el diario Correo hace algunos meses atrás.

Universo fantástico

M. EráusquinC.M. Sotomayor

C: A diferencia de Año Sabático, este libro presenta relatos más extensos. ¿A qué se debe esto?
José Güich: Yo creo que para romper la idea del cuento breve del libro anterior. Año sabático es un libro muy breve. Quería, sin abandonar el género de lo fantástico, asumir el reto de escribir historias más desarrolladas, más articuladas. Donde la peripecia fuese más intensa, y que no quedara como una sugerencia velada como pasa en muchos cuentos de Año sabático.

C: ¿Hay una intención de ir hacia la novela?
JG:
Claro, es también una insinuación de que me encantaría en algún momento escribir novelas. Yo no pienso, sin embargo, que el cuento sea una preparación para escribir novelas, como algunos autores, y lo digo con todo respeto, lo asumen. El cuento tiene sus propias exigencias, su autonomía. La novela es otra cosa. Pero también quería jugar con estructuras que, sin salir del objetivo cuentístico, por decirlo de algún modo, pudiesen insinuar alguna estructura más compleja, cercana a la novela corta.

C: Asumiste riesgos...
JG:
Creo que era un riesgo, pero había que correrlo. No quería que Año sabático se perpetúe, que mis cuentos sean permanentes homenajes a los escritores a quienes admiro y admiraré por siempre. Creo que el mejor modo de seguir homenajeándolos es intentar un camino propio. Y creo que Mascarón de proa es un libro más personal.

C: ¿Cómo surge el cuento “En busca de Serling”?
JG:
Es un cuento al que le tengo una especial consideración. Es un cuento inspirado en la vieja serie The Twilight Zone, La dimensión desconocida, un clásico de todos los tiempos. Y revela la intención de un homenaje a alguien a quien considero un enorme autor. Serling no es reconocido por el stablishment como un autor de primer nivel, pero yo sí lo quise reivindicar como un autor historias y de guiones notables. Cambió la percepción de lo fantástico y lo hizo mediático. En este cuento están presentes todas aquellas obsesiones y pasiones mías sobre esa serie. La vi por primera vez cuando tenía seis años.

C: ¿Por qué literatura fantástica?
JG:
Es muy difícil de responder. Creo que es por una insatisfacción, por un deseo, quien sabe soterrado y muy oculto, de que la realidad sea distinta, de poder transformarla. Y no lo hablo en términos políticos; creo que eso siempre está pero en otro camino. Pero sí en términos de una permanente frustración ante el hecho de que las cosas sean de un modo, que la lógica y la razón nos hayan domesticado tanto que no seamos capaces de vislumbrar otras formas de realidad, otras formas de relacionar al hombre con el tiempo y el espacio. Y creo que no es una preocupación sólo mía.

C: ¿Cómo definirías El mascarón de proa?
JG:
Creo que el libro, como sugiere generosamente Diego Otero, es una especie de catálogo de los principales tópicos de la literatura fantástica de todos los tiempos. Y también es un intento por mezclar cosas que en principio no deberían estar mezcladas. Es un libro que si bien no experimente mucho con el lenguaje, sí lo hace con el hecho de la hibridez, con el hecho de que cosas que no están juntas, se mezclen, se entrelacen, como ocurre en “Paisaje con hombre que corre”, que es un policial fantástico.

C: ¿Cómo ves el panorama literario peruano actual?
JG:
Yo estoy convencido de que nuestra literatura se parece mucho a la literatura de México de la década del sesenta. ¿Por qué? Porque hay una explosión de creadores que son absolutamente distintos. Poéticas antagónicas, a veces. Pero creo que estamos presenciando la consolidación de una literatura que en algunos frentes ya ha demostrado sus bondades, como los premios recientes a varios escritores.