domingo, 29 de octubre de 2006

Entrevista a Fernando de Szyszlo

Fernando de Szyszlo demuestra, una vez más, su incontenible derroche de talento en una muestra en la que rinde tributo a uno de sus mayores referentes: Rembrandt. Su mirada, sin embargo, trasciende lo artístico y se expande sobre toda la condición humana.

Entrevista realizada por
Manuel Eráusquin y Carlos M. Sotomayor

Es muy difícil concebir el trabajo pictórico si uno no tiene una entrega total...
Sin duda. La pintura es un arte de madurez. Tiene esa cosa complicada que es al mismo tiempo un arte manual y, de otro lado, es una cuestión espiritual. Entonces esa mezcla es la que la hace tan inasible, tan difícil. Porque, en general, pintar cuadros decorativos es fácil. Eso no es un problema, eso se aprende. Eso se puede copiar. Cuando uno se da cuenta de que la pintura tiene contenido, está perdido. Entonces comienza a buscar qué cosa es lo que transmite la pintura y cómo hacer para transmitir eso que uno tiene adentro y que, sin embargo, si es auténtico y si ha sido trasmitido correctamente, es legible para los otros. No es entendible. Mirar un cuadro no es una cosa que pasa por la cabeza, es algo que va directamente a los sentimientos. No hay nada qué comprender.

¿Qué características ostentan los cuadros que componen esta muestra a diferencia de trabajos anteriores?
Miren, mi pintura nunca ha cambiado mucho. Siempre ha sido un trabajo hacia adentro. Un cuadro está basado en otro, y éste en otro anterior. Todos están vinculados.

¿Qué tendrían en particular estos cuadros?
En cierta manera oscura, no evidente, son un homenaje a Rembrandt, por los 400 años de su nacimiento. Y por eso la mayoría de los cuadros se llaman Ronda nocturna, como el cuadro de Rembrandt.

Usted es un melómano y un voraz lector. ¿Es muy importante que un artista se nutra de otras artes?
Claro. Miren, un artista tiene una convulsión por expresarse. Pero si el alma no está enriquecida por otras experiencias humanas y artísticas, literarias, musicales, cómo lo hace. Todo eso enriquece el campo de lo que uno tiene que expresar. Para los estudiantes de arte lo más difícil es terminar la carrera, porque la Escuela de Arte es un microclima en el que uno estimula al otro. Pero cuando uno termina la carrera se encuentra solo. Y eso es muy fuerte. Si uno no tiene un contenido, es muy difícil salir adelante. Por eso hay tantos estudiantes y tan pocos pintores.

¿Cómo ve el panorama político ahora?
Estoy más tranquilo. Me preocupo menos de la política. Con la dictadura me preocupaba mucho, siempre estaba protestando, tratando de ayudar a que se fuera ese chino siniestro. Ahora estoy más tranquilo, aunque, claro, fue un gran susto el que hemos pasado.

Humala estuvo cerca...
Pudimos caer en manos de Humala. Yo, que voté por Lourdes (Flores Nano), miro con horror que si ella hubiera pasado a segunda vuelta, Humala sería presidente. El APRA no iba a votar por Lourdes. Por lo menos no todo el APRA. De otro lado, yo siempre he admirado a Chomsky, pero no concibo que una persona tan inteligente pueda estar tan desinformada como para venir a hablar con Humala.

¿Qué expectativas le genera la actual administración?
Yo no creo que ningún gobierno del Perú en los últimos años haya llegado con mejores augurios que Alan García. Si él maneja con un poco de equilibrio y serenidad las cosas, esto puede llegar a cosas importantes. Pero hay estas cosas al costado, absurdas, como promover la pena de muerte, que es obsoleta, que no está en ninguna Constitución del mundo, salvo en algunos estados de EEUU. Es una pena cuyo error es irreparable. Además está el desdén al Informe de la CVR. Yo creo que ese Informe es el estudio más profundo que se ha hecho sobre la realidad peruana. Y los que lo niegan están perdidos, no saben en qué país viven. El arte y la vida

¿El arte es una especie de reducto para defenderse de la misma agresión que puede representar la vida o es también un encuentro de felicidad?
Es todo al mismo tiempo. Seguramente ser artista es tener la piel más delicada. Uno es más sensible a lo que pasa alrededor, bueno y malo. Y lo otro es aquella compulsión por expresarlo. Un impulso, como me imagino tienen los alcohólicos, es una adicción. Una necesidad y, al mismo tiempo, un apoyo. Yo no sé si hubiera podido sobrevivir cosas que me han pasado si no hubiera tenido la pintura.


