Sergio Galliani, Pablo Saldarriaga y Miguel Iza (Foto: La Plaza ISIL)
Una cena puede resultar siendo, dentro del repertorio de las convenciones sociales, un espacio idóneo para el libre ejercicio de la careta, para el elegante arte de la simulación. Todos, o casi todos, parecen eximidos de mostrarse tal cual frente a los demás.
Y es precisamente dentro del marco de una de estas reuniones de camaradería que se desarrolla la trama de Cocina y zona de servicio, estupenda pieza de los dramaturgos franceses Agnes Jaoui y Jean-Pierre Bacri, que la talentosa directora Marisol Palacios ha montado en el Teatro La Plaza ISIL.
Un grupo de amigos se vuelve a encontrar, tras largos diez años, en la casa de una aparentemente feliz y realizada pareja de esposos: Javier y Martina. Ellos han invitado a Freddy (hermano de Martina), Jorge (quien desde hace un par de meses vive con ellos, alojado en el sofá) y a una pareja conformada por Carla y un exitoso hombre de televisión de quien todos hablan y al que, por cierto, nunca se le ve. Y no se le ve precisamente porque lejos de querer mostrarnos lo que acontece en la sala, los autores nos develan aquello que ocurre, tras bambalinas, en la cocina.
Allí, en aquel espacio doméstico, se llevarán a cabo una serie de divertidas situaciones que le insuflarán al montaje gran ritmo escénico. Los autores han concebido, así, una obra que derrocha un hilarante e inteligente humor negro. A pesar de ello, de las risas que estallan entre las butacas, el espectador diligente advertirá, que detrás de todo eso se encuentran los dramas personales de cada uno de los personajes. Además, como suele suceder con las buenas obras, le resultará inevitable confrontarse con su propia experiencia vital.
Las actuaciones resultan convincentes. Miguel Iza acierta en su interpretación de Jorge, un irónico y amargado escritor que no supera, en realidad, un antiguo amor. Sergio Galliani (Javier) sigue demostrando sus grandes dotes para el humor y para variar de registro en cada personaje. En este caso en su rol de abnegado e inocente marido. Pablo Saldarriaga (Freddy), Montserrat Brugué (Martina) y Wendy Vásquez (Carla) no desentonan en esta correcta puesta en escena de Marisol Palacios. Sin duda, una obra que vale la pena ver. Si no sale de Lima en Semana Santa, asistir a La Plaza ISIL se convierte en una inmejorable opción en la búsqueda de un momento de diversión.
*Publicado en Expreso.
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