viernes, 31 de agosto de 2007
ALEJANDRO ROMUALDO
El miércoles pasado, en la sala Museo Oro del Perú (en Larcomar), se presentó la última edición de la revista Martín (dedicada a Emilio Adolfo Westphalen). Estupenda publicación que llega así al número 16, capitaneada por Guillermo Thorndike, Hildebrando Pérez y Jesús Ruiz Durand. Además de los mencionados y del conspicuo poeta Carlos Germán Belli, llamó la atención la presencia en la mesa de honor de Alejandro Romualdo (y es que, según sabía, casi nunca sale de su casa). Pedro Escribano logró conversar con él y le realizó una interesante –aunque corta- entrevista que ha sido publicada hoy en La República.
*Fotografía de PERCY RAMIREZ (La República).
Etiquetas:
alejandro romualdo,
carlos german belli,
revista martin
Entrevista a ANDREA CABEL
La editorial Mesa redonda acaba de iniciar su serie de poesía –Taquicardia– con la publicación de Las falsas actitudes del agua de Andrea Cabel. Se trata de una nueva edición que añade nuevos poemas y un elemento gráfico que complementa el concepto del libro.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
¿Cómo surge esta reedición con el agregado de nuevos poemas?
Los poemas, hasta ahora inéditos, que integran el poemario (son 7, más una foto/poema) van de la mano con el resto de poemas, con la estructura misma, porque se integran a las partes originales. Y por otro lado, tanto el manejo del lenguaje, como las temáticas, o incluso las sensaciones de estos nuevos, van bien con los textos originales. Siento que en la medida de lo posible, ahora el libro está un poco más "completo". Los poemas estaban hechos antes de que tuviera en mente la idea de una segunda edición, solo esperaba dónde colocarlos, y definitivamente, creo que su hogar es este, Las falsas actitudes del agua. No podrían estar en otro libro. Ni aún en un segundo.
En el libro percibo una variedad de voces que van desde la nostalgia, el despecho, la tristeza...
Sí, pero no solamente existen estas voces, como bien has dicho, existe una variedad de voces y sensaciones a través de ellas. También existe calma. En esta segunda edición existe una isla que da calma y en alla se forjan nuevas fortalezas, nuevas soledades, nuevos reencuentros. La nostalgia es un sentimiento natural al que me voy acostumbrando poco a poco, ya no me causa pavor extrañar tanto, las distancias se encojen cuando se piensa mas despacio y la poesía ayuda bastante.
Un elemento protagónico del libro es el lenguaje.
El lenguaje, sin duda, es el protagonista principal de la obra, de mi vida, del mundo!. Sin el lenguaje nada existiria, nisiquiera las emociones podrian materializarse. En mi libro, y en mi poética, intento trabajarlo de una manera bastante personal. Juego con él, aunque pueda sonar redundante, a veces se puede pensar que el lenguaje te mira, el problema es cómo le sostienes la mirada. Ahí llega la poesía también. - Se suele decir que en la poesía el autor está más expuesto. En tu poesía, por el contrario, se percibe una serie de máscaras.
Evidentemente, un poeta se expone personalmente, más que un ensayista por ejemplo. Sobretodo porque habla aunque lo evite de todas las formas, de temas subjetivamente personales, a veces íntimos. Las máscaras, son una forma de exponernos también, las máscaras son los personajes, las voces, o el lenguaje mismo. Y todos las usamos en tanto somos performativos. Nosotros somos consecuencia del tiempo y del lugar, somos distintos según nos movamos en estas coordenadas. Las máscaras son simplemente eso, maneras de comportarse, de actuar según un determinado lugar. Por cierto, la palabra "persona", deviene de la palabra "máscara" en griego y de hecho, está relacionada más a la del actor.
Zurita destaca la unidad del libro. ¿Cómo así decides afrontar el poemario de esa manera?
El poemario fue creado con la intención de mantener una unidad. Un hilo conductor que mantenga no sólo las temáticas, si no que mantenga también las voces que se intercalan en los poemas fijos, sin perderse entre ellos. Me interesa que el libro sea un "todo" orgánico, capaz de mantenerse en pie por sí mismo. Siempre existe una intención de "orden" en los libros, aunque sea un orden subjetivo, personal, aleatorio, siempre existe. En mi caso, es un orden que sugiere lo mismo que sugiere el cuerpo humano. Un corazón que bombea espuma o sangre, varios músculos, unos cuantos órganos más, piernas y ojos sobretodo. La mecánica o estrucutura de mi poemario, es la de un cuerpo humano, que esta vivo, a veces triste, pero vivo.
En otra oportunidad me comentaste tu predilección por Egan Schielle. ¿Qué tan importante es la plástica en tu poesía?
La plástica me da caminos para poder sustentar imágenes que tengo y que muchas veces, no sé plasmar en palabras.Me da sensaciones fuera de contextos fijos. La plástica me trasporta y me obliga a repensar las cosas muchas veces, muchas. La pintura trabaja con la materia física, quizás por eso podría ser más asequible a los ojos, a las manos, a todo aquello que nos obligue a entrar en la disyuntiva de realidad y ficción. Me gusta, sobretodo, el expresionismo abstracto; sin embargo, Egon Schiele tiene un espléndido trabajo, como Klimt, Kokoschka, Van Gogh y tantos otros que me gustan. Todos son poetas también, implosionan en los papeles, o en los lienzos, en las paredes, en todo aquello que los sostenga.
*Fotografía de ADRIAN PORTUGAL.
**Versión completa. La versión editada apareció el 31/08/07 en el diario Correo.
Etiquetas:
andrea cabel,
editorial mesa redonda,
los falsos rituales del agua,
poesia
martes, 28 de agosto de 2007
Entrevista a EDUARDO LAGO
Un escritor mayor, cercano a la muerte, en un acto de amistad inigualable le pide a un amigo que culmine aquella novela a la que entregó gran parte de su vida. Así se erige la trama de Llámame Brooklyn, novela con la que el español Eduardo Lago obtuvo el Premio Nadal 2006. Lago se encuentra en Lima para dictar una conferencia.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Llámame Brooklyn tuvo una versión anterior que escribiste muchos años antes. ¿Cómo decides iniciarla nuevamente?
Desde que decido empezar a ordenar el material de la novela veo que es muy desigual, que hay muchas voces que corresponden a muchos años. Y entonces lo destruyo físicamente. Esto suena como una cosa heroica pero no, simplemente destruyo un material que no sirve. Empiezo a escribir y me llevo la sorpresa de que la historia que surge es la misma. Vuelve la imagen de estos dos escritores. Empiezo a construir una narración bastante ambiciosa y compleja. Para entonces ya estoy maduro como escritor y como persona, he vivido, he leído y he escrito mucho. Y entonces me sale una novela bastante fluida y uniforme que tiene una estructura muy compleja. La novela cumple cien años cronológicamente.
Es tu primera novela e inmediatamente obtienes el Premio Nadal…
Lo que sucede es que termino la novela y se la doy a una agente, una señora americana. Ella me llama y me dice que hay interés por el manuscrito y que lo quieren comprar las editoriales más importantes de España, pero ella dice que dada mis características, es decir, una persona de más de cincuenta años que no ha publicado antes, prefiere mandar el manuscrito con sobre y seudónimo al Premio Nadal. Y el 6 de enero anuncian a la novela como ganadora del Premio. Y se produce una cosa muy curiosa en España y es que nadie conoce al ganador.
La novela tiene éxito no sólo de crítica sino en ventas…
Sí, se vende mucho. Cosa que a mí me extraña un poco porque es una novela que no es para un lector perezoso. Al contrario, exige mucho al lector, debes estar atento, no es facilita.
Un autor importante para ti es Joyce.
Para mí, la gran lección de James Joyce es que no sólo escribe una novela que es de las mejores de todos los tiempos, Ulises, sino que investiga las formas de escribir, las posibilidades de las narrativas, cómo se cuentan las historias, el lenguaje mismo. Un poco de esto yo procuro seguir.
Otro autor importante, y a quien has conocido es Don DeLillo…
De los muchos que he entrevistado él es uno de los que más me impresionó. Lo que a mí me impresionó de él es su dedicación casi sagrada al oficio de la escritura. Yo recuerdo que cuando lo entrevisté él ya tenía 70 años. Bolaño decía que Don DeLillo era como una especie de laboratorio de recursos.
Tú también escribes cuentos. ¿Estás preparando algo en ese género?
El cuento es una de las grandes víctimas de la situación editorial. En nuestra cultura hay grandes cuentistas. Ustedes tienen a Julio Ramón Ribeyro que es un maestro absoluto. Ahora, yo soy cuentista antes que novelista. Entonces estoy terminando una colección que se va a llamar El ladrón de mapas y que serán veinte relatos que reflejan distintos momentos de mi relación con la escritura y con los viajes.
Vas a ofrecer una conferencia que se titula “Nueva York, capital cultural de América Latina”.
Ahora mismo Estados Unidos es el quinto o sexto país con mayor número de hispanohablantes. Además, en Estados Unidos el español nunca ha sido una lengua extranjera si miras el mapa y ves nombres como La Florida, Nevada, California. Y el español no deja de ganar terreno. Te voy a dejar con un pensamiento escalofriante: a mediados de este siglo el país con mayor número de hispanohablantes va a ser Estados Unidos. Claro, en un país en donde la lengua dominante va a seguir siendo el inglés.
MAS DATOS
Eduardo Lago ofrecerá la conferencia “Nueva York, capital cultural de América Latina”, hoy, a las 20.00 horas, en el Centro Cultural de España (Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz)
*Fotografía de CARLOS M. SOTOMAYOR.
domingo, 26 de agosto de 2007
TREN DE ATERRIZAJE
LUCES INSÓLITAS
Escribe JOSÉ GÜICH
La historia de los estudios filológicos y de las traducciones de textos greco-latinos es secreta en el Perú. A eso debe sumarse la inutilidad de los programas escolares que administran la enseñanza de la literatura. Los resultados saltan a la vista: ignorancia de un grueso número de egresados de secundaria en materia de humanidades clásicas.
Así, autores que debieran ser actuales y cercanos, por el universalismo de su mensaje, son vistos solo como piezas de museo o fósiles que poco o nada dicen a los contemporáneos. Se obvia, por otra parte, el valor pedagógico de estos libros para formar ciudadanos cultos y responsables.
Por eso, es un alivio que la Universidad Católica Sedes Sapientiae, a través de su Fondo Editorial, se haya atrevido a publicar la primera traducción peruana de La Eneida, de Virgilio, máximo exponente de la poesía latina, y además, en formato de lujo (pero a precio razonable).
El artífice de tamaña maniobra contra la ceguera es el traductor Julio Picasso Muñoz, humanista iqueño que ha dedicado toda una vida a la difusión de este patrimonio a través de artículos especializados, la cátedra universitaria y, por supuesto, las traducciones de escritores como Petronio, Cicerón, Boecio y el propio Virgilio (Bucólicas y Geórgicas).
Gracias a su esfuerzo, hoy contamos con una cuidadosa versión anotada de la historia del héroe troyano Eneas –que ya aparece en la Iliada– y su viaje desde las cenizas de la ciudad (arrasada por los aqueos) hasta un nuevo hogar, situado en el Lacio (región de la península itálica), donde se asentará para colocar los cimientos de la futura Roma. El poema fue escrito con el patrocinio de Octavio Augusto, el primer emperador, quien luego de las cruentas guerras civiles buscaba asegurar una paz duradera. De este consorcio entre la política y el arte nació un texto que justificaba, en clave alegórica, la hegemonía romana en ese mundo.
Ahora, la voz de Virgilio retorna, después de dos milenios, no sólo para deleitarnos con la belleza de sus versos, sino para interpelar a los modernos acerca del destino y la búsqueda de un lugar en el universo, cuestiones que no pertenecen exclusivamente a un pueblo o a una época. En nuestro pragmático tiempo, resulta casi irreal el hecho de que obras como La Eneida sean publicadas en el Perú por todo lo alto. Es una buena señal, en efecto; ahora, invoquemos a los dioses, con el propósito de que inspiren a quienes toman las decisiones de gestión educativa desde el poder. Porque una buena dosis virgiliana no les haría daño; al contrario, quizá hasta algunas conexiones neuronales se despercudan. Eso sería milagroso.
Título: Virgilio. La Eneida
Edición y traducción: Julio Picasso Muñoz
Editorial: Fondo Editorial UCSS (467pp)
Entrevista a CÉSAR DE MARÍA
Considerado como uno de los dramaturgos más importantes de nuestra escena, César de María articula en sus dramas lo individual y lo colectivo. Acaba de aparecer Salidas de emergencia (Solar, 2007), libro que reúne sus dos más recientes piezas: El último barco y Superppoper.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
¿Cuál es el punto de partida en tus obras?
A mí me gusta imaginarme siempre elencos ideales. Decía, por ejemplo, “esta obra es para Brequeros”. Y, claro, me demoraba seis años y ya no existía el grupo Brequeros. Pero me quedaba la obra. La historia del cobarde japonés la hice pensando en los hermanos Velásquez, pues es una obra de gemelos y estos hermanos se parecen mucho. Pero acabó siendo una obra para Roberto Angeles y otro grupo. Siempre he trabajado para el escenario, siempre pensando en qué pasa en escena. No estoy en contra de ningún tipo de teatro, pero no tiendo a pensar en el teatro como un producto literario. Sí creo que lo es, pero primero debe funcionar en escena.
