Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR
En el mundano acto de la imitación se encuentra el origen de todo. Incluso del arte. Charlemagne Palestine aún estaba lejos de ser el reconocido músico experimental que es hoy cuando, con apenas cinco años de edad, emulaba las desgarradoras interpretaciones del cantante Johnny Ray. Más allá del estilo netamente musical de Ray, lo que seducía al pequeño Palestine era aquella manera tan sui géneris de cantar. “Tenía problemas físicos, espasmos faciales. Era como una danza antigua y extraña del dolor”, recuerda Charlemagne. Considerado uno de los representantes más conspicuos del minimalismo musical de la década del sesenta, Palestine es, sin lugar a dudas, una pieza clave para entender la música experimental del siglo XX. Además de ser influencia innegable de músicos posteriores como Sonic Youth, por ejemplo, y referencia ineludible de todos los músicos experimentales que han devenido desde la década del noventa hasta la actualidad. En el plano académico, su trabajo ha sido exhibido en la Bienal de Venecia, el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de N.Y., el Moderna Museet de Estocolmo y el Centre d´Art Contemporain de Ginebra, sólo por citar algunos lugares. Pero es, quizás, en aquella primigenia experiencia, narrada al principio, donde radicaría su vocación por el tamiz antropológico de la música. “Aprecio muchísimo todo aquello que el ser humano hace en términos de producción cultural y comunicación, de manera que mi interés por los rituales y las danzas de todo el mundo ha sido algo que se ha visto acompañado por mi interés por la historia y la danza de la música folklórica de Occidente”, señala el músico, sentado en una de las bancas de la capilla de la Penitenciaría de la iglesia de San Pedro, en Lima, donde ofrecerá hoy un concierto/performance al pie del altar. Palestine contará con un piano de cola, su voz y la majestuosa acústica de aquel espacio sacro que data del siglo XVII. No será la primera vez que Palestine se presente en una iglesia, por el contrario, es casi una constante en su trayectoria artística. “Cuando era niño había muchas sinagogas. La construcción de las sinagogas está influenciada por la construcción de iglesias –nos cuenta el músico judío–. Además, Cristo es mi primo. Es como visitar a mis parientes. Si las iglesias no están asustadas de mí, yo tampoco de ellas”. En el trabajo de Palestine, como en el de varios artistas, hay una búsqueda de lo sagrado. Este concierto/performance vendría a ser, entonces, la invitación a una liturgia musical, a una exaltación total de los sentidos.
MAS DATOS
Capilla de la Penitenciaría de la iglesia de San Pedro
(Jr. Azángaro 451, Lima)
Hoy (19.00 horas)
Ingreso libre, previa inscripción en http://centro.fundaciontelefónica.org.pe/formulario.asp?num=2
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