jueves, 14 de mayo de 2009
JUAN CARLOS ONETTI: homenaje
La primera imagen que recuerdo de Onetti posiblemente haya sido una de las últimas. Un reportaje para la televisión francesa lo mostraba, en una especie de exilio voluntario, atrincherado en una cama, con un cigarrillo entre los dedos y hablando de su vida, con esa mirada oscura que lo caracterizaba, en medio de la humareda del tabaco. Una imagen que acongoja, difícil de borrar: la imagen del ocaso.
Sin embargo, como lo apunta en ese mismo reportaje, su obra literaria le ha granjeado la inmortalidad. Novelas inolvidables como El pozo, El astillero y Juntacadáveres, sólo por citar algunas, no sólo denotan su talento sino también su honestidad infranqueable. "Escribo para mí. Para mi placer. Para mi vicio. Para mi dulce condenación", dijo en una oportunidad este novelista, que parecía escribir con las tripas aquellas desgarradoras y bellas crónicas del fracaso.
Mario Vargas Llosa, confeso admirador de Onetti, resume de modo brillante la obra del uruguayo en El viaje a la ficción (Alfaguara): "El tema obsesivo y recurrente en él, desarrollado, analizado, profundizado y repetido sin descanso, aparece precozmente perfilado en El pozo: el viaje de los seres humanos a un mundo inventado para liberarse de una realidad que los asquea".
CONFERENCIAS. A propósito del centenario del nacimiento de Juan Carlos Onetti, el Centro Cultural de España -junto a las embajadas española y uruguaya- ha preparado un tributo a partir de unas conferencias que tendrán como figura principal al escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien compartirá la mesa con la investigadora española Hortensia Campanella el día viernes. Un día antes estarán los académicos uruguayos Pablo Rocca y Ana Inés Larre Borges y los escritores peruanos Miguel Gutiérrez y Sonia Luz Carrillo.
En una oportunidad, Juan Carlos Onetti rememoró su infancia y se recordó como un chico tímido, introspectivo y voraz lector que gustaba de encerrarse a leer en un viejo ropero, acompañado de su gato Miyunga. Ahora, muchos años después, la historia parece repetirse en aquellos que lo leen y siguen leyendo con inusitado fervor. Y quizás ese sea su mejor premio.
*Publicado en Correo el miércoles 13/05/09.
**Fotografía tomada de Letras Libres.
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