Además de celebrado traductor e infatigable editor, Renato Sandoval es desde hace varios años –sobre todo desde Nostos– un poeta importante. Tomando como punto de partida un texto perteneciente a la poesía oriental, Sandoval nos entrega Suzuki blues (Lustra editores, 2006), un logrado y personal conjunto de poemas.
CARLOS M. SOTOMAYOR: A diferencia de otros libros tuyos en donde se percibía un acercamiento a la tradición occidental, en Suzuki blues hay un diálogo con la oriental...
RENATO SANDOVAL: He estado sumergido desde hace muchos años en lo oriental, tanto por el lado literario como por el lingüístico. Hace años estudié japonés, por ejemplo. Y también en la cuestión filosófica del budismo zen, pero obviamente interpretado muy a mi manera. Y claro, en este libro hay una expresión y búsqueda consciente. Pero creo que en otros libros anteriores también la había, pero no de modo tan explícito como en este caso.
CMS: La actitud de algunos autores, que reniegan de la tradición, muchas veces se debe en realidad a un desconocimiento...
RS: Tienes razón, mucha gente rechaza algo antes de haberlo conocido, ya sea por prejuicio o por deficiencia, por flojera o por falta de tiempo (ríe). Para mí siempre hay que tener un conocimiento de causa de las cosas. Lo que importa es cómo te sitúas frente a esas distintas tradiciones y en qué cosas puedes decir algo personal. No se trata de repetirlas o imitarlas. Ese es el reto.
CMS: En Suzuki blues, los poemas han surgido inspirados en un determinado texto oriental.
RS: Así como es un diálogo con cada tradición, hay un intento de ir siempre más allá y plantear mi propio punto de vista. Y obviamente si el lector conociera el texto en el cual está inspirado, “aprovecharía” más la lectura. Sin embargo, este no es el caso; es que los poemas funcionan por sí mismos.
CMS: El arte de la contemplación, muy vinculado a lo oriental, está presente en el poemario, pero enriquecido con otra visión.
RS: La idea del paisaje asimilado o visto como algo externo, pero que se va a terminar procesando dentro de uno. Claro, es un paisaje tanto a lo oriental como a lo occidental. Están las calles, el semáforo, el smog, y también todos los motivos de la naturaleza convencional que también tenemos acá; y, por otro lado, que yo mismo me figuro y refiguro en un intento de diálogo no sólo con la tradición poética, sino también con el mundo de las imágenes y de las ideas.
CMS: También se percibe una indagación por lo efímero del ser humano.
RS: La fugacidad, la “impermanencia” del tiempo. Y, por otro lado, no es en sí mismo algo oriental. En todos los tiempos, en todas las épocas, en todas las culturas, está la muerte, la vida, el paso del tiempo, el deterioro. El caso de los zen, que tiene que ver con la tradición de China, Corea, la cuestión marcada, explicitada en el sentido de que debe haber una reacción frente a esa confrontación con la “impermanencia”. Te desesperas, te angustias, te metes en un callejón sin salida: esto es lo que occidentalmente pasaría. O, según el zen, encuentras una especie de equilibrio, que es a fin de cuentas la sabiduría. Esto es lo difícil de conseguir. En este libro presento muchas circunstancias que pueden llevar fácilmente a la desesperación, pero busco una alternativa. El problema es que no siempre lo logro. Ahí es que queda esa contradicción permanente que se expone en muchos de los poemas. Ese sería, para mí, su originalidad. Porque no son poemas zen.
CMS: Además de poeta, se te conoce como un reconocido traductor. ¿Cómo surge esa afición?
RS: Es más producto de toda una curiosidad. He viajado, y eso me ha permitido ver literatura en otros idiomas y en las lenguas originales. De ahí a querer compartir esas lecturas y, por lo tanto, traducir no es una cuestión muy fácil.
CMS: En Lima no siempre se encuentran traducciones óptimas.
RS: La oferta en el mercado es limitada y no te ofrece muchas opciones. El 60% o más de lo que lees en tu vida son traducciones. Imagínate que si no han traducido bien, como ocurre en la mayoría de los casos, no tenemos certeza de haber leído a los verdaderos autores y no a los traductores (ríe).
CMS: Muchos recuerdan tu labor editorial con Nido de cuervos...
RS: Bueno, Nido de cuervos ha renacido. Acabo de sacar un libro de cuentos de Canadá, pero de la zona de Quebec, un lugar del cual hasta donde yo sé nunca ha salido nada traducido al español. Con ese libro vuelvo a las andadas, más otros libros más que estoy preparando. Y también voy a volver a sacar la revista Fórnix.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario