domingo, 6 de abril de 2008

Entrevista a OSCAR HAHN


Oscar Hahn (Iquique, 1938) no sólo es uno de los poetas chilenos más importantes en la actualidad sino que, además, cuenta en Lima, desde hace muchos años, con una gran cantidad de lectores. Lustra editores y el Centro Cultural de España acaban de editar Hotel de las nostalgias y anuncian la publicación de su poesía reunida.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

Leí en una entrevista que dijo que sus poemas nacen a partir de un solo verso inicial. ¿Cómo se da ese proceso creativo?
Lo que quise decir es que primero me vienen a la mente uno o dos versos completamente espontáneos. Yo los llamo “apariciones”. A partir de ahí se va desarrollando el resto del poema, pero eventualmente esos versos pueden ir a parar a cualquier parte del texto.

El tema fantástico es recurrente en su obra ¿de dónde viene esa influencia?
Desde niño he estado leyendo cuentos fantásticos. Después terminé especializándome en el tema y hasta publiqué un par de estudios sobre lo fantástico. Eventualmente esas lecturas empezaron a entrometerse en mis poemas. Tanto es así que hasta se han publicado análisis sobre los elementos fantásticos en mi poesía.

¿Es verdad que escribió el poema “La muerte tiene un diente de oro” como resultado de su encarcelamiento en 1973, producido el golpe militar de Pinochet?
Así es. Estuve preso en setiembre de 1973. Cuando salí de la cárcel y llegué a mi casa, lo primero que hice fue escribir ese poema. En el Chile de esos años la muerte andaba rondando por todas partes. El poema fue como una protesta contra la muerte y un gesto de afirmación en la vida.

¿Cómo fue su relación con Neruda? ¿La imagen de Neruda fue o es influyente en la poesía chilena?
Hubo un tiempo en que la poesía de Neruda era tan influyente en Chile, que llegaba a ser agobiante, pero después la poesía chilena se fue por otros caminos. En la actualidad Neruda es casi un padre de la patria Algunos lo veneran por esto, y otros lo detestan. El fue muy paternal conmigo. Yo tenía 18 o 19 años Tuve la suerte de conversar varias veces con él. En una ocasión estuvimos hablando los dos solos más de tres horas. No sólo tengo admiración por la poesía de Neruda, sino además un gran afecto hacia su persona.

Tengo entendido que conoció a Borges. ¿Cómo fue?
Con Borges estuve en dos ocasiones. La primera vez en la Universidad de Maine y la segunda en Washington. En Maine le hicieron un homenaje y yo leí frente a él, muy cerca suyo, mi poema Noche oscura del ojo. Cuando terminé de leer escuché que le dijo a la persona de al lado: “Qué poema tan raro”. Después, en una casa particular, conversé con él muchísimo rato sobre su cuento Las ruinas circulares.

Usted vivió cerca de 30 años en Iowa. ¿A qué escritores norteamericanos conoció?
Por Iowa han pasado muchos escritores importantes. A Raymond Carver lo conocí en 1978, cuando regresó a Iowa City por un semestre. Nos juntábamos con un pequeño grupo, varias veces a la semana, en un Café de Iowa City. Cuando salió la traducción al inglés de Cien años de soledad estuvimos discutiendo sobre el realismo mágico, que a él no le atraía para nada. Un narrador que se llama John Cheever también pasaba por ahí de vez en cuando.


Se acaba de publicar en Lima Hotel de las nostalgias y se planea publicar su obra reunida. ¿Qué sensación le despierta el hecho de que tenga acá en Lima una gran legión de lectores?
Sabía que tenía algunos lectores en el Perú, pero no sé si tantos. Para mí es muy gratificante, porque tengo una gran admiración por la poesía peruana. La considero entre las dos o tres mejores de toda Hispanoamérica. Entonces, ser leído en un medio tan exigente, más el añadido de que mi abuela paterna era peruana, es algo muy especial para mí.

*Versión completa de la entrevista que se publicó en Correo el domingo 06/04/08.

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