El fin máximo de una pieza dramática es ponerse en escena…
Claro, si sólo funciona escrito es una forma de literatura muy linda, pero si funciona en escena y en escritura además, es teatro.
Cuando tú empiezas en el teatro estaba en boga lo grupal…
Yo he pasado por todas las etapas. Primero los grupos, con creación colectiva, luego el auge de los autores que llega hace diez años en el mundo entero. Porque se cae también el sustento de lo colectivo, la noción de que todos juntos somos mejores se pierde cuando cae el Muro de Berlín. Yo siempre digo: pasó de moda el socialismo, pero no pasó de moda el hambre y la miseria que generaban el socialismo. Igual siento con los grupos. Pasó de moda el espíritu grupal, pero no pasó de moda el ser mejores cuando nos juntamos. Esto es un valor humano, pero parece que no se practica. Y bueno, también las formas de producción han cambiado. Ahora los grupos tienden a hacer casting, a ser más profesionales, a invertir, tienen productoras. Eso hace veinte años era “catonesco”.
¿Tú como autor qué tipo de relación estableces con el director?
Una muy buena en general. Yo soy súperpermisivo, me encanta ver qué pasa. Entonces he visto lo mejor de cada director. Como normalmente cuando aceptan tu texto es porque les ha gustado tratan, pues, de competir con el texto, de poner una puesta a la altura de ese texto que les gusta. Y han funcionado todos, no me quejo de ninguno.
Lamentablemente se publica muy poco teatro…
No es muy común porque, primero, la gente no acostumbra leer obras de teatro, segundo, y esto se desprende de lo primero, la gente no compra libros de teatro. Entonces lo que hay que hacer es, por un lado, crear un libro vistoso, vendedor, simpático, y, por otro lado, abaratar los costos al máximo y hacer algo asequible para todo el mundo. Creo que hay muchos autores muy buenos que no han editado lo suficiente: Jaime Nieto, Eduardo Adrianzén, el mismo Rafael Dumett. Y si esto es ya costoso y difícil para la gente con cierta experiencia o “consagrada”, imagínate lo que le debe costar a un joven talentoso para que sus obras sean conocidas.
Las dos obras que aparecen en Salida de emergencia tienen puntos de encuentro…
Me interesaba la idea de la orfandad en sí. Y esa idea está en las dos obras (El último barco y Superpopper). Son huérfanos, son niños que se han quedado sin camino. Y que tienen que inventarse uno. Y te puedes inventar un camino muy malo, como los chicos de Superpopper que se desgracian; o te puedes inventar un camino de gloria que es el que se inventa el niño Andrés Barco, que quiere ser un héroe y se hace responsable de su futuro.
Tus obras conjugan lo individual con lo colectivo.
Sí, siempre me ha gustado eso. Me cuesta mucho acercarme, entender, o interiorizar estos dramas íntimos en los cuales dos personas discuten “por qué me dejaste y a dónde te fuiste” sin mirar con cierto toque brechtiano el entorno social. Soy de esas personas, y lo aprendí de Sara Joffré que cuando ve que una pareja se separa empieza a pensar no sólo en cuánto se amaba sino en si él ganaba suficiente o si ella ganaba más. Es decir, el factor económico, social.
Las principales salas de teatro suelen llenarse. Eso podría suponer un buen momento del teatro. ¿Lo ves así o crees que es un espejismo?
Creo que aunque es un síntoma de éxito económico, creo que el éxito de difusión del teatro todavía está por verse. Siento que ahora más gente de la clase A, B y un poco más de gente de la clase C está yendo a consumir teatro. Pero la inmensa mayoría está en el C y el D y no están comprando teatro.
*Fotografía de PAVEL UGAZ.
jueves, 23 de agosto de 2007
ANDREA CABEL presenta poemario
Andrea Cabel es, sin duda, una de las voces poéticas más interesantes aparecidas en los últimos años. Las falsas actitudes del agua, su flamante ópera prima, obtuvo el Primer Premio del Concruso “Esquina de Papel”, organizado por la Municipalidad de Lima
y el Centro Cultural de España.
El celebrado libro ha sido reeditado, con siete nuevos poemas y una fotografía-poema, por la joven editorial Mesa Redonda, liderada por Sandrita López y Juan Miguel Marthans. Ellos acaban de inaugurar la serie de poesía “Taquicardia”, precisamente con Las Falsas actitudes del agua y un nuevo poemario de Miguel Angel Malpartida. Hoy Andrea presenta su libro; una nueva oportunidad para celebrar su aparición en los predios de nuestras letras.
Presentación del libro
Las falsas actitudes del agua
De Andrea Cabel
Hora: 7:30 p.m.
Lugar: Librería Crisol (Ovalo Gutiérrez, San Isidro)
El celebrado libro ha sido reeditado, con siete nuevos poemas y una fotografía-poema, por la joven editorial Mesa Redonda, liderada por Sandrita López y Juan Miguel Marthans. Ellos acaban de inaugurar la serie de poesía “Taquicardia”, precisamente con Las Falsas actitudes del agua y un nuevo poemario de Miguel Angel Malpartida. Hoy Andrea presenta su libro; una nueva oportunidad para celebrar su aparición en los predios de nuestras letras.
Presentación del libro
Las falsas actitudes del agua
De Andrea Cabel
Hora: 7:30 p.m.
Lugar: Librería Crisol (Ovalo Gutiérrez, San Isidro)
Comentarán: José Carlos Irigoyen y Alonso Rabí
martes, 21 de agosto de 2007
Entrevista a CARLOS CALDERÓN FAJARDO
En 1982, Carlos Calderón Fajardo obtuvo el Premio de Novela “Gaviota roja” con La conquista de la maravilla. De la monumental novela, de más de 600 páginas, apenas vio publicada su primera parte. Ahora, bajo el título de El huevo de la iguana (San Marcos, 2007), su autor nos entrega una versión completa y definitiva.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
El Huevo de la iguana es la versión definitiva de La Conquista de la Maravilla, novela con la que ganaste el premio Gaviota Roja en 1982 y que tengo entendido empezaste a escribir en Paris en la década del 70. ¿Cómo surge la idea de tu novela?
A diferencia de un cuento, que puede surgir en mí de muchas circunstancias o motivaciones, vivencias, una frase, un incidente, un sueño, etc, la novela es un mundo que me habita. Una gran totalidad vital, relacionada por lo general con una vivencia muy fuerte, que luego vive y madura dentro de mi durante años. Y cuando emerge en la forma de escritura lo hace expresada en un mundo complejo, con muchos personajes, situaciones, historias, paisajes, leyendas urbanas, vida cotidiana, hechos históricos, etc. Es todo un mundo que sale de mí, que entró en mí alguna vez y que se echa a andar. Esta novela es producto de mi vida en Talara en la década del 50, cuando yo tenía los esplendorosos 12 y 13 años. Se formó alli y fue madurando y eclosionó en Paris en 1976, novela que escribi durante 5 años, y cuando puse el punto final era un manuscrito de 600 páginas.
¿Qué te llevó a escribir esta versión definitiva?
Se publica en 1983 un primer tercio de la novela con el título Así es la pena en el Paraiso. Pero el libro fue un fracaso de crítica y de venta, y luego la novela quedó ahí, en mis cajones. Hasta que en el 2006 Oscar y su hija Patricia Colchado, quien dirige la colección "Diamantes y Pedernales" de la Editorial San Marcos me proponen publicar la novela en su versión intengral. Pero había una limitante, la Editorial San Marcos no quería publicar una novela que rebasase las 400 páginas. Pero yo también me di cuenta, con la distancia de más de 30 años, que el fracaso de la versión original fue porque que existían demasiadas páginas que en lugar de enriquecer la novela, la oscurecían. Fue entonces que decidí eliminar todo aquello que no fuese trascente para la historia, o historias que estaba contando. Al hacerlo entré en un proceso importante en la escritura de una novela, que consiste en decidir qué queda y qué no. Es un proceso de condesación. Pero me percaté que al hacer cortes tan drásticos, 200 páginas, estaba reescribiendo la novela y por lo tanto requería de un nuevo título.
La novela en si misma es ambiciosa, no sólo ostenta varios estilos sino que va contando la historia de una ciudad, de Talara ¿Te planteaste la idea de novela total?
Era una gran totalidad la que me habitaba. Una ciudad es una gran totalidad. La idea de la novela total, es decir aquella que ptretende meter en la novela "toda la realidad" es químerico, imposible de lograr. Las novelas salen con ciertas caracteristicas y con una determinada extensión porque es esa la extensión que le conviene. El narrador sabe, o busca determinar, si lo que tiene a contar da para una novela larga o para una corta. Cuando son muy largas, la crítica las califica como novelas "de aliento épico". Novelas de este tipo hay paradigmáticas en la historia universal: La Guerra y la Paz de Tolstoi, Los Boodenbrooks de Thomas Mann, Ulises de Joyce. Qué narrador no desea escribir una novela así. A mi por lo general me gusta escribir novelas que reunen varias historias, o varias novelas dentro de si, que incluso podrían ser individualizadas. Y también tengo inclinación a escribir novelas donde coexisten diversos estilos, son más novelas polifónicas, que totales, de varias voces y tonos. El Ulises de Joyce es el más claro ejemplo en la literatura universal. En la narrativa peruana tenemos la extraordinaria novela de Arguedas El Zorro de ariba y abajo son novelas de pluralidad de estilos.
Además de la historia de Talara, presenta otro hilo conductor que es el romance de Toño Farias y Encarnación Zapata.
Sí, son los dos grandes ejes organizadores de la novela. Pero mi novela no es la historia de Talara. Es una novela con mucho de ficción, que no creo que sirva como documento histórico. Para eso recomiendo el lbro de la socióloga talareña Edit Aranda Dioses: "De campamento a ciudad abierta: la imagen trizada". Ella hace sociología sobre la ciudad de Talara con datos muy fieles a la realidad. Yo escribo algo que es ficción. El lugar se llama Talara, pero es "mi Talara", y es en última instancia cualquier lugar del mundo. Se llama Talara pero podría tener otro nombre.
Otro elemento presente es el chamanismo, personalizado de alguna manera por Anacleto.
Es una de las líneas-fuerza de la novela. La novela cuenta la lucha épica entre la modernidad y la tradición, entre el mito y la historia, entre la razón y lo sobrenatural. Entre lo material depredador y el espiritu vital de un pueblo.
La novela rememora visitas ilustres: el escritor Hemingway y el actor Van Hefflin.
La novela tiene en su estructura mucho de los eventos que permanecen en la memoria colectiva de Talara. También está la visita de las Bim Bam Bum, con Mara y Aanakaona; el dia de la nacionalización del petróleo; la procesión: el culto al Señor Cautivo de Ayabaca, etc. -Una de tus características es el gran manejo de la prosa. En esta novela se percibe un lenguaje de reminiscencias oniricas que le dan un cierto tono mítico a la novela a pesar de ser evidentemente realista. Si, mis libros combina, casi siempre, lo fantastico con lo real, por eso yo los he denominado realistas-fantasticos, que es un oximoron. Hay alguien que me ha dicho que sin bien la novela es narrada por Edmundo Maldonado, la voz que realmente narra la historia es la del chamán. Quizás, mucho de una novela escapa al control del que la escribe. Las novelas se escriben a si mismas. El narrador es un sirviente de ellas.
¿Cómo defines ésta novela en relación a tus recientes libros?
Yo apelo a todos los géneros. Son los libros los que se escriben a si mismos. Unos desean ser fantásticos, novelas policiales, novelas góticas, novelas de aventuras en el mar. Esta es realista, pero un realista a mi manera. Nunca he dejado de ser un escritor realista ¿Hay alguien que no lo sea? Creo que está novela se asimila a un proyecto amplio que engloba a La Segunda Visita de William Burroughs y al El Fantasma nostálgico novela finalista del Premio español Tusquets y aún inédita.
*Fotografía de ADRIAN PORTUGAL.
**Versión completa de la entrevista que por espacio apareció editada en el diario Correo el martes 21/08/07.
lunes, 20 de agosto de 2007
Entrevista a EVELIO ROSERO
Evelio Rosero ha logrado con su premiada novela Los ejércitos (Tusquets, 2007) –mediante una atmósfera opresiva y un tono lírico envolvente– mostrar el drama individual que produce una guerra interna como la que padecen muchos pueblos en Colombia.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
¿En qué momento y cómo se dio en tu caso la necesidad expresiva de escribir la novela Los ejércitos?
Son varias las causas de una novela. De esta, en especial, la diaria indiferencia que se apodera del país ante una realidad cruel –secuestros, desaparecimientos–. De esta realidad ningún escritor podría estar al margen, y, de unos años para acá, empezó a afectarme con más intensidad. Los noticieros de televisión, los testimonios radiales, en fin, todos contribuyeron a alimentar la novela. De hecho, todas las anécdotas que se desarrollan en ella son plenamente ciertas. Ocurrieron. Después de conocerlas me dediqué a hilvanarlas en torno al protagonista de la historia, el profesor Ismael Pasos.