DÓNDE Y CUÁNDO
Galería Forum
(Larco 1150, sótano, Miraflores)
Desde el 2 al 27 de noviembre

viernes, 27 de octubre de 2006

Entrevista a Gustavo Faverón

Gustavo Faverón, conocido crítico literario y administrador de un frecuentado blog de discusión de ideas, acaba de presentar Toda la sangre (Matalamanga, 2006), una importante antología de cuentos peruanos sobre la violencia política. A continuación una versión algo más larga de la editada que apareció en el diario Correo.

M. Eráusquin / C.M. Sotomayor

¿Qué criterios de selección has empleado en esta antología, teniendo en cuenta lo amplio del corpus consultado?
Gustavo Faverón: He leído decenas de libros de cuentos y he rebuscado archivos de revistas, de cuentos que no han llegado a aparecer en libros. Y he manejado varios criterios de selección al mismo tiempo. Una de las cosas que tuve en cuenta desde las primeras semanas de trabajo fue que el corpus iba a ser demasiado inmanejable si es que buscaba, por ejemplo, cosas escritas por gente que no eran escritores, en el sentido profesional de la palabra. Decidí rápidamente que la antología debía ser un libro que mostrara cuál es la reacción de la literatura peruana como institución. Se trata de cuentos de escritores profesionales. Hay también cierto criterio estético que pienso hay que tener cuando uno hace una antología literaria. Y obviamente el primer criterio es el temático.

Acá hay un tema muy puntual: estos cuentos que tienen que ver con la violencia y justamente no podemos desligarnos del contexto político actual...
Los políticos han dejado considerar el fenómeno de la violencia como una consecuencia de una cierta estructura social. Es como si dijeran: “fue un accidente, nos volvimos locos e hicimos una guerra que duró quince años”. Y ahora se pretende olvidar, pasar por alto todo eso; y la estructura social que provocó históricamente la violencia sigue allí.

Y, como adviertes en el estudio que antecede a los cuentos, pude volver a ocurrir...
En la medida en que no se haga nada para cambiar las condiciones que dieron lugar, primero, a que existiera Sendero Luminoso, y luego, que tuviera un cierto tipo de apoyo de un sector de la población en algún momento. Mientras no se cambie esa condición el hueco sigue allí y podemos caer de nuevo.

La comunidad cultural parece no tener armas para afrontar esta indiferencia...
La comunidad cultural como la llaman, tiene ciertas armas, lo que no tiene es, digamos, mucho alcance. Por un lado, se está disolviendo la idea clásica latinoamericana del intelectual, que es alguien que está con un pie en el mundo cultural y con el otro en la política. Y, por otro lado, lo cortas que son las armas de los escritores y artistas en una sociedad en donde tenemos los índices de lectoría más bajos de América Latina. Podemos hacer mucho ruido, pero nos vamos a escuchas nosotros.

Esta antología plasma, además, tu manera de afrontar la literatura...
Mi idea de que la literatura es, por excelencia, el terreno de la democracia, más que la política misma. Y eso me hizo concebir la antología como un lugar donde yo debía colocar también textos que no fueran políticamente afines con lo que yo mismo pueda pensar. Me parece que la literatura es uno de esos lugares donde no debe nunca haber censura, y todos los discursos deben ser escuchados.

