jueves, 22 de enero de 2009

"Un lugar llamado Oreja de perro" de IVÁN THAYS


Cuando leí, hace muchos años, la novela Escena de caza, una frase llamó poderosamente mi atención: “Para las mujeres, los recuerdos del amor son souvenir de un viaje sentimental; para los hombres, restos de un naufragio”. Tiempo después, leídas sus obras ulteriores, creo encontrar una clave en aquella frase: los protagonistas de los libros de Iván Thays resultan siendo, a la luz de los acontecimientos, verdaderos náufragos sentimentales. Un lugar llamado Oreja de perro (Anagrama, 2009) no es la excepción. Se trata de la historia de un hombre golpeado por una tragedia mayúscula: la muerte de su pequeño hijo. Luego, como para completar el cuadro trágico, su esposa decide abandonarlo, dejándole una nota en el interior de su maleta, antes de que parta, en viaje de trabajo, a aquel lugar llamado Oreja de perro. El protagonista es, para mayores señas, un periodista que debe cubrir la visita del presidente Alejandro Toledo a ese pueblo azotado por la violencia política.
Nuevamente un viaje: una constante en la obra literaria de Thays. Si antes fueron Madrid, Busardo (ciudad ficticia) y Málaga, los destinos de las travesías de los personajes de Escena de caza, El viaje interior y La disciplina de la vanidad, en esta ocasión, el protagonista se desplaza a un pueblo peruano llamado Oreja de perro. Y será ese lugar extraño y ajeno el escenario en el cual repasará, en una especie de expiación, su drama particular. En un lagar que aún respira su propio drama colectivo. ¿Es una novela sobre la violencia política? Definitivamente no. Por lo menos no en el sentido en que fueron concebidas La hora azul de Alonso Cueto o Abril rojo de Santiago Roncagliolo. Y, sin embargo, la violencia política está allí, se respira, se siente como una sutil música de fondo a lo largo de la novela. Pero no es la protagonista, obviamente, ni tendría por qué serla.
Es el drama personal del protagonista lo que nos conmueve. Es lo que nos enfrenta con la vulnerabilidad de la condición humana. Un lugar llamado Oreja de perro es una novela lograda, según mi lectura. Una novela que he disfrutado no sólo por sí misma, sino también como una nueva pieza dentro de un conjunto que sigo con interés desde hace mucho. Y que tras ocho años de silencio parece ser el inicio de una nueva etapa, más fructífera que la anterior.

1 comentario:

Omar Blanco dijo...

Es sin duda un nuevo inicio en la obra de Iván, él mismo se mostraba muy contento con esta novela, que muestra la violencia en el viaje a un pueblo pequeño como la oreja de un can y grande como las travesias del corazón, una interesante aventura.