domingo, 24 de junio de 2007

JOSE MIGUEL OVIEDO sobre MVLL


José Miguel Oviedo, uno de nuestro más reconocidos críticos literarios, ha publicado Dossier Vargas Llosa, libro en el que reúne un conjunto de textos –publicados antes en diarios, revistas y libros; además de un texto inédito- que giran en torno a la producción creativa e intelectual de nuestro más importante novelista. Adjunto una estupenda entrevista de Manuel Eráusquin publicada en el diario Correo.

RADIOGRAFÍA A UN NOVELISTA

Entrevista MANUEL ERÁUSQUIN

Uno de los rasgos más evidentes en la obra de Vargas Llosa es su vocación por la experimentación narrativa.
Sí, pero al mismo tiempo él es muy experimentador al jugar con las técnicas y al crear estructuras narrativas muy complejas. Hay algo que tiene muy en claro y no abandona: la novela siempre debe contar una historia que sea interesante. En consecuencia, él no experimenta por experimentar, experimenta para que la historia cobre vida.

Desde el punto de vista estructural, ¿Conversación en la Catedral vendría a ser la novela más innovadora de Vargas Llosa?
Sí, desde el punto de vista estructural esa novela es una de las más complejas de Vargas Llosa y de las más innovadoras, y de las más difíciles para desentrañar sus mecanismos. Y esto tiene su razón en el juego continuo del espacio y el tiempo, que nos lleva de un lugar a otro simultáneamente. Una especie de fusión de tiempo y espacio que llega a ser por momentos enormemente compleja. Por ejemplo, hay un instante donde uno descubre que existen diecisiete personas hablando simultáneamente, a través del tiempo y en diferentes espacios.

Pero además, Conversación en la Catedral es la novela que perfila la voz política del autor.
Yo creo que es una de las más importantes en ese aspecto, aunque no es la única. Sin embargo, es la más emblemática. Pero ahí tiene que ver otra vez una experiencia que lo marcó: su padre lo forzó a entrar a trabajar en el diario La Crónica. Ahí trabajó como reportero, y reportero de última fila, pues era de Policiales. Entonces, en esa atmósfera descubriría ese mundo que escribiría en Conversación en la Catedral.

Curiosamente, en esa misma novela, un personaje como Cayo Bermúdez, inspirado en Esparza Zañartu, esbirro de Odría, nos prefigura la imagen de Montesinos.
Sí, es algo interesante, y es que las prefiguraciones existen, y esta es una de ellas. Luego hay otra prefiguración en la obra de Vargas Llosa que ocurre con La guerra del fin del mundo, novela que se publicó a principios de los ochenta, época donde el mundo árabe no era una fuerza que pusiera en jaque al tablero mundial, y en ese sentido la obra examina las sociedades donde coexisten diversas formas de pensamiento: los que están pegados a la tradición y los que buscan la modernización. Ese es el dilema que ha conseguido que los árabes surjan como una fuerza fundamentalista. Es una especie de regreso al pasado, a las viejas tradiciones, una renuncia al Occidente modernizador.

Usted que ha seguido desde mucho tiempo su obra, ¿por qué cree que el Nobel le es esquivo?
En principio, el Nobel es un premio literario y a la buena conducta. Hay que recordar que este premio fue establecido con el dinero de Alfred Nobel, que quiso limpiar su memoria para siempre y desligarla de la relación que él tuvo con el mundo de los explosivos. Nobel subrayó que el premio se le daría a un gran escritor que además defendiera ciertas causas sociales, y eso en Suecia se entendía como una defensa del humanismo socialista. Por eso con gran frecuencia la Academia obedece a esos lineamientos. Ahora, también hay que tomar en cuenta que Vargas Llosa es un provocador; a él no le interesa ser políticamente correcto. Lo que expresa nunca es por oportunismo o conveniencia. En todo caso, que le otorgen el Nobel igual me parece posible.

Cuando se refieren a la obra referencial de García Márquez se habla de Cien años de soledad. ¿Para usted cuál es la obra emblemática de Vargas Llosa?
Para mí son tres las emblemáticas: Conversación en la Catedral, La casa verde y La guerra del fin del mundo.

La figura del autoritarismo paterno es una de las referencias cruciales dentro de su visión narrativa. Es quizás la energía que lo llevó a escribir como una urgencia.
Sin duda, esa figura está muy presente, pero también hay otras, y de forma muy dominante en su narrativa, como es la rebeldía contra toda forma de organización jerarquizada, de la cual es un paradigma la organización militar. Asimismo, hay dentro de su obra órdenes cerrados, que exponen una gama de diversos problemas. Por ejemplo, en La casa verde tenemos el convento y el burdel. Ambos son órdenes cerrados, pero a la vez existe una asociación muy fuerte entre estos dos lugares.

*Fotografía de KEYKO MONTEBLANCO.

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