¿Cómo se maneja el tema de la reconciliación en nuestra literatura?
Hay varias obras literarias de escritores peruanos, durante los últimos años, en donde de alguna manera brilla una especia de esperanza de reconciliación. Desde ópticas muy distintas, está la novela breve de Julio Ortega Adiós, Ayacucho, o la versión teatral que hizo Yuyachkani. Como que alumbran una especia de camino lejano y borroso hacia la reconciliación. Esa figura final de este personaje que ha sido destrozado por el ejército, que está muerto en vida y que sólo tiene la mitad de su cuerpo y llega a la Plaza de Armas de Lima, y entra a la Catedral y decide reemplazar la mitad de los huesos que le faltan a él con los huesos de Francisco Pizarro, aún sabiendo que quizás no sean los huesos de Pizarro; pero es simbólico que el cuerpo que se va a formar es un cuerpo cuyo esqueleto va a estar compuesto por la mitad de este conquistador español y la mitad de esta víctima del terrorismo, que es un campesino ayacuchano. Allí hay una nueva propuesta de mestizaje como esperanza final.

domingo, 15 de octubre de 2006

Carlos German Belli: nuevos asedios críticos

Carlos Germán Belli es un poeta notable e insular. Un poeta dueño de una voz muy particular, celebrado con mayor devoción fuera de nuestras fronteras. En Chile lo distinguieron, no hace mucho, con el premio Pablo Neruda de poesía. Acá, en el Perú, como una manera de homenajearlo, acaba de aparecer Asir la forma que se va. Nuevos asedios a Carlos Germán Belli (Fondo Editorial de la UNMSM, 2006). El libro - que recoge ensayos de Ricardo González Vigil, Oscar Hahn, José Miguel Oviedo, David Sobrevilla, Elio Vélez, entre otros- ha sido compilado por el académico Miguel Angel Zapata, quien es catedrático de Literatura Latinoamericana en un Hofstra University, Long Island, Nueva York. Aquí un breve diálogo con él.

¿Cuál es la principal virtud de la poesía de CGB?
Una de las principales virtudes de la poesía belliana es la recombinación de elementos de la tradición con los ideales de la vida moderna. Pero esto no queda ahí. Garcilaso, por ejemplo, lo hizo muy bien con la poesía italiana. Belli lo ha hecho no solo con la poesía italiana (Petrarca, es uno de ellos) sino con poetas como Gongora, Arnaut Daniel o Theodore Roethke. Su combinatoria consiste en revitalizar la poesía con el tono y el giro peruano, muy típico en Belli, y no preocupándose solamente en al forma o la rotura del lenguaje, sino en una profunduzación del aspecto humano, la vitalidad del reencuentro con el ser.

¿A qué atribuye el hecho de que tenga un mayor reconocimiento afuera que acá en el Perú?
En el Peru -por ciertas taras ancestrales- la gente suele relacionar la calidad de la poesía de un poeta con su personalidad, y a veces hasta con aspectos étnicos. Eso es fatal. Belli es un poeta jovial pero parco. No esta en el circo de la fama ni la adulación. Los estudiosos de la poesía que viven fuera del Perú sólo se basan en la calidad de sus poemas, y no en si Belli es "buena gente", o si bebe mucho o baila, o cuenta buenos chistes. Entonces, la reacción inmediata del envidioso lector peruano se sobresalta porque a Belli se le estudia muchísimo fuera del Perú. Lo peor es que no entiende por qué. Así le pasó a César Vallejo y a César Moro. No a Eguren ni a Sologuren, ni a Eielson. Todos estos poetas de alta calidad, y con mucha suerte en el Perú.

