miércoles, 31 de octubre de 2007

PRESENTACIÓN en España


SHAKESPEARE EN REMAKES
Hace algún tiermpo, Enrique Prochazka me comentó la iniciativa de la editorial española 451 editores, de publicar una serie de remakes de las obras de Shakespeare. Incluso, me contó que él haría si mal no recuerdo Romeo y Julieta. Bueno, me acaba de llegar, cortesía de los amigos de 451 editores, la invitación a la presentación en España de este proyecto.

martes, 30 de octubre de 2007

LA CORNISA


INDECOPI: LA BUENA ESTRELLA DE BRYCE
Por MANUEL ERÁUSQUIN

Toda sentencia puede ser discutible, como la de Indecopi a favor de Alfredo Bryce, quien fuera acusado de plagio por Herbert Morote. Tal decisión devino en celebrada manifestación pública por el autor de Un mundo para Julius: en una breve misiva proclamaba su felicidad. Morote, por su parte, apelará ante el tribunal superior. El tiempo develará el final de este caso.

Pero más allá de la decisión tomada por una institución que supuestamente vela por la propiedad intelectual, Bryce debería pronunciarse sensatamente sobre los más de veinte plagios que aparecieron y de los que no ha dicho nada convincente. El desacreditar a la prensa local y elucubrar delirantes teorías conspirativas han sido sus únicos recursos, desgraciadamente, para vergüenza de todos.

Su actitud, blindada de un cinismo inquietante, lo condujo a decir en una entrevista en la revista Caretas que a Mario Vargas Llosa lo habían acusado de trata de blancas y ya hubiera querido que lo acusaran de plagio. Todo esto en respuesta a un supuesto complot contra él por parte de la mafia fujimontesinista. La conmoción nos dejó mudos a varios. Eso demostró que Bryce no tiene reparos para defenderse de lo indefendible.

Uno se pregunta: ¿es consciente de lo que dice? ¿Tanto miedo tiene de asumir su responsabilidad? ¿Tan poco le importa respetar a los demás, que al parecer somos para él una sarta de imbéciles? Son interrogantes que asaltan nuestra mente después de escuchar y leer las declaraciones de uno de nuestros escritores más importantes y “queridos” sobre las acusaciones de plagio que tiene.

Incluso da curiosidad saber por qué sus amigos más íntimos no han salido a la luz pública para defenderlo. La interrogante transita por Lima con mucha inquietud. La respuesta es fácil de interpretar, lástima que Bryce se siga cegando. Que siga creyéndose intocable, escudándose en su prestigio literario para eludir sus errores. Ni la fama ni los premios proporcionan el honor. Eso es algo que uno se gana con actos limpios. A él parece no importarle y ahora festeja un fallo que no puede reivindicarlo, que no puede borrar los más de veinte textos plagiados. Su retórica humorística ha dejado de dibujar sonrisas con este tema: la indignación ha ocupado su lugar.

Entrevista a EDGAR O'HARA sobre LUIS HERNÁNDEZ


La poesía de Luis Hernández era, hasta hace poco, de difícil acceso. Vox horrísona y Una impecable soledad, los dos libros que recogían sus poemas, se volvieron en poco tiempo piezas de colección. Por suerte acaba de aparecer, gracias al loable esfuerzo de la editorial Mesa Redonda, La soñada coherencia, una antología de su poesía preparada por Edgar O’Hara.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

La soñada coherencia llena de alguna manera un vacío editorial en la medida de que desde hace buen tiempo la poesía de Hernández es inubicable.
Diría que este libro llena un vacío respecto de la poesía más intensa de Hernández: la obra lírica. Pero se trata de un vacío pequeño, pues La soñada coherencia es el primer paso para una edición mayor (este es mi deseo), planteada en tres volúmenes y justificada desde el punto de vista de recurrir a las fuentes originales y no, como tuve que hacer en 1995 con Trazos de los dedos silenciosos, a la obra ya impresa.

¿Por qué crees que Hernández ha logrado tener una gran legión de lectores sobre todo entre los jóvenes?
Creo que el atractivo de Hernández se basa específicamente en la calidad de su obra, en la que por más desarticulado que pueda parecer un poema ofrecerá siempre un detalle único, un giro singular, una frase inolvidable. Ahora bien, creo que hay una zona de la obra de Hernández que pertenece más a lo que podemos llamar el testimonio (como la droga, las clínicas, la chispa verbal, el desvarío voluntario), y esa zona a veces ha sido confundida con la poesía. Tengo para mí que Hernández no las confundía ni de vainas (y para el caso, sus tres libros éditos confirman la seriedad de su palabra lírica, su hermetismo), pero en sus cuadernos acogió todo como si se trataran –los cuadernos, digo– de partes de su propia persona simbólica. Cada quien tendrá su “visión” de la poética hernandiana; la mía pasa por la edición de sus cuadernos, la poda selectiva, la elección entre distintas versiones.

Este libro presenta, además, algunos poemas inéditos de Hernández.
Claro, porque desde la publicación de la segunda edición de Vox horrísona (1983) han surgido más cuadernos. Esta fue la razón que motivó el trabajo de formar un archivo que preservara esta poesía. Así nació en 1999 el Archivo Luis Hernández de la Universidad de Washington (Seattle).

El poeta Sologuren destacaba su oído “excepcionalmente dotado para las imanaciones sonoras”. ¿Qué otras cualidades ostenta la poética de Hernández?
En primer lugar, la constatación del “oído” de Hernández. proviene del talento poético del mismo, al que se le suma su conocimiento y pasión por las lenguas. Pero las “imanaciones sonoras” que decía Javier Sologuren se dan también respecto de una voz “horrísona”, que choca. Este balance entre la oralidad desenfrenada de la noche limeña, digamos, o la jerga de la esquina, al lado de la pureza del verbo (para tocar el charango erudito que habita el fondo de esta poesía), es logrado por el poeta con una facilidad que asombra. Y esta facilidad es peligrosa (no lo fue para Hernández, que sentía y actuaba verbalmente desde cimientos sólidos) si uno cree que lo que en Hernández se ve fácil responde a la simple espontaneidad. Digámoslo así: Hernández podía darse el lujo de ser espontáneo. Basta con citar su formación musical. Esto no se adquiere de la noche a la mañana. Cuesta, pues. Igual con sus lecturas, sus citas, sus pasiones.

