martes, 24 de febrero de 2009

Entrevista a MIGUEL GUTIÉRREZ


Ocho años después de la aparición de El mundo sin Xóchitl, Miguel Gutiérrez reaparece con una nueva novela. Se trata de Confesiones de Tamara Fiol (Alfaguara, 2009), una novela que, al mismo tiempo de narrar la historia de este singular personaje, nos brinda un recorrido histórico por el Perú de inicios del siglo veinte hasta los albores de la década del noventa.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Ilustración de IVÁN PALOMINO

Tamara Fiol está inspirada en una mujer que usted conoció, ¿verdad?
Sí, hay un fondo real en el origen de la historia, digamos. Conocí a una mujer con un pasado como el de Tamara Fiol, mi personaje ficticio, que tuvo, además, una relación de amor complicada con otro personaje. Y esta mujer tuvo un accidente cuando tendría 28 o 30 años. Era una mujer encantadora, vital, muy cordial, además. Después de su accidente nuestra amistad se fue profundizando. Entonces me vino la idea, probablemente en los años 80, de escribir una novela a partir de su vida. Pero había algo que me inhibía: el hecho de que estuvieran vivos los personajes. Pero hace unos 5 o 6 años ella falleció, y también falleció el que fue su pareja. Esa es la base real, pero por supuesto luego viene la invención.

¿Y en cuanto a la arquitectura de la novela…?
Bueno, otra fuente, de la que me he dado cuenta después, ha sido una novela que intenté escribir por el año 1966. Incluso se publicó un capítulo largo en una revista que dirigía Milla Batres. Y era la historia de diez personajes nacidos entre 1930 y 1945 en diferentes partes del país y de diferentes clases sociales. Tenía un gran modelo: John Dos Passos. Se trataba de diez vidas que se entrecruzan, pero que tenían como característica que todos ellos, hombres y mujeres, en algún momento de sus vidas la pasión política juega un rol decisivo en sus proyectos de vida. Escribí una buena cantidad de páginas, pero no pude avanzar más allá pues en ese momento el tema me rebasaba. Y cuando terminé esta novela me he dado cuenta de que en cierta forma realiza en pequeño ese ambicioso proyecto. Claro, en vez de contar la vida de diez personajes he retratado la vida de dos.

¿Eligió como narrador al estadounidense Morgan para tener una mirada imparcial de la vida deTamara?
Claro. Hubo dos elementos que me hicieron decidir darle el papel de narrador a Morgan. En primer lugar, esa mirada exterior, más objetiva, más imparcial. Aunque después Morgan se va metiendo a la historia. Por otro lado, el hecho de que sea un reportero de guerra con experiencia en otros escenarios hace que este reportaje, que luego se transforma en una novela, se una a toda su labor de cronista de guerra. De modo que lo que acontece en el Perú es parte también de la violencia que ha habido en el mundo durante todo el siglo XX.

Tamara de alguna manera va en contra de ciertos radicalismos, por ejemplo, ella sí baila las canciones de Celia Cruz, algo que sus compañeros, por sus dogmatismos, no harían…
Claro, como esa gente que, en otro nivel, se niega a leer a Borges acusándolo de reaccionario.

En su obra novelísticasiempre ha sido importanteel contexto histórico…
Claro, yo pienso que esa es parte de mi manera de concebir la vida y también la novela. Yo siempre he dicho que hay dos grandes modelos en la novela: Tolstoi y Dostoievski. Los aspectos dramáticos, trágicos de la existencia están en la obra de Dostoievski. Pero Tolstoi le da esa dimensión épica; es decir, el devenir, el paso del tiempo, de los procesos sociales. Y yo he tratado de hacer eso. Yo no concibo que el contexto no juegue un rol decisivo en la formación de una personalidad.

Por otro lado, sé que en los últimos años cultivó una entrañable amistad con el desaparecido Pepe Adolph…
Lo interesante de esa amistad es que supuestamente por cuestiones políticas éramos adversarios. Con Pepe nunca hemos discutido por temas políticos, pero hemos compartido muchas ideas en cuanto al arte. Hace muchos años Pepe Adolph criticó al grupo Narración. Criticó sus ideas políticas, porque tenía todo su derecho, pero rescataba la obra creativa de cada quien. En el caso mío: El viejo saurio se retira, que era mi primera novela. Me hubiese gustado que él presentara Confesiones de Tamara Fiol.

*Entrevista publicada en Correo el miércoles 25 de febrero.

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