¿Qué nuevas lecturas acerca de la poética de CGB destacaría del libro?
Esta el nuevo acercamiento del poeta uruguayo Eduardo Espina que habla ya de una "escritura" Belli, considerándolo un raro como lo fueron en su tiempo, Herrera y Reissig, Vallejo, y Girondo. El mundo no se disuelve en la poesía de Belli, esta cada vez mas presente. También esta el magnifico ensayo del critico español Luiz Sainz de Medrano y del poeta venezolano Eugenio Montejo, entre otros. De lo que trata de presentar en general el libro es que Belli es un poeta moderno, fuera de lo común.

domingo, 8 de octubre de 2006

Gustavo Faverón y Toda la sangre

Ezio Neyra me comentó hace unos días sobre la próxima publicación de Toda la sangre, una antología de cuentos y relatos sobre la violencia política realizada por Gustavo Faverón. El libro, que será presentado el 19 de octubre, lleva, además de un ensayo del propio Faverón, un epílogo de Félix Reátegui.
Hoy, en El Peruano, Ernesto Carlín entrevista a Gustavo Faverón. Interesante entrevista que puede verse, además de en la edición On line del diario oficial, en el blog de Carlín que lleva por título Tanque de Casma, en alusión a un conocido delantero del Sport Boys (club del cual, deduzco, Carlín es aficionado. Esperomos que este importante club pueda permanecer en primera división. ¡Vamos Boys!).

miércoles, 4 de octubre de 2006

Edwin Chávez

Autor del afiatado conjunto de cuentos 1922 (Estruendomudo, 2005), Edwin Chávez ha abierto su blog personal que lleva por nombre Máquina para hacer pájaros (tomado, supongo, de la segunda banda del gran Charly García -posterior a Sui generis y anterior a Serú giran-).

Ritual sonoro con Charlemagne Palestine

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

En el mundano acto de la imitación se encuentra el origen de todo. Incluso del arte. Charlemagne Palestine aún estaba lejos de ser el reconocido músico experimental que es hoy cuando, con apenas cinco años de edad, emulaba las desgarradoras interpretaciones del cantante Johnny Ray. Más allá del estilo netamente musical de Ray, lo que seducía al pequeño Palestine era aquella manera tan sui géneris de cantar. “Tenía problemas físicos, espasmos faciales. Era como una danza antigua y extraña del dolor”, recuerda Charlemagne. Considerado uno de los representantes más conspicuos del minimalismo musical de la década del sesenta, Palestine es, sin lugar a dudas, una pieza clave para entender la música experimental del siglo XX. Además de ser influencia innegable de músicos posteriores como Sonic Youth, por ejemplo, y referencia ineludible de todos los músicos experimentales que han devenido desde la década del noventa hasta la actualidad. En el plano académico, su trabajo ha sido exhibido en la Bienal de Venecia, el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de N.Y., el Moderna Museet de Estocolmo y el Centre d´Art Contemporain de Ginebra, sólo por citar algunos lugares. Pero es, quizás, en aquella primigenia experiencia, narrada al principio, donde radicaría su vocación por el tamiz antropológico de la música. “Aprecio muchísimo todo aquello que el ser humano hace en términos de producción cultural y comunicación, de manera que mi interés por los rituales y las danzas de todo el mundo ha sido algo que se ha visto acompañado por mi interés por la historia y la danza de la música folklórica de Occidente”, señala el músico, sentado en una de las bancas de la capilla de la Penitenciaría de la iglesia de San Pedro, en Lima, donde ofrecerá hoy un concierto/performance al pie del altar. Palestine contará con un piano de cola, su voz y la majestuosa acústica de aquel espacio sacro que data del siglo XVII. No será la primera vez que Palestine se presente en una iglesia, por el contrario, es casi una constante en su trayectoria artística. “Cuando era niño había muchas sinagogas. La construcción de las sinagogas está influenciada por la construcción de iglesias –nos cuenta el músico judío–. Además, Cristo es mi primo. Es como visitar a mis parientes. Si las iglesias no están asustadas de mí, yo tampoco de ellas”. En el trabajo de Palestine, como en el de varios artistas, hay una búsqueda de lo sagrado. Este concierto/performance vendría a ser, entonces, la invitación a una liturgia musical, a una exaltación total de los sentidos.

