FUEGO DE TU FUEGO
Ricardo Silva-Santisteban
Estupendo poemario publicado originalmente en 1994 y que ahora se reedita en edición bilingüe (español-francés) bajo el sello del Fondo Editorial de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. "Llegó la desolación/ Ha llegado el invierno/ Con el sonido de la sombra/ Los árboles agotaron sus hojas/ Y escuché su rumor/ Cobijado por la húmeda almohada del deseo/ Una a una cayeron/ Y cual árbol que el invierno embiste/ Siento el aguijón de su partida/ Se ha ido para siempre/ Y mis pesares se agotaron como hojas". Así se inicia este largo poema. Sin duda, para mí, Fuego de tu fuego es uno de los mejores poemarios de Ricardo Silva-Santisteban (maestro entrañable). Leerlo nuevamente me causa la misma conmoción de cuando lo leí por primnera vez en Terra Incógnita (título bajo el que se reúne la obra poética de RSS).
LA PRIMERA ANUNCIACIÓN
Cecilia Podestá
Se hizo esperar. Luego de algunos años de la aparición de su ópera prima Fotografías escritas (Dedo crítico), un atractivo conjunto de poemas que allanaban el camino para un importante tránsito por nuestra escena poética, Cecilia Podestá me ha dado hace algunos días un ejemplar de La primera anunciación (Ajos y zafiros, 2006). "Yo quiero que ese niño nazca muerto, María,/ Poco me importa ser el padre de un salvador/ o el santo que acompañe tu vientre/ Tocado por las manos ásperas/ de un dios egoísta". Estos son los primeros versos de un largo e iconoclasta poema cuyo yo poético adopta la voz de José, el carpintero.
SUZUKI BLUES
Renato Sandoval
Víctor Ruiz, entusiasta editor (no hace mucho publicó el tercer poemario de Hinostroza), me hizo llegar Suzuki blues (Lustra editores, 2006) el nuevo poemario de Renato Sandoval, poeta verdadramente exquisito y traductor notable. Conocedor de la poesía zen, Sandoval ha tomado como puntos de partida un haiku, un tanka o un koan para escribor los poemas que conforman este libro estupendo que concilia lo oriental con lo occidental. "Arde el sol sin piedad/ pero el viento es de otoño/ en la ribera del hastío. Solo las calles/ ensanchan el grito/ en perfecto estado de desvelo. Las ventanas/ encierran que de agotas/ se cuela por las ranuras de las puertas/ esmirriadas. Nada turba la siesta/ de los necios en este día comercial/ y sin provecho, apenas/ si el bancario que relame sus legañas/ o el rocpio que aún persiste/ en los geranios". Este poema surge apartir de un texto de Basho.