Hace ya varios días falleció el escritor inglés J.G. Ballard. No se trata de un autor al que haya seguido con mucha atención –apenas he leído un par de sus libros–. Recuerdo, sin embargo, que quien me recomendó leerlo fue José B. Adolph, durante una amena conversación en su departamento miraflorino, como era costumbre en él. Charlamos sobre algunos autores de ciencia ficción que prefería (salvo por Fundación, Asimov no le convencía como novelista). Y allí surgió el nombre de J.G. Ballard. “Te va a gustar –me dijo él, conocedor de mis predilecciones literarias–, Ballard trabaja muy bien la psicología de los personajes”. Esa misma noche telefoneé a mi padre –apasionado lector de ciencia ficción– a preguntarle si tenía algún título de Ballard. Y al día siguiente ya tenía La sequía y Playa terminal sobre mi mesa de noche.
*Fotografia de Ballard tomada de www.guardian.co.uk
**Fotografía del estudio de Ballard (tomado de internet). Tengo una fascinación por los espacios creativos de los escritores. ¿Alquien recuerda esa sección de la revista Qué leer: El rincón del escritor? Hace varios años le escribí un mail de protesta al director cuando la levantaron.
1 comentario:
los verdaderos creadores son immortales.,si . los espacios creativos de los escritores son interesantes,magicos.originales.sobretodo si tienen una botella d e vino al costado d ela mesa.
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