*Fotografía de HERMAN SCHWARZ

domingo, 28 de octubre de 2007

Entrevista a JORGE EDUARDO BENAVIDES


A Los años inútiles y El año que rompí contigo se suma Un millón de soles (Alfaguara, 2007), novela con la que Jorge Eduardo Benavides culmina su trilogía política, sumergiéndose en los entretelones de la dictadura del general Juan Velasco.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Cuál es la génesis de Un millón de soles?
Yo había escrito una novela, Los años inútiles, sobre la época de Alan García, porque es una época que viví directamente. Y en la búsqueda de ese recuerdo fui tratando de indagar de dónde salían los políticos que tuvimos en aquellos años. Y me fui dando cuenta que existía aquello que yo recordaba de pequeño: la dictadura de Velasco, una dictadura esperpéntica y rarísima. Y en esta novela aparecen personajes de Los años inútiles en versión junior, digamos, cuando eran más jóvenes. Por eso la génesis de esta novela es Los años inútiles. Y responde también a la necesidad que tenía de hacer una trilogía política. Desde los años 70 hasta lo que yo conocí que fue el principio del gobierno de Fujimori.

Esta novela revela la interioridad del poder y cómo muchos intelectuales se dejaron seducir por él…
Claro, de eso se trataba, de contar la interioridad del poder, de contar cómo muchos intelectuales peruanos tuvieron la obligación moral de comportarse con decencia, y esto fue lo primero que perdieron. Y se volvieron los primeros servidores de una dictadura. Velasco quiso cambiar de arriba a abajo el Perú y pulverizó nuestra economía y gestó una situación terrible en la que los intelectuales, como te digo, no estuvieron a la altura.

Algunos se sumaron no precisamente por sus convicciones…
Unos entraron con convicciones y otros entraron a medrar. Por eso me interesaba que apareciera Montesinos porque él ya viene de esa época. Me llama mucho la atención que todavía haya gente que te diga: “Lo bueno que tuvo Velasco…”. Ninguna dictadura tiene cosas buenas. Es algo que debemos entender, porque partimos de la premisa de que nada se puede conseguir con la violencia o con el atropello.

Montesinos aparece por aquella época…
Montesinos en ese entonces ya era militar. Hay el estupendo libro de Lucho Jochamowitz. Yo creo que él ya tenía muy claro que quería trepar y a costa de lo que fuera. La dictadura le propició una buena plataforma para hacer sus cosas. Ahora, el Montesinos que yo cuento, como el Velasco que yo cuento, son personajes ficticios. Tienen mucho que ver con la realidad pero yo los he puesto a mi antojo.

Claro, Montesinos empieza a ser un personaje importante en la novela.
Me parecía muy atractivo que Montesinos, al que al principio yo tenía como un personaje secundario, mínimo, en la novela se va convirtiendo en un personaje principal, en uno que va articulando todas las corrupciones en torno a Velasco. Velasco era un tipo que en la absoluta soledad del poder vivía atormentado por los atentados que podía cometer la CIA contra él. Y obsesionado con una posible traición.

Es curioso cómo el poder puede sacar a relucir partes oscuras del ser humano…
Hay muy pocos momentos en donde la vida te pone a prueba para saber cómo te comportas. La mayoría de las veces no tenemos la necesidad de vivir eso. Pero hay ciertos momentos en que sí. Y eso me parece fascinante. Porque todos somos muy buenos, muy nobles, hasta que no ocurre algo que te pone a prueba. Ese es un tema que a mí siempre me ha interesado, porque tiene que ver con la esencia de los seres humanos. Con esa parte que nosotros desconocemos de nosotros mismos. El poder es una gran invitación para descubrir realmente lo que somos.

Una de las características que encuentro en la novela, en términos estilísticos, es la gran elaboración de largos párrafos en donde concatenas los diálogos.
¿No se hace muy denso?

No, para nada.
Me alegro mucho. Eso creo que puede ser una desventaja en ciertos casos si no llega a funcionar. Porque esa parte estilística que mencionas a mí me cuesta mucho. Uno apuesta por una forma de contar porque cree que es la mejor para narrar ciertas cosas. Hay que buscar una voz. Es la parte más agradable del trabajo, pero la que más se sufre.

En todo caso, lejos de ser densa, como me preguntabas, se trata de una novela que exige constantemente al lector y eso hace que éste se comprometa más con el libro en sí…
Claro, de eso se trata. Una novela es una apuesta para que el lector se enganche. Y hay dos formas: hacer una literatura muy plana donde es fácil enganchar, pero también es fácil olvidar, o hacer una literatura con una cierta complejidad que exija del lector un esfuerzo y, por lo tanto, una complicidad. Yo apuesto por lo segundo, porque las novelas no dan respuestas, plantean preguntas.

viernes, 26 de octubre de 2007

Entrevista a JAVIER ARÉVALO


Lucha de creencias: por un lado, una secta que adora la imagen de un Cristo que usa kepí y pistolas, y por el otro, un fanático del Opus Dei que quiere terminar con ese culto. Y en medio, Alberto, un periodista ateo que intentará dar con la verdad de los hechos. Así se erige Gracias, señor, por tu venganza (Planeta, 2007), la nueva novela de Javier Arévalo.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Cómo surge la novela? ¿Parte de un hecho real como la anterior?
Efectivamente, yo tirado en mi cama vi por televisión a un cura en el Cusco encadenándose a una iglesia, porque en esa iglesia, como en muchas fiestas patronales o en muchos templos levantados por el pueblo peruano, las creencias que se practican no tienen en absoluto que ver con los principios del catolicismo. Ese fue el origen de la novela. La novela ha estado terminada hace tres años.

En tus novelas utilizas elementos del policial; sin embargo, no se circunscriben a ese género...
Esta novela podría ser considerada policial, pero después cuando la lees, yo no creo que se constriña al género. Me gustaría hacer una novela policial. Pero creo que mis referentes son múltiples. Así como tengo a Dashiell Hammett como referente, puedo tener también a Kundera, Calvino y García Márquez. Todos ellos van construyendo una forma de la novela que ya es peculiar, en el sentido que es peculiar todo lo que hago como individuo.

Hablando de esta novela, ¿el ser humano intenta justificarse por medio de la religión?
Yo creo que la religión sirve para muchas cosas, para cosas buenas o malas. Yo no he escrito un libro para atacar a la Iglesia ni para atacar a los creyentes. A mí me parece que las personas tienen derecho a creer en lo que les dé la gana, siempre y cuando sus creencias no colisionen con el interés colectivo. Y ese es el punto que sí levanto en la novela.

El poder ha estado siempre relacionado con los grupos eclesiásticos...
La Iglesia católica es una organización política, es un reino, es un país y busca el poder. Y más claramente el Opus Dei busca estar al lado del poder. En cada reunión de poderosos hay un cura del Opus Dei buscando usufructuar el poder que viene del poder económico.

El protagonista es ateo...
El personaje es un ateo, no cree en Dios. Puede creer en otras cosas, no es que no crea en nada. El hecho es que su vocación con la verdad se confronta con la verdad de las otros. A mí me queda claro desde que empecé a hacer literatura que todos tenemos versiones de la realidad. La religión y el ateísmo son versiones de la realidad. En una sociedad civilizada, las versiones dialogan, se ponen de acuerdo. En una sociedad en donde no existe esa posibilidad, porque hay intereses económicos ocultos, la verdad se impone por la fuerza.

Además de la pesquisa periodística del protagonista uno puede advertir los problemas afectivos que lo embargan…
Focault decía que una política se encarna en un cuerpo. Cada vez que hay una decisión política, una idea que domina a la sociedad, esa idea golpea el cuerpo de una persona, su afectividad, sus relaciones personales. El protagonista parece estar enamorado de una persona que cree absolutamente lo contrario a lo que cree él. Pero es capaz de amarla.


Alberto, el protagonista, es un personaje recurrente en tus libros.
Claro, Alberto está presente en Una trampa para el comandante, Nocturno de ron y gatos, Instrucciones para atrapar a un ángel. Y además es mencionado en El beso de la flama. Ya sólo me falta una novela y se acaba Alberto (risas).

*Fotografía de LUIS IPARRAGUIRRE.
**Versión completa de la editada que apareció hoy en Correo.

jueves, 25 de octubre de 2007

PRESENTACIÓN: Javier Arévalo


GRACIAS, SEÑOR, POR TU VENGANZA
(Planeta, 2007)
novela de
JAVIER ARÉVALO
se presenta hoy
Hora: 8:00 p.m.
Lugar: Librería Crisol
(Ovalo Gutiérrez, San Isidro)
Los comentarios estarán a cargo de
KIKE SÁNCHEZ HERNANI y MILAGROS LEYVA

martes, 23 de octubre de 2007

PRESENTACIÓN: Jorge Eduardo Benavides


UN MILLON DE SOLES
novela de
JORGE EDUARDO BENAVIDES
se presenta hoy
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Laeñe (Salón La Pérgola)
(Av. Dos de Mayo 220, Miraflores)
Los comentarios estarán a cargo de
ALONSO CUETO y ALONSO RABÍ

MESA DE NOCHE


GRACIAS, SEÑOR, POR TU VENGANZA
Autor: JAVIER ARÉVALO
Editorial: Planeta

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

Las novelas de Javier Arévalo no se adscriben –strictu sensu– dentro del policial, a pesar de que suelen articularse mediante un hilo narrativo que posee algunas de las características del género: suspenso e intriga. Elementos que Arévalo, con varias novelas encima y diestro en el oficio narrativo, ha sabido utilizar con eficacia.


Gracias, Señor, por tu venganza (Editorial Planeta, 2007) no es la excepción. Mediante un lenguaje directo –influenciado quizás por el periodismo–, Arévalo consigue atrapar el interés del lector desde el arranque. La primera escena, en la que se muestra al protagonista, víctima de la siniestra persecución de un grupo de sacerdotes no hace sino prender la mecha de la curiosidad. La historia posterior –la del culto a un Cristo que usa kepí y pistolas, y a quien sus fieles no sólo piden bendiciones sino la muerte de sus enemigos– no es sino el detonante de esa mecha.

El protagonista –quien relata la historia– es un periodista, escritor y ateo. Un escéptico y un irreverente impenitente (posiblemente alter ego del propio autor; hay varios guiños en esa dirección). Conductor de un programa de entrevistas en la televisión, Alberto viajará a una comunidad escondida en el Cusco, en la cual se profesa un extraño culto a un denominado Señor de la venganza. Sin embargo, en aquel lugar existe también un sacerdote Opus Dei dispuesto a terminar con ese culto pagano, y con métodos nada sacrosantos.

Simultáneamente a esta línea argumental, Arévalo nos presenta personajes bien cincelados –sobre todo los protagónicos–. El amor no es ajeno a los avatares del personaje central, cuya vida sentimental se torna inestable. Alberto repasa lo que fue su relación formal con Magdi, varios años atrás, cuando ambos eran estudiantes de periodismo. Y, claro, su relación presente con Sivana, la hija de uno de los accionistas del canal donde labora.
Gracias, Señor, por tu venganza es una novela que se lee con fluidez. Su autor sigue confirmando su oficio narrativo.

