martes, 21 de octubre de 2008

Entrevista a SERGIO GALARZA


Sergio Galarza reside, desde hace buen tiempo, en España. Luego de cuatro libros de cuentos, Sergio publica su primera novela Paseador de perros (Alfaguara, 2008). Acontinuación, la versión completa de la entrevista que apareció el domingo último en Correo.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Foto-ilustración: IVÁN PALOMINO

Tras cuatro libros de cuentos, cambias de formato y optas por la novela. ¿Qué tal la experiencia?
Antes de esta novela ya había escrito otras tres pero ninguna me convenció. Lo que me animó a intentarlo de nuevo fue el segundo premio que conseguí con "El Mapache" en el Copé y la presión que me metía a mí mismo por publicar en España. Al final me reeditaron otro libro y éste espero que salga acá el año que viene, también hay una selección de mis cuentos que debería salir en unos meses. Publicar para mí es importante porque así puedo conseguir trabajos que tengan que ver más con escribir.

La novela parece escrita buscando la la misma contundencia que evidencian tus cuentos.
Me planteé desde un inicio que cada capítulo fuera contundente, que todo sumara concentrando la fuerza de cada párrafo como si fuera un relato. Ahora estoy escribiendo una segunda novela que espero terminar el año que viene. Si tuviera más tiempo para escribir sería genial, aunque siendo sincero creo que todos mis proyectos tardarían lo mismo, porque ese tiempo lo usaría para jugar más al fútbol, viajar por la carretera o ir al cine.

Ya en La soledad de los aviones había un cambio en tu literatura. La violencia de los personajes dio paso a una mirada más reflexiva y contemplativa. Paseador de perros como que consolida esa tendencia. ¿Lo consideras así?
Creo que es un cambio que se veía venir, ya en Matacabros había personajes que preferían ser solo observadores, había algo que les impedía actuar. Lo que se mantiene es la rabia. Escribir es un acto de rebeldía, hay cosas que no me gustan y tengo que denunciarlas. Mi hogar está ahora en Madrid y a través del personaje de la novela critico aquello que odio por más a gusto que me sienta aquí.

En la novela se muestra un lado poco conocido de Madrid.
El Madrid que el Paseador descubre es una ciudad subterránea como todas las ciudades turísticas. Ninguna ciudad tiene un tour a los barrios bajos o a la soledad de sus habitantes. El turista es un viajero artificial y como tal busca el confort, no le interesa conocer la realidad, para eso ya tiene la suya. Mi entrenamiento como paseador de perros ha sido fundamental, yo creo que un escritor debería conocer lo más que pueda sobre el tema que va a escribir, sobre todo si su imaginación no es muy poderosa y la mía no lo es, lo que yo hago siempre es apoyarme en hechos reales para construir ficciones. Para escribir esta novela también fue básica mi experiencia colaborando con Etiqueta Negra, gracias a ellos he aprendido a desarrollar mis ideas y a trabajar con un editor de verdad, de los cuales solo existen un par en España, el mío por ejemplo. Acá los editores no trabajan bajo el estilo norteamericano, y la mayoría de escritores tampoco lo permite, sienten que es un atentado a la libertad.

El protagonista de Paseador de perros tiene una mirada desencantada del mundo.
El Paseador está en una situación límite, ha llegado a un momento de su vida en el cual se da cuenta que no puede tenerlo todo, tiene que elegir y le duele aceptar que la vida es una elección constante. Por eso sus quejas, le jode que haya cosas que escapen a su control. Creo que eso nos pasa a todos. Esta novela es una confesión, no por las situaciones narradas sino por los estados de ánimo entre los que oscila el personaje. El Paseador tiene unos días de mierda pero también hay pasajes de su historia en los cuales se lo pasa genial.

Ambos, tanto tú como tu personaje, comparten esa mirada pesimista...
Reconozco que tengo una visión muy negativa de todo y que se refleja en mis personajes. Pero esta misma actitud es la que me lleva a disfrutar de cada momento al máximo. Si hay que escribir corrijo lo más que puedo, si hay fiesta no vuelvo a casa hasta que amanece y si hay fútbol trato de convencer a mi chica para que vaya a verme. Si vas a hacer algo solo házlo si sabes que pondrás todo de tu parte, sino para qué, qué sentido tiene hacer las cosas a medias.

La música juega un rol importante. Por ejemplo, para evidenciar los momentos más críticos de la relación con Laura Song, el protagonista señala que ya disentían hasta en la música que oían.

La música ha marcado mi vida, tengo suerte de haber crecido con hermanos mayores que escuchaban la música que vale la pena escuchar una y otra vez, aunque por ahí tenemos nuestros pecados musicales. La música define amistades. Vivo en un barrio que es conocido por la música de puta madre que ponen en los bares, lo cual atrae a un gran procentaje de poseros, gente que está más pendiente de la última moda antes que de enterarse sobre quiénes marcaron el camino de sus ídolos juveniles. Por ejemplo, cuando llegué a Madrid creí que todos conocían a Sr. Chinarro, pero pronto supe que solo mis amigos lo escuchaban, la mayoría estaba pegada a radios como Studio 92 o Panamericana. Por cierto, el peor concierto de mi vida fue Lou Reed, nunca he visto tanto desgano, me está costando reconciliarme con su música.

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