martes, 18 de marzo de 2008

Entrevista a DORIS MOROMISATO


El último poemario de Doris Moromisato, Paisaje terrestre (NoEvas editoras), tiene las características de un libro objeto: hecho en papel reciclado y encuadernado por la propia autora. Y, además, marcaría su despedida de la poesía, pues Moromisato anuncia dedicarse de lleno a la narrativa.


Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

Fotografía de FRANZ KRAJNIK


¿Cómo llegas a Paisaje terrestre?

En mi quehacer literario soy muy planificada. En mi primer libro Morada en donde la luna perdió su palidez coloqué una especie de muestrario de lo que iba a ser en el futuro. Y lo he venido cumpliendo, paso a paso. Hay un capítulo de literatura erótica, otro más familiar. El primero lo hice realidad a través del Diario de la mujer esponja y el segundo con Chambala era un camino. Y la parte de la naturaleza la hago ahora con Paisaje terrestre. Y es que cuando yo preparo un libro no lo preparo con una lógica cronológica sino con una lógica temática y sobre todo de atmósferas.


¿En qué momento decides que ya es hora de publicarlo?

El detonante que hizo que lo publicara fue la invitación que me hizo Tierra Nueva editores para viajar a Iquitos. Y yo vi muy propicio presentarlo allá, en el río Amazonas. Ese era el lugar. Fui muy consecuente con el libro. El libro está hecho en papel reciclado, tiene una edición limitada y numerada. Y cada libro tiene una soguilla de papel que yo misma he hecho.


Ese detalle le añade un valor especial al libro de poesía, sobre todo cuando los tirajes en dicho género suelen ser cortos.

Es verdad, el tiraje es tan limitado que yo prefiero hacerlo de manera artesanal. La poesía no puede ingresar a una metodología de serie, no es como la narrativa en la que puedes producir miles de libros. En poesía produces pocos ejemplares, pero sin embargo, cuántas satisfacciones te da, y cuántos beneficios. Por la poesía me han invitado de todo el mundo.


Este libro es bastante narrativo y justamente me comentabas que te despides de la poesía...

Sí, me despido de la poesía. Ya no tengo la respiración poética, ya no tengo la lógica poética. Quiero dedicarme de lleno a la narrativa. He publicado sólo dos cuentos y son dos cuentos muy elogiados. Incluso hay una tesis sobre uno de ellos: La misteriosa metáfora de tu cuerpo.


González Vigil señala que una de las características de tu poesía es la conjunción de lo oriental con lo occidental...

Sí, tiene que ver con ese encuentro, no de dos culturas sino de varias, en tanto lo que signifique occidente y oriente. Y sí se puede ver en el contacto que tengo con la realidad, en la manera de describir la naturaleza, el paisaje que me rodea, la pausa, una especie de calma.


Tu poesía es bastante visual...

Eso es por la influencia de las culturas china y japonesa. Yo siempre pienso en el pintor Hokusai, que fue autor de Las 36 vistas del monte Fuji. Yo creo que soy poeta porque no pude ser pintora. Por eso me gusta detallar como si lo hiciera una pintora, detallar las nubes, el paso de un ciempiés por un surco de los ajíes. Y me siento cómoda siendo así. Más que conceptual soy visual.


Tú eres muy observadora, y en Lima eso no es común...

Claro, acá en Lima la gente casi no mira arriba. Si le preguntas a la gente de qué color son las nubes a las 5 y 25 de la tarde, no sabe. La gente camina mirando el piso para no tropezarse, a los costados para que los autos no los atropellen, cuidándose de los delincuentes y mirando el reloj. Yo siempre estoy mirando el atardecer. Es más, una de mis condiciones para trabajar, ir a comer a un lugar público, es que pueda ver trozos de nubes. Para mí las nubes son fundamentales, y en la noche la luna.


*Publicado en Correo el martes 18/03/08.

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