Feliz día, CHARLY


La aparición de Kill Gil se ha dilatado tanto que uno no sabe qué pensar. ¿El ocaso definitivo del genio? ¿la espera necesaria para un disco sorprendente, como hacía mucho no sacaba? Siendo realistas, las mayores probabilidades apuntarían a la primera hipótesis. Sin embargo, el gran Charly nos ha entregado muchos discos valiosos, tantos que saldan cualquier deuda futura. Desde los memorables discos de Sui géneris (Vida, Confesiones de invierno e Instituciones), los de La máquina de hacer pájaros (dos joyas para coleccionistas: en el primero viene ese gran tema "Cómo mata el viento norte"), los celebrados de Serú giran (mi predilecto: La grasa de las capitales), hasta aquella retahíla de discos de su faceta solista (mis favoritos: Yendo de la cama al living, Filosofía barata y zapatos de goma, Parte de la religión, La hija de la lágrima, por citar algunos). No puedo dejar de mencionar el dico Porsuigieco, grabado con Nito, León Gieco, Raúl Porchetto y Rosa María Yorio (la medre de su hijo Migue). Gracias por tanta música, maestro.

LA CORNISA


KEROUAC EN EL CAMINO
Por MANUEL ERÁUSQUIN

Hay novelas que gozan de la fortuna de marcar épocas, de convertirse en referencias generacionales. Jack Kerouac consiguió la categoría de autor emblemático. Paradójicamente, nunca pudo establecer una relación armónica con su condición de celebridad literaria. El hubiera preferido el gozo de la tranquilidad: lastimosamente, eso no existe en la naturaleza de la fama. Una pena por los famosos.

Su novela En el camino, a cincuenta años de su publicación, sigue siendo lectura obligada para todos los espíritus inquietos de rebeldía. Los interminables viajes de los personajes –Sal Paradise y Dean Moriarty, que representaban al mismo Kerouac y a su amigo Neil Cassady– impactaron y siguen impactando por su ímpetu aventurero, quizás desenfrenado pero honesto.

Al parecer, Kerouac desde muy joven necesitó soñar con la carretera, con las ganas de fugar y alejarse de un contexto familiar hiriente, donde un padre alcohólico perturbaba sus sueños de ser alguien. He ahí tal vez una de las tantas razones de esa búsqueda, que se transfigura geográfica pero que espera encontrar algo internamente.

Durante todo este año ha habido distintos tipos de homenajes, desde nuevas ediciones de En el camino hasta extensos y nutridos textos sobre el autor y su obra más importante. Para quien escribe, Kerouac y toda la Generación Beat, de la que también formaban parte Ginsberg, Burroughs, Cassady, entre otros, estimularon a muchos a resistirse a la quietud, esa que evita que el espíritu sobrevuele alturas prometedoras de desafíos.

Y al releer esta novela, uno siente que las cosas cambian. Que el terror hacia el otro aumenta. Que las carreteras de la integración no se encuentran sólidamente pavimentadas. Que querer ser libre y autónomo para muchos puede ser un peligro. Que aprender a pensar y no seguir la corriente puede costar caro.

A cincuenta años de la publicación de En el camino, uno se pregunta: ¿cuántos líderes políticos la habrán leído? ¿Cuántos líderes de opinión habrán profundizado sobre aquella obra? Y si la han revisado: ¿a cuántos se les habrá quedado algo en sus cabezas? Las respuestas merecen un poco de atención, sobre todo en una época de mentada globalización y donde el ser inmigrante en varias potencias del mundo no es sinónimo de integración, sino más bien una situación incómoda: un problema a erradicar. Definitivamente hay caminos que están truncados por ahora.

domingo, 21 de octubre de 2007

Entrevista a PATRICIA DE SOUZA


Patricia de Souza radica en París y ha logrado edificar una obra literaria en la que destaca su particular y lúcida manera de ver y entender el mundo. Ellos dos (Editorial San Marcos, 2007) es su más reciente novela.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

En Ellos dos se percibe una búsqueda existencial en la protagonista. Hay un tono reflexivo constante.
Ese tono reflexivo es la necesidad que siente ella de conocerse, de observarse, realizando un trabajo de arqueóloga para recomponer los pedazos de la realidad y del pasado. La recomposición es la interpretación de signos que se transforman en otros nuevos en el texto. Pienso en todo texto memorístico, en Las memorias de Ultratumba, de Chateaubriand, o en La búsqueda del tiempo perdido, de Proust. Por eso también a veces el lenguaje envuelve, rodea, para atrapar, luego, se corta, cuando no puede y se da cuenta que la experiencia es inabarcable. Sólo quería precisar una cosa, en este libro específicamente hay un trabajo de traducción entre el francés y el castellano, es decir, he sentido y pensado en los dos idiomas y he pasado del uno al otro para finalmente escribirlo en mi idioma materno por elección. Me gusta esa idea del francés como caja de resonancia, como eco.

Uno puede reconocer ciertos guiños con tu propia biografía. ¿En qué medida la propia experiencia vital de una es importante para la ficción?
Es importante en el sentido de que todo lo que vivo se va a transformar en una autoficción. El hecho de utilizar la primera persona tiene mucho que ver, es la trascendencia de la propia experiencia, de ese “yo no soy mejor, pero al menos soy otra” que yo he tomado de Jean Jacques Rousseau. No se me olvida que todo texto confesional, en que tenemos la impresión de que estamos confiando un secreto, busca una cierta absolución, deshacerse de su carga afectiva mediante este método. Y ese es su riesgo, que no siempre termina por resolver nada, pero el libro aparece como objeto. Y acompaña. Hay una autora francesa completamente desconocida en castellano, Violette Leduc. Ella escribió "La bastarda", que salió en una editorial de Fernando Tola, en México. Es una forma de autoficción cercana a la veracidad de los hechos. Siempre digo que cuando se dice "yo", se dice también "tú", esto por una simple formalidad del lenguaje: nunca hablamos solas. Ni Collete (otra autora poco conocida) ni Única Zurn, ni Marguerite Duras, ni Michel Leiris,que han escrito en primera persona, han hablado sin pensar en que había alguien escuchando.

