martes, 5 de mayo de 2009

Entrevista a ALFREDO BRYCE ECHENIQUE


Alfredo Bryce vuelve al género del cuento con el libro La esposa del rey de las curvas (PEISA, 2009), un conjunto de diez relatos escritos con su habitual mirada nostálgica y a la vez irónica. En esta entrevista, el escritor reitera su inocencia ante las acusaciones de plagio que pesan sobre él.

Entrevistan MANUEL ERÁUSQUIN y CARLOS M. SOTOMAYOR
Fotografía de VÍCTOR VÁSQUEZ

En este libro retorna al cuento sin perder esa nostalgia agridulce, una nostalgia camuflada de ironía.
Sí, es un retorno grato y feliz al género del cuento. Género con el que empieza mi carrera literaria. En 1968 publiqué Huerto cerrado, mi primer libro, que estuvo conformado por doce o catorce relatos. Sin embargo, el último libro que había publicado de cuentos es Guía triste de París, en el año 2000. Han pasado nueve años y hoy me vuelvo a encontrar con el cuento en La esposa del rey de las curvas.

Sin embargo, es un género donde no todos los escritores se sienten cómodos...
Según García Márquez, yo soy un idiota que se sienta todavía a escribir cuentos. Y es que es un género agotador, uno no puede permitirse caer en el ritmo, hay que seguir con la máquina siempre hacia arriba. Además, en ese sentido, está lo dicho por Cortázar: una novela se gana por puntos, pero un cuento por knockout. Y confieso que estaba muy nostálgico por el género del cuento, y cada uno de estos relatos vino uno tras otro.

Es el talento creativo de la síntesis...
Claro, y la síntesis para mí es muy difícil, pues yo soy un escritor que se explaya mucho y que se enamora de las palabras. En ese sentido, el cuento me obliga a censurarme, a ponerme ciertos límites. Aunque existe la nouvelle, que es un cuento largo, un relato largo. Este puede ser de 40 o 60 páginas. Y ha habido grandes maestros de la nouvelle, como varios norteamericanos. Y rusos también, como Tolstoi o Chejov.

De otro lado, todavía sigue pendiente el tema de los plagios. Indecopi no lo favoreció en su primer fallo y ahora se espera el resultado de la apelación.
Es un tema muy desagradable, pero no ha terminado. Vamos a esperar el fallo en segunda instancia y lo estoy esperando con total tranquilidad. Además, parte de este problema ya está aclarado. Indecopi me absolvió en relación al supuesto plagio al señor Morote y quienes me acusaron no dijeron nada. Se quedaron mudos. No quisieron reconocer su error. Pero yo espero tranquilo y espero con ganas que todo esto se aclare, porque soy el más interesado. Es más, yo he ido personalmente a hablar con el director de La Vanguardia de España, con el director de la revista Jano, medios supuestamente agraviados, y no hemos tenido ningún problema.

Pero en conclusión: ¿usted plagió o no plagió algunos de esos textos?
No, ninguno, por eso mismo yo estoy tranquilo y sé que todo este problema se va a aclarar. Confío en que Indecopi me va a absolver, como en el tema de Morote.

Hubo personalidades de la cultura, como el director de la Biblioteca Nacional, Hugo Neira, que lo insultaron a propósito del tema de los plagios.
Sí, Hugo Neira se refirió a mí como un alcohólico y otras cosas más. Sin embargo, recuerdo cuando yo dictaba clases en la Universidad de París y en la de Montpellier, mientras que él, haciéndose pasar por profesor de la Universidad de París, daba clases de castellano en algún lugar de las Antillas. Después cambió de carnet, ya no era velasquista y se pasó al APRA nuevamente, por tercera o cuarta vez, porque había ganado Alan García, quien lo nombró director de la Biblioteca Nacional. Pero para mí seguirá siendo el almibarado bibliotecario abancaíno.

Cambiando de tema, ¿cómo definiría a Alan Garcia, quien ejerce su segundo mandato?
Bueno, yo le voy a definir a Alan García: Alan García es un estado desagradable de cosas (risas).

Y en relación a la sentencia a Fujimori, ¿ve esto como un paso importante para la limpieza institucional del país?
Yo creo que sí, y a la larga considero que esto va a traer beneficios para nuestra limpieza institucional. Se ha hecho justicia y eso es importante. No se puede ser indiferente a eso.

¿Cómo se siente en estos momentos, ahora que viene a quedarse en el Perú?
Mira, sinceramente es uno de los mejores momentos de mi vida, y he tenido buenos momentos. Yo además soy alguien agradecido. Agradezco a los lugares por donde estuve, lugares donde he trabajado y he vivido, lugares que me dieron la posibilidad de mirar la vida con otros ojos. Le agradezco a Francia, a Italia y a España. Y ahora que tengo mi residencia fija en el Perú, estoy feliz. Me levanto temprano a caminar, a disfrutar, y es que el país de uno de alguna manera son los afectos que uno tiene, los amigos. Y yo vivo rodeado de ellos.

*Entrevista publicada en Correo el domingo 03/05/09.

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