domingo, 12 de agosto de 2007

TREN DE ATERRIZAJE


El estupendo escritor y lúcido crítico, José Güich, reaparece hoy domingo con su columna de crítica literaria "TREN DE ATERRIZAJE", en esta oportunidad desde el diario Correo.

RIESGOS CALCULADOS
Escribe JOSÉ GÜICH RODRÍGUEZ

¿Pueden la corrección y eficacia de una historia ser suficientes justificaciones para garantizar, en nuestra era, la trascendencia de un texto literario o en términos más solemnes, su tránsito al santoral diabólico de las letras? Y esa cuestión conduce a otra, a la manera de una reacción en cadena: ¿qué significaría “trascendencia” en este mundo, canibalizado por la estadística y la mentalidad cortoplacista?
A puerta cerrada, libro de relatos de la socióloga y narradora Leyla Bartet, bien debe figurar en un catálogo de libros que cumplen con las aparentemente estrictas reglas del control de calidad de las editoriales mediáticas: historias incitantes, personajes atractivos y situaciones suficientemente morbosas –en algunos relatos– para despertar el interés del público lector y propiciar buenas ventas. De hecho, por lo menos dos de los cuentos deberían ser considerados como respetables muestras de oficio literario y hasta figurar en futuras antologías. Sin embargo, no subyace al texto un criterio orgánico; o al menos, no queda claro si la autora contempló la idea de elaborar puentes que comuniquen a las distintas secciones –tres en total–, o si pensó que esos circuitos se establecerían por sí mismos.
La primera sección, Locuras, aborda el tema de las patologías mentales desde diversos ángulos, especialmente en el siempre suculento universo de los serial killers. Hay elementos de suspenso y ambigüedad, pero el problema de la mayoría de cuentos es el apresuramiento (o a veces previsibilidad) de sus desenlaces.
Mejor fortuna corre el segundo segmento, Juegos Villanos, donde figuran los textos más acabados. Ahí la autora revela su pericia. Uno es "Bahía de Cata", que transcurre en una pequeña localidad venezolana. Está narrado desde la perspectiva de una muchacha, obsesionada con su iniciación sexual, y envidiosa secreta de su muy bien dotada hermana, una tigresa en los terrenos del erotismo. El otro, "Puerta cerrada", es la historia de una mujer joven, esclava de la maternidad. Vive en París con un marido que apenas repara en ella. El final, ciertamente cruel, sorprende y perturba porque recrea pesadillas o, más bien, anhelos inconscientes.
La tercera sección, Olores, colores, en su tratamiento costumbrista, no añade demasiado a los mejores momentos del libro. A fin de cuentas, si esta es una época herida de muerte por la inmediatez y el aséptico cálculo del riesgo, el libro de Bartet no se lee con disgusto, pero queda una sensación de que el exceso de sociologismo –y el pensar en una lectoría muy segmentada– anuló la ambición de ascender a mayores alturas.

Título: A puerta cerrada.
Autor: Leyla Bartet.
Editorial: Peisa, 140 pp.

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