A partir de un verso de San Juan de la Cruz, Marco Martos ha edificado Aunque es de noche (Hipocampo editores, 2006), su más reciente poemario, en el que confluyen la angustia innata del ser humano y la búsqueda de Dios.
CARLOS M. SOTOMAYOR: Se suele decir que su poesía está vinculada con la lírica hispánica...
MARCO MARTOS: Bueno, eso es lo que se dice. Yo no sé si sea tan verdad. Lo que ocurre es que soy un estudioso de la poesía y conozco la tradición de mi lengua. Sin embargo, soy un lector de la poesía del mundo. Pero no me incomoda esa expresión.
CMS: ¿Es una manera de diferenciarse de otros poetas de la llamada generación del sesenta?
MM: Cuando uno empieza, mira las figuras destacadas del momento. Pero cuando pasa más tiempo, como que puede elevarse y mirar a lo largo de los siglos, incluso cuáles son las fuentes de las que hay que beber. El tema de las generaciones es interesante como aparición de un movimiento; después, cuando pasa el tiempo, y si uno tiene una continuidad literaria, una persistencia, digamos que eso ya no es importante. Y lo que veo es un afán de explorar, de ser diferente, que es lo que he intentado ser.
CMS: ¿Qué diferencia encuentra entre el poeta de Casa nuestra y el actual?
MM: Un poeta joven tiene mucho que decir de sí mismo. Y ese es el mundo que puede expresar con potencia, con originalidad. Pero después, que es lo que me ha ocurrido, uno descubre el mundo, descubre otras cosas, otros intereses. Es decir, uno hace una poesía menos centrada en el yo y más centrada en la humanidad. A mí me interesa mucho la perspectiva de la historia, y es un tema que constantemente quiero explorar.
CMS: Sus últimos poemarios se han caracterizado por estar articulados bajo una unidad temática...
MM: Eso es algo que he aprendido. Siendo joven escribía los poemas que venían a mi mente y simplemente esos constituyen un libro. En cambio ahora voy haciendo varias cosas a la vez, pero busco esa unidad temática.
CMS: ¿Cómo surgen los temas?
MM: Lo que pasa es que son viejas obsesiones. Por ejemplo, en este último, Aunque es de noche, el tema es religioso. Entonces, la gente se preguntará de dónde acá un tema religioso. Pero yo he sido mucho tiempo profesor de literatura española y he tenido mucha cercanía como lector de los místicos. Y después me he interesado por la religión en general, pero a lo largo de años. Y llegó un momento en que pude escribir estos poemas.
CMS: En Aunque es de noche se percibe, más allá de las religiones, la búsqueda de Dios. Pero esto está ligado también al tema de la muerte...
MM: Sí; particularmente, lo que he visto de cerca, y continúo viendo, es el tema de la presencia inesperada de la muerte. He visto muertes cercanas de personas que no se podría esperar que iban a morir. Porque la muerte es un fin natural del individuo que asociamos un poco a la edad. Pero yo he visto morir a gente joven, y ese es un impacto muy fuerte. Y bueno, uno no deja de meditar de dónde venimos, quiénes somos y a dónde vamos. Es una obsesión del ser humano, independientemente de sus creencias. En este sentido, este libro, aparte de tocar el tema religioso, toca esa angustia del ser humano. Heidegger definía al hombre como “un ser para la muerte”, porque tiene conciencia de la muerte.
CMS: Se tiene conciencia de la muerte, pero nunca estamos preparados para afrontarla...
MM: Uno posterga la meditación sobre la muerte, y a veces la posterga toda la vida. Pero algunos se detienen a pensarlo. Yo tengo edad suficiente para haber visto morir a muchos, incluso compañeros generacionales, como Javier Heraud, Luis Hernández, Juan Ojeda, Hernando Núñez, sólo por mencionar a gente conocida, todos ellos muertos de manera trágica. Y son compañeros que empezaron en la poesía al mismo tiempo que yo.
CMS: Tengo entendido que usted es un voraz lector de narrativa...
MM: Me encanta. Soy un poeta raro (ríe).
CMS: Sin embargo, salvo El monje de Praga, no ha escrito narrativa. ¿A qué se debe esto?
MM: Bueno, lo que pasa es que recién estoy aprendiendo (ríe). Aprecio tanto la narrativa que debo decir que casi nada me gusta de lo que se publica. Y tengo mis pequeños dioses familiares, grandes narradores. Y a veces me asombro de que no se les aplauda más. Te pongo un ejemplo: Marguerite Yourcenar. Es muy reconocida, pero no es una lectura popular. Memorias de Adriano es una novela fuera de serie.
CMS: Se dice que, a diferencia de la narrativa, la poesía está más vinculada a la inspiración. ¿Cree en eso?
MM: Yo creía eso antes, ahora no. Bueno, uno necesita un arranque, que puede ser la letra de una canción. Una vez empecé un poema porque tuve un tarareo, nada más. “Dije/ oh muchacha, fluye suavemente/ mientras dure mi canción...”. (“Fluir”, poema del libro Carpe diem, 1979). Yo creo que es verdad esa frase de Goethe en la que dice que hay un 10% de inspiración y el resto es trabajo. Y esto lo dijo de otra manera Picasso: “Si me llega la inspiración, que me encuentre trabajando”.
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