viernes, 10 de agosto de 2007

Entrevista a JOSÉ DE PIÉROLA


José de Piérola añade una segunda novela a su planeada trilogía sobre la violencia política. El camino de regreso (Norma, 2007) gira en torno al terrible atentado de Tarata y a la sed de venganza de su protagonista.

Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

¿Cómo se origina tu interés, desde el punto de vista literario, por la época de violencia que padecimos?
La semilla fue el año 1992, cuando vi la noticia de la explosión en Tarata. Y poco después empecé a seguir la noticia, prácticamente cada hora, por televisión, por radio o por llamadas telefónicas. Y me afectó mucho porque había tenido la experiencia cercana de la violencia cuando en los 80 yo viajaba por los Andes como ingeniero y visitaba asentamientos mineros. Y en el camino encontraba pueblos andinos muy pequeños. Y veía pueblos desiertos, con pintas, a veces con muertos. Eso se relacionó ese año. Y fue un impacto para mí. Y como siempre tuve la aspiración de escribir, en ese momento me pregunté cómo escribir sobre esto. Y parecía imposible escribir sobre eso.

¿En qué momento empiezas a hacerlo?
Surgió como proyecto cuando empecé a escribir, el año 1998. Unas de las primeras cosas que empecé a escribir fueron cuentos, y algunos de ellos giraban en torno a esa época. Inconscientemente estaba volviendo a esa época. Hice en 1999 un borrador muy grueso, que en realidad eran apuntes, y me di cuenta que ese proyecto iba a ser muy complicado y me di cuenta también que una novela era insuficiente para contar esa historia. Allí nació la idea de hacer una trilogía sobre la época. Pero no una trilogía como tres historias encadenadas sino como tres tomas diferentes sobre la época.


Así surge tu primera novela, Un beso de invierno (que ganó el premio del BCR)...
Claro. Estaba situada más o menos en el año 1993. Esa novela me permitió empezar a trabajar sobre el tema. Y empezó a darme algunas nociones de cuáles son las herramientas que necesito como escritor para poder enfrentar este tema. Y quizás la más importante: que una guerra de este tipo se tiene que narrar desde diferentes puntos de vista, cada cual con su propia visión del mundo. Es decir, incorporar muchos personajes y que cada uno tenga su propia voz y su propia forma de ver lo que ha ocurrido. Eso me parecía más enriquecedor.

En El camino de regreso, al protagonista lo mueve un sentimiento de venganza que lo hace retornar al Perú.
Sí, Fernando pertenece a una esfera de Lima que de alguna manera había estado aislada del conflicto interno. Como ocurrió con Lima gran parte del tiempo. Recién en 1992 fue patente que había un conflicto. Y Fernando recién se da cuenta de lo que está pasando con ese atentado en Tarata en donde muere su padre. Pero su primera reacción, como seguramente fue la del resto del Perú, fue ir, agarrar al culpable y hacerle pagar por eso.

En esa búsqueda de venganza ocurren cosas...
Claro, en el proceso, espero que quede claro, Fernando aprende muchas cosas, empieza a ver una parte del Perú que antes no había visto. Y al final, el acto de venganza no se llega a dar.

Fernando y el camarada Abel habían sido amigos antes de que la guerra los enfrentara.
Una de las cosas terribles que ocurren en la guerra es que se forman bandos, frentes. Y empieza a haber esas divisiones. Amigos, familiares cercanos, empiezan a identificarse con uno u otro lado. Así empieza también la separación, que es traumática y violenta. Hemos visto casos de familias en las cuales un hermano se integraba a un grupo subversivo y el otro no. Y había esa relación tan tensa dentro del seno familiar.

Consideras que esta es el momento justo para escribir sobre el tema, a la luz de la distancia temporal.
Nunca es muy temprano ni nunca es muy temprano para reflexionar sobre un hecho traumático. Sin embargo es importante que haya cierto espacio geográfico temporal. Para que nos permita ver cómo fueron las cosas. Tuve un profesor de filosofía que fue mi asesor y me dijo: el pez no ve el agua. Y es cierto, cuando estás viviendo el momento estás tan metido en las cosas que no te das cuenta de algunos detalles, de algunas razones, o de algunas motivaciones. Necesitas tiempo, necesitas cierta distancia para darte cuenta que no todo era blanco y negro, que había más matices. Y es saludable que nosotros lo estemos haciendo, de alguna manera, temprano; históricamente eso toma mucho más tiempo.


En la novela también se cuenta una historia de amor.
Cierto, a mí me encantan las historias de amor. Y me encanta que sean diferentes a las novelas que son del género, digamos. La historia de amor está en mis dos novelas anteriores, y no pude evitar que a medida que avanzaba esta novela apareciera una historia de amor. Yo creo que esa relación afectiva es una de los más importantes que podemos desarrollar en la vida.

*Fotografía de PAVEL UGAZ.
**Esta es la versión completa de la versión editarda que se publicó en Correo el 10/08/07.

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