En Ellos dos la separación sentimental con O es quizás el elemento principal, tanto que Lyes termina siendo una especie de instrumento para que la protagonista intente entender mejor su relación con O.
Se comprende mejor una situación cuando hay una persona que sirve de catalizador. Es como en La búsqueda del tiempo perdido, Odette ayuda a comprender a Albertine, porque es muy distinta y sirve para ver mejor a Albertine, saber de su vulgaridad, de su inocencia. Lyes es diferente de O y lo ilumina con su silencio y, de alguna forma, con su ausencia. Yo creo que nadie se define en función de una sola persona sino de varias. Esto ayuda a comprender mejor al personaje central, a ella.

La escritura en sí se presenta como una posibilidad de la protagonista de encontrarse consigo misma. En una parte incluso dice: “No existir si no es escribiendo”.
Sí, hay una ascésis, un aprendizaje espiritual, un ascenso de la escritura, creo que toda creación lo es en cierta forma porque es el movimiento del espíritu, comprendido como en el francés “esprit”, pensamiento, pero también es sensación, sentimiento por decir sentidos.
Hace poco leía una entrevista a Clarice Lispector, con quien algunas personas me han encontrado coincidencias, y ella decía que trabajaba con la ituición y no con la razón. Para mí la intuición es un golpe de suerte de la razón para poder ver algo, sentir algo intenso como si se tratara de una epifanía, una celebración. El lenguaje es lo que nos constituye, lo que no se ha sido dicho, y menos escrito, se podría decir que no existe. Yo me conozco escribiendo, es cuando hago mis hallazgos, cuando puedo re-constituirme. Quizás sea un imperativo porque esa re-escritura aleja el pathos de la experiencia, que en Electra, era análoga a la realidad. A una realidad violenta un lenguaje violento, la escritura es su síntoma, lo que de alguna forma también es una forma de curarse, de lavarse y de estructurarse. Estoy segura de que el idioma, mientras más rico es en una persona, hace más capaces de sentir más y más intensamente, pero también, y ese es su complemento, nos hace sufrir más. Si no hay miedo, se avanza.

¿Cómo se da en tu caso el proceso creativo? ¿Tienes horarios de escritura o partes de impulsos narrativos?
No, horarios no puedo tenerlos puesto que es un proceso afectivo; rigor, sí. Es decir, terminar una idea, perseguirla hasta lograr darle forma o buscar un tono, un ritmo. Preservo los instantes de aislamiento para dejar que esto salga a flote. Como dije una vez, como Proust, cierro las cortinas y empiezo a imaginar, a sentir, a escribir un texto.

*Fotografía de GISELLA SAN MIGUEL.
**Versión completa de la entrevista que apareció publicada en Correo el domingo 21 de octubre.

TEATRO


MÁS CERCA
de Patrick Marber
y dirigida por Roberto Angeles

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

La soledad aterra. Siempre ha sido así. Salvo excepciones –raras avis misántropas– todo el mundo añora una compañía, una piel ajena en la cual guarecerse. Cuando Dan, un redactor de obituarios, le inquiere a la joven y bella striptisera llamada Alice, a quien acaba de conocer de manera fortuita y de quien ha quedado prendado, sobre lo que realmente ansía, ésta le responde: “busco a alguien que me ame”. Esa necesidad de afecto parece embargar, también, a los otros dos personajes. Larry, dermatólogo y machista, inicia una relación sentimental con la fotógrafa Ana, a quien conoce en una cita a ciegas orquestada por un inefable bromista virtual. Larry esperaba encontrarse con una ninfa del sexo y en su lugar halla a una solitaria mujer en el día de su cumpleaños.

Cincelados con la precisión descarnada del dramaturgo inglés Patrick Marber, estos cuatro personajes, cuyas existencias terminan entrelazándose, resumen una problemática que en tiempos de la modernidad –gobernada por la individualidad y el nihilismo– parece acentuada: la crisis de las relaciones afectivas. Es decir, el amor en estado crítico. Roberto Angeles, conocido y reconocido director teatral, ha preparado una puesta en escena en la que, a través de una escenografía minimalista y con un predominio absoluto del blanco, subraya los dramas particulares de los cuatro personajes. Un gran lienzo en blanco que cobija los tonos cromáticos de la ansiedad de amor, los celos sexuales y, sobre todo, el dolor intenso e invisible de todo desadaptado afectivo.

Auspicioso el debut teatral de Alina Ferrand (Alice), alumna del Taller de Formación Actoral de Angeles, quien demuestra gran desenfado escénico. Impecables las actuaciones de Vanesa Saba (Ana) y Julián Legaspi (Dan). Sin embargo, destaca ligeramente Christian Thorsen, quien sorprendiera gratamente hace algunos años en El cantar de los cantares y cuyas cualidades actorales viene consolidando paulatinamente.

Más cerca es una obra que no otorga concesiones de ninguna índole. Difícil, hasta cierto punto, no sentirse acorralado en una suerte de imprevista trampa de identificaciones constantes. “No me odies”, solicita una agredida Ana. “Es más fácil que amarte”, responde un despechado y herido Larry. Cómo no conmocionarse ante una afirmación que parece una verdad ineludible. Y dolorosa.

DÓNDE Y CUÁNDO
Teatro del Centro Cultural de la PUCP
(Camino Real 1075, San Isidro)
De jueves a lunes (8:00 P.M.)

viernes, 19 de octubre de 2007

PRESENTACIÓN: Lucho Hernández


Sandrita López y Juan Miguel Marthans,
de Mesa Redonda Editores,
anuncian para hoy viernes la presentación del libro
LA SOÑADA COHERENCIA
de LUIS HERNÁNDEZ
Hora: 7:30 p.m.
Lugar: Librería Crisol del Óvalo Gutiérrez -San Isidro

Se trata de la Antología lírica del poeta preparada por el estudioso de su obra y poeta Edgar O’Hara que añade, además, un portafolio fotográfico de Herman Schwarz.

jueves, 11 de octubre de 2007

DORIS LESSING obtiene PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2007


Estocolmo. DPA
El Premio Nobel de Literatura para la británica Doris Lessing fue "madurado mucho tiempo y muy reflexionado", comentó hoy el secretario permamente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, tras anunciar a la ganadora del galardón literario más famoso del mundo.
A pesar de que la escritora de 87 años llevaba décadas en la lista de los candidatos, el reconocimiento ocurrido finalmente hoy causó sorpresa. Y es que Lessing había pasado a un segundo plano desde hace algunos años, y todos apostaban por el estadounidense Philip Roth, de 74 años, o el surcoreano Ko Un, de 74 años.

Libros importados: ¿arancel cero?


Una noticia interesante acaba de llegar a las redacciones. Los libros importados tendrían arancel cero. Así lo ha adelantado el ministro de Economía, Luis Carranza.
El 12% actual se modificará por un 0%. La decisión, según revelara el Ministro, ya está tomada y se incluiría en el nuevo paquete de reducción arancelaria que alista el Ejecutivo.
"La propuesta que estamos trabajando, en el caso de los libros, es reducir su arancel de 12 por ciento a cero y esta semana la estamos presentando al Consejo de Ministros" (Carranza dixit).
¿Significa que dentro de poco los libros de Anagrama y Tusquets no serán tan caros? ¿Cuál sería en términos concretos el monto a reducir? La última novela de Murakami (Kafka en la orilla) supera los cien soles en Lima. En Buenos Aires me lo compraron y al cambio costó apenas cincuenta soles (más o menos).

miércoles, 10 de octubre de 2007

TEATRO


NEVA, DEL GRUPO CHILENO "TEATRO EN EL BLANCO"
Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Por qué es importante que existan eventos como la Muestra Internacional de Teatro de Lima? Sin duda, porque nos da la posibilidad no sólo de conocer parte del movimiento teatral de otros países, sino también de apreciar propuestas escénicas estupendas.

Ese es el caso, por ejemplo, de la obra Neva –escrita y dirigida por Guillermo Calderón y montada por el grupo chileno Teatro en el blanco– que se presenta en la Sala Roja del Centro Cultural de la PUCP. Una puesta en escena minimalista –apenas utilizan una silla, una botella de champán y un reflector– es suficiente para instalarnos en un pequeño teatro de San Petersburgo.

Es invierno de 1905 y, como nos recuerda la historia, en aquella ciudad, en la que reside el Zar, se vive la convulsión política predecesora a la revolución. En las calles se ha desatado el caos: los obreros exigen no sólo una mejora salarial sino también una reforma que les permita participar en la vida política de su país. La manifestación es reprimida brutalmente por las tropas del Zar (muchos muertos en lo que se conocería después como “Domingo sangriento”).

Sin embargo, en el interior de aquel teatro a orillas del río Neva se hallan tres actores que son parte de un elenco que venía ensayando la obra El jardín de los cerezos. Una de ellas es Olga Knipper. Ella acaba de enviudar del genial Antón Chejov. Ella se culpa por no haber acompañado a su marido durante sus últimos meses de vida. Ella es una diva y se los hace notar a los otros dos jóvenes actores, pidiéndoles, incluso, que representen para ella la muerte de Chejov. Así, en medio de una serie de diálogos intensos se desprende una aguda reflexión sobre el arte y el contexto sociopolítico en el que se desarrolla. Las actuaciones de Trinidad Gonzáles, Jorge Becker y Paula Zuñiga resultan inobjetables. Una obra para recomendar sin riesgo a equivocarse.

DÓNDE Y CUÁNDO
Centro Cultural de la PUCP
(Camino Real 1075, San Isidro)
Martes, miércoles y jueves (8:00 p.m.)

LA CORNISA


NUEVAMENTE ANDRÉS
Por MANUEL ERÁUSQUIN

Lo he pensado varias veces, dándole la seriedad del caso. De manera íntima, casi secreta, todo ser humano le coloca un fondo musical a su vida. Tanto su pasado, como el presente y las proyecciones hacia el futuro gozan de un soundtrack propio. Cada hombre y mujer de este mundo ríe, reflexiona o llora con una melodía. Nadie se salva. Los que dicen que no, mienten. Los que dicen que no, puede que estén encerrados en ese reclusorio emocional llamado cinismo. Se dice que en esos casos se corre el riesgo de no amar. Dios me libre.

He escuchado a lo largo de mi vida distintas canciones que he ido incorporando a mi memoria, a los archivos de mi emotividad. En ese proceso selectivo, los temas de Andrés Calamaro repercuten en mi cabeza desde hace muchos años y han musicalizado hechos de consideraciones claves, donde lo sentimental obviamente posee pasajes protagónicos. Esto no significa que las damas que han compartido parte de su vida conmigo hayan entregado su alma a mis preferencias musicales. En algunos casos han existido férreas resistencias: eso no importa. Yo no soy rencoroso.

Por tal razón, uno limpia su alma: uno la purifica con lo que mejor crea conveniente. Hay quienes se encierran en largas sesiones de yoga, otros en kilométricas novelas. Yo conozco el caso de alguien que nada todos los días en una piscina olímpica, para luego regresar a su casa en bicicleta montañera esquivando a los salvajes conductores de una urbe cerca del colapso. Todo sea porque las almas nobles tengan paz.