Los ejércitos es una novela sobre la violencia en Colombia. Pero es más una mirada al drama individual de la gente que termina entre dos frentes.
Sí. Mi propósito era acercarme –intentar apoderarme– de la situación del civil, del desarmado, y plasmarla al derecho y al revés. No formar parte de los ejércitos en contienda, no tratar de dilucidar el conflicto desde el punto de vista de las causas socioeconómicas, de la historia de la violencia que se ha anquilosado en el país, el narcotráfico, etcétera. Intenté –y espero haberlo logrado– una novela, una obra de literatura, no un panfleto, no un ensayo, dando cuenta ante todo de la condición humana, de los seres sometidos a una guerra absurda que ya lleva más de 50 años.
Uno de los elementos de la novela que me impresionó más es el manejo de la atmósfera. Al leerla uno no puede evitar sobrecogerse y sentirse perseguido, acorralado...
Fue la misma atmósfera que ocurrió durante la escritura de la obra, la atmósfera diaria del país. No sólo hay que abrir el periódico para padecerla sino salir a la calle y asomarse ante los cientos de desplazados que llegan a las ciudades, sin destino, sin auxilio eficaz por parte del gobierno y, sobre todo, en medio de la total indiferencia de transeúntes y ciudadanos.
¿Qué tan importante es el lenguaje en tu obra? Te lo pregunto porque en esta novela, por ejemplo, es evidente un tono diría casi lírico, poético por momentos.
Es mi estilo, y no sólo caracteriza a esta novela; creo que en todas mis novelas anteriores procuro elaborar con todo cuidado mi trabajo, palabra por palabra. No es nada grato. Los resultados no son siempre favorables. Pero no lo puedo hacer de otra manera.
La primera escena de la novela, en la que aparece desnuda Geraldina, antes de la inminente llegada de la guerra al pueblo ¿puede leerse simbólicamente como una metáfora del fin del paraíso y el descenso al infierno?
Me gusta esa lectura de la primera escena, aunque debo confesar que no tuve esa intención, o la búsqueda voluntaria de esa metáfora, al escribirla. La novela es algo vivo, nos señala sus derroteros, a veces inusitados, y los escritores parecemos al fin sólo mediadores de una memoria colectiva que dictamina las cosas.
La violencia es común en nuestros países. Un lector peruano, por ejemplo, no puede evitar sentirse tocado con lo que pasa el viejo Ismael. Tengo entendido que el pueblo que se narra en la novela es pura ficción. ¿La idea es que pueda ser todos los pueblos al mismo tiempo?
El pueblo es ficción, hasta cierto punto, porque puede ser -cruda y realmente- cualquiera de los pueblos en Colombia inmersos por fuerza en la guerra. Igual, podría ser cualquier otro pueblo o aldea en Latinoamérica. Lo que está sucediendo en Colombia repercute y repercutirá sin ninguna duda en los países que la limitan, y en los demás países. En esta hecatombe, el hambre, la miseria, la guerra, el narcotráfico, la injerencia extranjera, nadie está solo, nadie está a salvo. Antes que sentirnos ecuatorianos o peruanos o venezolanos seamos latinoamericanos, ensanchemos la identidad. Allí están los europeos. Después de muchos años hicieron lo que necesitaban, son comunidad europea, participan de una misma moneda, etcétera. En una reunión con señoras de Guayaquil se indignaron porque dije que lo que estaba ocurriendo en Colombia era un problema que también concernía al Ecuador. Se asustaron. Pero así es, y cuando un país toque fondo en Latinoamérica también los demás países lo sentirán, tarde o temprano. Vamos en el mismo barco. O nos salvamos todos, o nos hundimos.
¿Cómo has asumido toda la parafernalia que ha venido con el Premio Tusquets, los viajes, las innumerables entrevistas, entre otras cosas?
Ha sido algo desconcertante, de verdad. Hace más de un año que no me siento a escribir.
* Versión completa de la entrevista publicada en Correo el lunes 20/08/07.
