lunes, 7 de julio de 2008

Entrevista a MICAELA CHIRIF


Detrás de las ventanas, el atardecer cubre la ciudad con un halo grisáceo, producto del invierno limeño. Micaela Chirif acaba de publicar su segundo poemario, Cualquier cielo (Mundo ajeno, 2008), un libro que confirma su talento poético.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

Este es tu segundo poemario. ¿Cómo lo sientes con respecto al primero?
Bueno, han pasado siete años desde el primer poemario. Me gusta más éste, quizás porque lo acabo de escribir. Siento que este poemario está más estructurado que el anterior. Tiene subyacente un hilo narrativo. Pero también siento que la forma de escribir no ha variado mucho, siguen siendo poemas breves. Hay un poema del libro anterior que está también en éste, con una ligera variación. Pero bueno, eso significa también que sigue habiendo un vínculo. Siento que hay más de mí en este poemario que en el anterior.

¿Qué otra diferencia encuentras?
Creo que en el poemario anterior tenía un mayor miedo de decir ciertas cosas. Siempre cuando se escribe hay un miedo de ser demasiado explícita, por caer en cosas demasiado obvias. Yo creo que antes tenía más ese miedo. Ahora sí siento que no hay que tener tanto miedo de decir las cosas de una manera más directa.

¿Cómo así estructuraste el poemario?
Al principio me costó ordenarlos. Sentía en un momento que tenía un montón de poemas sueltos pero que no constituían ningún conjunto. Me ayudó mucho un amigo al que le di a leer los poemas; él me dijo que era un solo poema y no varios, pues los había leído en Word y como que se habían desconfigurado. Y ahí me dije por qué no plantearlo como un solo poema.

El libro se inicia con una serie de poemas que remiten a la infancia...
Claro, hay como una narración. Hay unos poemas que tienen que ver con una infancia. Y luego vienen otros que tienen que ver con una relación de pareja y luego con una pérdida, con una muerte, y luego con un proceso posterior a esa pérdida. Entonces, de algún modo, sí hay una historia.

¿Fue difícil escribirlo?
Fue extraño. Algunos de estos poemas son más viejos y otros, más recientes. Y es que durante un montón de tiempo no escribí o escribí muy poquito. Pero después de la muerte de José (Watanabe) empecé a escribir mucho. No sé, quizás supongo fue parte del proceso de tratar de lidiar un poco con la pérdida, con el dolor. Y para mí fue una manera de lidiar con ese dolor pero sin quedar solamente en el dolor sino salir de él. Y escribirlo era una manera de procesarlo.

*Publicado el lunes 07/07/08 en Correo.

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