En el caso de Calamaro, él decidió dejar la oscuridad de la angustia y ansiedad: el perfecto cóctel para terminar en la autodestrucción. Los tiempos de coca de Honestidad brutal dejaron de aspirarse. La irascibilidad de El Salmón se ha aplacado: los clavos de la cruz se han aflojado. El palacio de las flores fue la primera insinuación para cantar desde la salud, desde el bienestar emocional: porque es falso que hay que estar desgraciado para que lleguen las musas de la inspiración.

Hoy, con La lengua popular, su nuevo disco que circula desde el mes pasado, el artista vuelve como escribe en una de sus últimas letras: “Pero vengo liviano como la espuma de las orillas, a contramano de la resaca del carnaval…”. Este trabajo posee 12 canciones compuestas con el latido de un corazón renovado: dedicado a los amigos ausentes y a ese amor que nos salva del naufragio, ese que hace que se diga: “Mi sentimiento va a durar, el fuego no me va a quemar: ya no tengo espinas clavadas en el corazón”. Yo tampoco, Andrés. Te debo una.

domingo, 7 de octubre de 2007

Entrevista a RAMIRO LLONA


El pintor Ramiro Llona eleva su propia valla artística y presenta una muestra totalizadora: cinco cuadros de formato monumental, diversos grabados y trabajos en papel. Muy aparte, un consistente catálogo que incluye una extensa entrevista donde el artista reflexiona sobre el proceso de concepción y un filme hecho por Diego Lama que registra el sentido de su impulso creador.

Entrevistan MANUEL ERÁUSQUIN y CARLOS M. SOTOMAYOR

Has estado muy involucrado en la producción o presentación de la muestra. Aspecto crucial dentro de tu visión y discurso artístico.
Cierto, y cuando comienza la producción hace cinco meses, se revela claramente que esta muestra tiene un tema o motivo: Proceso, que es un poco tratar de mostrarle a la gente lo que hay detrás, lo que ha sido anterior o lo que sucede antes de esa imagen final que se encuentra en el trabajo. En ese sentido, me reuní con el escritor, el diseñador del catálogo, el fotógrafo, el videoasta y hablamos un poco sobre cuál iba a ser el tema de la presentación de la exposición, no de los cuadros, que ya se encontraban listos con varios meses de anticipación. Entonces, luego de haber discutido las líneas generales de la presentación cada uno se dedicó a realizar su trabajo de manera autónoma.

Lo que se puede evidenciar por la manera como estás concibiendo tu trabajo creativo es un ímpetu por colocarte vallas más altas, metas bastante ambiciosas en términos de logro.
Sí, pero lo que sucede es que eso responde a una forma inherente a cómo entiendo el proceso de la creación, a cómo entiendo el proceso de creación a lo largo de una vida. Esta concepción para mí es central dentro del pensamiento de cómo me relaciono con el trabajo artístico, de cómo enfrento cada cuadro, y siempre he creído que uno va creciendo, va comprendiendo más cosas, uno se va haciendo mejor pintor.

Tú has manifestado la necesidad de expresarte, de querer decir cosas en tus cuadros. Digamos, el gran formato de ellos te ayuda a poder complejizar tus sensaciones.
Yo creo que sí, y pienso en el lienzo como un lugar donde uno va a estar por tres o cuatro meses, que es el tiempo en el que me demoro para culminar un cuadro grande. Digamos, es como ir a una gran ciudad y tienes dos meses para quedarte y sientes el pálpito de que vas a poder encontrar esquinas, rincones, lugares, cafés, bares, que antes no has visitado. Por eso tengo la sensación de que los formatos más grandes definitivamente me van permitir encontrar nuevas cosas o expandir mi búsqueda.

O también expresar en lo posible tus motivaciones más inquietantes sobre el lienzo.
Mira, siempre he pensado que la pintura es una totalidad. Uno no divide su interioridad y dice hoy voy a trabajar desde acá y mañana me voy interesar en cierto aspecto de mi subjetividad. Yo al menos trabajo desde de lo que uno es, desde una totalidad.

Tú has comentado en más de una ocasión que no realizas diseños previos, que sólo partes de un disparador. ¿En qué momento se da ese disparador?
Lo que pasa es que a mí no me gusta hacer bocetos. Un par de veces que he tratado de traducir los bocetos a la tela, me ha dado la sensación de que me estaba copiando a mí mismo. Y Picasso ya decía que no había problema en copiar a los otros, lo terrible era copiarse a sí mismo. Pero bueno, en mi proceso creativo yo imprimo la tela, no parto de blanco. Siempre le doy una imprimación de un color generalmente cálido. Y partir de ahí empieza una situación donde te mides, como si fuera una pelea callejera. Y pienso que ese espacio te comienza a motivar, pues así como has decidido crearlo, ese espacio va a generar que las cosas dentro de uno se organicen o desorganicen de cierta manera. Y en algún momento hay un impulso, un impulso iniciático donde te levantas y actúas sobre la tela.

Esa parte del proceso debe ser muy intensa…
Ese primer impulso es bien interesante porque son tres o cinco horas de trabajo continuo, catártico, muy violento, bastante rápido. Yo siempre digo que es como estar de espaldas a tu racionalidad y es lo que permite abrir cosas, que aparezcan asuntos que probablemente son centrales en ti. Por eso también entiendo la pintura como una vía para acceder a lo más recóndito, a lo que se encuentra escondido y resulta misterioso. Es también una forma de conocer quién eres y dónde estás.

