miércoles, 28 de noviembre de 2007
EXPOSICIÓN
Muestra PERCIPI
de la artista PATRICIA ARENA
Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR
Patricia Arena es una cazadora del instante, de aquellos detalles importantes que la velocidad de la vida moderna se empecina en negarnos. Es por ello que Arena está en un estado de alerta permanente. Siempre dispuesta a perennizar aquel retazo de realidad que al común mortal le resulta negado.
Por suerte está ella para mostrárnoslo. Como en esta exposición titulada, precisamente, “Percipi” (percepción), en la que nos invita a presenciar –casi a fisgonear– aquellos momentos mágicos que su lente ha sabido inmortalizar. Es como ingresar a un territorio íntimo, el de los personajes que pueblan las fotografías de la muestra. Detalles que advertimos como si nosotros, al igual que ella, estuviéramos detrás, al acecho de la mayor naturalidad, a la espera del instante preciso.
Los personajes de Patricia Arena son desconocidos. Ella no busca que posen ni tampoco pretende invadir sus espacios. Ella permanece inadvertida, es casi una sombra, una brisa tibia que los ronda, generalmente por detrás, sin que lo noten. Hasta el momento culminante del clic. Poco importa si aquellos personajes no están quietos. Por el contrario, Arena lo prefiere así: “Siento que las imágenes en movimiento preservan la energía del individuo”, sostiene.
Los museos y galerías son los espacios ideales para Patricia Arena. “Siento que la persona que va a un museo va con un estado de ánimo, no te digo melancólico, pero sí tranquilo –acota la artista–. Está haciendo un paréntesis en su día para tener un encuentro con el arte. No hay apuros. Se crea dentro del museo una atmósfera especial. Te podría decir que para mí es el hábitat perfecto para fotografiar personas”.
“Percipi” no sólo nos muestra aquellos instantes que pasan continuamente inadvertidos. También nos permite introducirnos en la propia mirada de la artista. Es decir, verla a través de lo que ella ha visto, y ha perennizado. La premisa del filósofo irlandés Berkeley –ser es ser percibido– resulta contundente. Los personajes de Arena existen porque ella los percibe, y la propia Arena existe porque a través de sus fotografías la percibimos a ella. Idea que tiende puentes con su muestra anterior, ilustrativamente titulada “Intuyo en mí algo de ti”. “Yo quería que este viaje interior suban al tren todos los espectadores de la muestra”, precisa Patricia Arena. Adentrarse en la galería del Británico, con aquella sinuosa cortina musical que ostenta la sala, resulta una experiencia sobrecogedora, sin duda. Y, al mismo tiempo, grata.
*Fotografía de LUIS IPARRAGUIRRE.
**Publicado en Correo el 28/11/07.
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