MAS DATOS
Capilla de la Penitenciaría de la iglesia de San Pedro
(Jr. Azángaro 451, Lima)
Hoy (19.00 horas)
Ingreso libre, previa inscripción en http://centro.fundaciontelefónica.org.pe/formulario.asp?num=2

martes, 3 de octubre de 2006

Luis Jochamowitz: Ultima noticia

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

Leer periódicos antiguos se ha convertido para Luis Jochamowitz en casi un ritual. Conocido habitué de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, Jochamowitz ha desempolvado, cual arqueólogo del papel, historias que parecían cruelmente destinadas a perecer en el olvido. El las ha rescatado e insuflado vida nueva a través de su propia prosa. Así han aparecido libros valiosos como El descuartizador del Hotel Comercio (1995) o Vladimiro (2002), sólo por citar un par de títulos. Ultima noticia (Aguilar, 2006) ha sido también pergeñado a partir de las pesquisas que el autor suele realizar en esas travesías al pasado. “Leer periódicos antiguos es algo que hago desde hace mucho tiempo, y siempre con fines instrumentales, buscando información. Esta vez como que me liberé de eso, seguí leyendo periódicos pero sin buscar nada, aunque falsamente, claro, porque en realidad estaba buscando qué escribir”, confiesa Jochamovitz. El libro presenta una serie de textos breves extraídos de periódicos que datan de fines del siglo XIX y principios del XX, la mayoría de los cuales Jochamowitz presenta sucintamente. No se trata de noticias pintorescas. El autor es enfático: “Si tú vieras las noticias pintorescas que hay en la época... son mucho más disparatadas. No me gusta la idea de noticias pintorescas porque no son cosas excepcionales, son cosas que están dichas en una columna o son parte de una noticia. Algunas sí son muy raras, pero no buscan lo pintoresco, sino lo rutinario, lo cotidiano. No hay algo de pintoresco, pero sí de asombro”. En uno de los textos, fechado en 1927, el redactor de la época da cuenta del fin de los caballos en las carrozas fúnebres ante la construcción de la Avenida del Progreso. “Más importante para mí –apunta Jochamowitz– es que el redactor no se diera cuenta del hecho que estaba ocurriendo. No es tan importante que desaparezcan los caballos sino que el redactor, como nos sucede a todos cuando vivimos el presente, no se dé cuenta de que está viviendo la historia”. En otro texto se narra los pormenores que giran en torno a la primera vez que se va a utilizar una aspiradora en el Congreso de la República. “Se trata de la primara aspirada -detalla Jochamowitz-. La tensión está puesta en el aburrimiento del día sábado en que se hace una exposición y se va a usar la máquina aspiradora en el Congreso. Claro, se describe vagamente la máquina, nunca se dice aspirar, el lector tiene que juntar las piezas. Pero así es, pues no te habría emocionado asistir a la primera aspirada (ríe), nadie se da cuenta de eso”. El libro es un compendio de textos cortos. “Es la discreción en papel -explica Jochamowitz-. Es un librito, y me gusta, me enorgullezco de eso, no hay modestia verdadera, porque abundamos en libros enormes, totalizadores. Ya no se hacen esos libros. La lectura es un acto de tolerancia, de buena educación, cada vez más rara. Por eso cada vez se lee menos. Cómo le vas a pedir a alguien que te acompañe, que se meta en lo que haces y que te lea; eso es un gesto de buena educación enorme, de espíritu de tolerancia, entonces, lo menos que puede hacer el autor es responder a eso con buenas maneras también, como, por ejemplo, con la brevedad y la claridad”. Ultima noticia no es sólo un libro breve, condensa entre sus páginas una variedad de aristas y expone, casi sin proponérselo, una reflexión sobre la capacidad de mirar, proyectarse y asumir lo efímero de la existencia.

PERIODISMO DEL AYER
Sumergirse en mares extensos de papel amarillento por el inexorable trascurrir del tiempo le ha dado a Jochamowitz la propiedad de tumbarse uno de esos mitos que anidan en la ignorancia. “No es cierto eso de que los periodistas de antes haya sido mejores –aclara–. Por supuesto, estaban Mariátegui, Valdelomar, grandes cumbres, pero en los periódicos de la época encuentras erratas, barbarismos; están muy mal escritos. Supongo que sería también por el nivel cultural de ese tiempo”.