miércoles, 1 de agosto de 2007

Entrevista a PABLO DE SANTIS


Ganador del Premio Planeta-Casamérica de Narrativa Iberoamericana, Pablo de Santis estuvo en Lima para presentar El enigma de París (Planeta, 2007) en la Feria Internacional del Libro.

Entrevistan MANUEL ERÁUSQUIN y CARLOS M. SOTOMAYOR

El género policial es una constante en tus novelas...
El género policial aparece en algunas novelas, pero a veces mezclado con elementos de fantasía o de otro tipo de relato. Pero siempre tiene alguna aparición. Por ejemplo, en La traducción: en un congreso de traductores hay una serie de muertes, pero el enigma ahí pasa por la literatura fantástica. Siempre está presente la idea de un enigma, de una investigación, pero no siempre la solución es policial.

¿Esta novela puede leerse como un homenaje al detective clásico?
Sí, para mí siempre es muy atractiva la figura del detective clásico, con su asistente. Es un personaje que Poe inventó y lo inventó de la nada, pues no se parecía nada al que existía en la realidad. Ese detective que no tiene lazo con ninguna institución, que no está casado ni tiene hijos.

Y que tiene, además, un pasado no claro. En El enigma de París, por ejemplo, todos los detectives se han inventado un pasado aristocrático...
Sí, todos se inventan un pasado. Y el detective Arzaky rescata como algo esencial la cuestión de que sean diletantes, que conserven un rasgo amateur, de hacerlo casi por distracción, por puro placer, mientras otro detective quiere que se profesionalice.

En las pullas entre los detectives hay una especie de altivez y de ironía borgeana. Son frases con filo.
Bueno, Borges es un escritor que pesa mucho en los escritores argentinos. Y sí, ellos van a esta reunión de detectives a conversar e intercambiar sus teorías, pero allí aparecen sus viejos rencores.

Y existe una gran egolatría en cada detective, además...
Sí, eso a mí me pareció interesante. Siempre los detectives de las novelas han sido ególatras. Y lo interesante es que yo empecé a escribir la novela no cuando tuve el argumento, sino que esperé hasta que me apareciera esta relación entre detectives y asistentes como el punto fuerte de la novela. Porque a mí me interesó mucho eso de que siempre en el género el que cuenta la historia es el asistente, es el que no sabe, el que no tiene el método.

En la novela, quienes tienen el poder, tienen toda una actitud vertical de maestro impositivo. Pero al final estos maestros tienen rabo de paja.
Sí, yo creo que tengo una mentalidad conservadora para todo mezclada con una sensibilidad anárquica que me lleva como siempre a que las figuras de autoridad terminen resquebrajándose.

Tienes además un vínculo muy fuerte con otro género creativo que es el cómic.
Sí, yo escribo desde los doce años, pero los primeros textos de ficción que publiqué fueron de historietas. Gané un concurso a los 21 años. Recién aparecía la revista Fierro, una publicación importante en Argentina porque mezclaba la historieta con el cine, con la literatura de género. Y tuvo una presencia muy fuerte. En sus páginas escribía, por ejemplo, Ricardo Piglia. Estaban los grandes dibujantes.

El cine es otra influencia...
Yo creo que la literatura busca convertir la lectura del libro para el lector en una experiencia. Y el cine está muy vinculado al mundo de la experiencia. Y como ya el cine tiene tantos años, ya esas experiencias no pertenecen sólo al mundo de uno sino al mundo familiar: las películas que has visto con tus padres, tus abuelos. Por otra parte, el cine estuvo siempre en relación con la narración del siglo XIX, con las novelas clásicas. La novela del siglo XX a veces pierde el compromiso emocional con los personajes. Y el cine lo conserva. Y a mí me interesa eso del cine.

Con el Premio Planeta tienes la posibilidad de ser mucho más conocido. Cómo has manejado esto...
Es algo muy raro para mí. Mis novelas desde hace años se publican en varios idiomas. Nunca hice alguna presentación de mis novelas en Argentina. Cuando aparecía una decía: “Mira, mandaron de la editorial el libro nuevo, qué buena la tapa”, nada más; no era que me cambiaba la vida el libro nuevo, apenas un pequeño comentario con mis amigos. Ahora sí. Desde que salió el libro estuvimos viajando con Alonso (Cueto) de aquí para allá. El libro anda muy bien en Argentina, está primero en ventas, algo que jamás me había pasado.

*Fotografía de PAVEL UGAZ.

1 comentario:

Zeta dijo...

Le tengo cariño a De Santis, pero si alguien me dijera que quiere leer una novela suya, esta no sería precisamente de las recomendadas. Creo que tiene varios problemas (no me extenderé aquí, si te interesa puedes leerla en http:exceptioveritatis.blogspot.com)