¿Pero necesariamente ese primer impulso es el que te guía durante esos tres o cuatro meses en los que estás frente al cuadro?
Sí, es como el pecado original (Risas). Es como una mancha que no llegas a borrar del todo. Además, ahí hay temas pictóricos que pasan por esa primera información o imprimación y me interesa que permanezcan hasta el final, que se trasluzcan. A mí no me gusta que el proceso de la pintura cierre la malla y la haga tan tupida y no se pueda ver lo que haya atrás. Pretendo, aparte de lo que puede expresar el cuadro, que también la obra hable de su propia factura, que muestre su biografía y cómo ha sido concebida.

Un tema importante para ti es la autonomía en el arte, la posibilidad de tener una independencia.
Uno debe vivir su condición de artista con un sentido de enorme dignidad y con un sentido de independencia total. Hay una frase que acabo de leer: “Un artista no debe pertenecer a ningún grupo, ni siquiera a un grupo de artistas” (Risas). Es como que de alguna manera tienes que vivir y fomentar una especie de marginalidad saludable. Porque no es necesario incorporarse o identificarse con los grupos de poder, ni tampoco inmolarse en el abismo. Esto es fundamental, sobre todo en un medio pequeño como Lima, donde es urgente tener esta noción de independencia.

En ese sentido, ¿cómo percibes la visión de los criterios curatoriales?
Existe el problema de que los criterios curatoriales y museísticos se han antepuesto al hecho visual. Y esto no debe ser así, porque todo eso es posterior: esto sin ánimo de jerarquizar, sencillamente es posterior. Más bien, para estas nuevas generaciones de artistas, donde hay muchísimo talento, va a ser un poco más complicado conseguir esa autonomía de la que estábamos hablando, pues el establishment se ha puesto el vestido de lo contemporáneo. Entonces, cómo te distancias de algo que pretende decirte yo soy como tú.

El MAC y el MALI
A un año de la polémica acerca del Museo de Arte Contemporáneo. ¿Cómo analizas las cosas?
Mira, lo que encuentro positivo de aquella polémica fue que se liberó la franquicia del arte contemporáneo, que estaba tomada por el IAC: un proyecto que tenía más de cincuenta años y no caminaba. Sin embargo, toda esa discusión en los medios consiguió la franquicia de la que les hablo que ha tenido salidas positivas.

¿Cómo cuáles?
Son dos. Primero que el MALI decidió entrar también en la zona del arte contemporáneo. La segunda, que el IAC se convierte en el MAC y su presidente empieza por pedir disculpas públicas a los artistas, algo que es muy saludable, puesto que empiezan con una actitud de diálogo para darle forma al MAC en Barranco.

Los barranquinos van a estar orgullosos de tener en su distrito un museo tan importante.
Fíjate, yo que vivo cerca me siento contento, porque Barranco, que es un distrito cultural por excelencia, va a albergar al Museo de Arte Contemporáneo. Y esto hay que enfatizarlo, porque es como si alguien se presentara a las autoridades de Barranco y les dijera que van a hacer la Biblioteca Nacional en su distrito. Eso sólo puede ser un motivo de orgullo y felicidad. Por eso calculo que el alcalde barranquino debe estar muy contento.

MAS DATOS
Galería Lucía de la Puente
(Paseo Sáenz Peña 206, Barranco).
Hasta el 3 de noviembre

*Fotografía de KEYKO MONTEBLANCO.

sábado, 6 de octubre de 2007

Nueva novela de AMOS OZ


El próximo 26 de octubre el escritor israelí Amos Oz recibirá el Premio Príncipa de Asturias de las Letras 2007, en Oviedo. La editorial Siruela acaba de pulicar una nueva titulada Fima.
Aquí les dejo la reseña de la misma editorial sobre la novela:
"Efraim Nomberg, Fima, tiene cincuenta y cuatro años y vive en Jerusalén. Huérfano de madre desde los diez, mantiene una complicada relación con su padre. Tras haber creado muchas expectativas como estudiante de historia y, después, como poeta, su existencia se llena de pronto de renuncias. Fima es un hombre contradictorio: atento y distraído, melancólico y entusiasta, algo dejado en su aspecto físico, pero muy querido por sus amigos, sobre los que ejerce una extraña fascinación. Sólo se exalta cuando habla de política y critica al gobierno israelí por la miopía con que trata la cuestión de los territorios ocupados. Ésta es su historia, una historia por la que transitan los personajes más disparatados: Baruj, su padre, famoso fabricante de productos cosméticos, Yael, su ex mujer, Nina, su amante, y el pequeño Dimi, hijo de Yael, al que Fima considera un poco su hijo".

jueves, 4 de octubre de 2007

Narradores en San Marcos (en el ICPNA de Miraflores)

PROGRAMA

DÍA 1: jueves 4
6:30 p.m. Palabras de bienvenida: Alberto E. Gonzales Alcántara

Mesa 1 Panorama sobre la narrativa peruana I:
Miguel Ángel Huamán Villavicencio
Presenta: Lourdes Rojas

Mesa 2 Presentación de libro El Círculo Blum de Lucho Zúñiga
Comentan: Miguel Ildefonso y Gonzalo Málaga
Presenta: Jhonn Guerra

Mesa 3 Narradores: Testimonios y lecturas
Julio César Vega, Alexis Iparraguirre y Richard Primo
Presenta: Dany Doria

Mesa 4 Narradores: Testimonios y lecturas
Jorge Valenzuela, Juan Manuel Chávez
Presenta: Mauro Marino

Vino de honor

DÍA 2: viernes 5
6:30 p.m.

Mesa 1 Panorama sobre la narrativa peruana II
Carlos Yushimito, Mario Granda
Presenta: Alberto E. Gonzales Alcántara

Mesa 2 Narradores: Testimonios y lectura
Oswaldo Reynoso, Fernando Carrasco, Selenco Vega, José Güich
Presenta: Rony Vásquez

Mesa 3 Narradores: Testimonios y lectura
Carlos Eduardo Zavaleta, Carlos Yushimito, Max Palacios
Presenta: Laura Liendo