En estos momentos estoy por terminar País de nieve de Kawabata. Maravillosas descripciones y un deslumbrante manejo de sugestivas atmósferas. Toda una eclosión de sensaciones. Paralelamente estoy releyendo, con el mismo placer de la primera vez, Habitaciones (en tercera edición, esta vez bajo el sello de Estruendomudo) del entrañable y apreciado Ricardo Sumalavia. Gran lector de Kawabata, por cierto.
También he empezado a leer las traducciones de poesía y narrativa japonesas realizadas por el insigne poeta Javier Sologuren. Esto debido a la aparición reciente de los tomos IV, V y VI de sus obras completas. Un plausible esfuerzo de la PUCP y de mi apreciado maestro Ricardo Silva Santisteban.
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