Etiquetas:
evelio rosero,
los ejercitos,
premio tusquets
Entrevista a EDUARDO CHIRINOS
Eduardo Chirinos y Jorge Eslava no sólo forjaron, a mediados de los 80 en Madrid, una gran amistad, sino que, además, dieron forma al proyecto que luego se cristalizó en Loco amor, un estupendo libro que acaba de ser reeditado por Alfaguara. Eduardo cuenta aquí como se forjó este gran trabajo.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
La génesis de Loco amor se ubica en Madrid del año 1986…
Es una historia bonita en realidad, porque tanto Jorge (Eslava) como yo estábamos becados a pasar un período en Madrid, yo por la Universidad Católica y él por la Universidad de San Marcos. Y lo cierto es que yo conocí a Jorge porque él había ganado el Premio Copé de Poesía en su primera versión de 1982. Y fui a hacerle una entrevista porque trabajaba en el suplemento Perspectiva. Ahí lo conocí e hicimos una cierta amistad. Pero nuestra verdadera amistad nació cuando coincidimos como dos extranjeros extraviados en Madrid. Y él se mudó al hostal Julia donde yo vivía.
Así se fortaleció su amistad…
El es siete años mayor que yo, creo, pero no parece (risas). Lo cierto es que nos hicimos muy amigos y lo seguimos siendo hasta el día de hoy.
¿Y cómo surge la idea de hacer el libro?
Una noche nos reunimos para intercambiar soledades, preparamos una pequeña cena. La amistad y la comida son una buena escenografía para la meditación del amor. El amor nunca busca una buena escenografía para meditar sobre la amistad, pero al revés sí sucede. Entonces, claro, nos pusimos a hablar de nuestras soledades, de nuestros proyectos. Y poco a poco descubrimos que la poesía empezó a hacerse su camino. El empezó a recordar unos poemas, yo otros. Estábamos algo tomados. Y descubrimos que esa combinación de soledad, amistad más alcohol y comida no era más que una reedición modesta del banquete platónico. Y tú sabes que luego del banquete platónico el amor surge como un tema de sobremesa. Y allí surgió con el componente de que nosotros éramos creadores de poesía y con el componente de que nos sentíamos muy solos también. Y allí fue que ocurrió esa idea. Si la poesía era la banda sonora de nuestra soledad por qué no convertirla en un libro.
Loco amor aparece en 1991 bajo el sello Colmillo blanco, ¿cómo así retomaron ese proyecto?
Cuando ya volvimos a Lima, en el año 1990, recordamos aquel proyecto. Y acuérdate que cuando regresa Jorge de Madrid pone en la práctica su viejo proyecto editorial Colmillo Blanco. En España nos paseábamos por las librerías y él iba mirando detalles de edición que luego iba a poner en la práctica Colmillo blanco. Y de algún modo Loco amor fue un libro donde él jugó un poco poner en la práctica todo lo que había aprendido, con los modestos medios de los que podía disponer. Así aparecen los poemas que nos gustaban y toda esa cosa gráfica que Jorge había aprendido.
En esta reedición de Alfaguara se conserva gran parte de las ilustraciones originales…
Sí, en gran parte, lo que pasa es que el otro libro tenía otro formato. Este es un libro de alguna manera distinto en términos gráficos, pero que respeta mucho ese espíritu inicial, no el de combinar grafía con poesía sino el hacer dialogar todos los efectos gráficos que son los que terminan dándole un patrón coherente al libro.
Este libro, a diferencia de una antología tradicional, marca un derrotero particular…
A mí me cuesta trabajo definir este libro como una antología, porque más bien los poemas se integran en torno a una historia de amor desde el deslumbramiento inicial, pasando por la seducción, el encuentro erótico, el éxtasis amoroso, el matrimonio, el aburrimiento y la separación. No quiero decir que ese arco narrativo sea el que corresponda a toda relación amorosa, pero es el que corresponde a una posibilidad amorosa que termina en la separación, no en el odio, porque como decía Luis Hernández los malos no escriben poemas, pero sí en el despecho.
En esta edición se suman nuevos poemas…
Claro, eso hace que el libro sea abierto a otras posibilidades editoriales y que aparezcan más poemas. Porque ahí los nombres de los autores son irrelevantes, no pretende ser una antología de los mejores poetas, es simplemente una selección de poemas que cuentan una historia. Hay una argamasa narrativa debajo que es la que más me interesa.
Poemas que se tornan significativos para uno…
Claro, la elección principal está hecha en base a qué poemas forman parte de la banda de sonido de tu propia vida. Cuando te enamoras recuerdas canciones, recuerdas películas, recuerdas poemas…
*Fotografía de PAVEL UGAZ.
Etiquetas:
alfaguara,
colmillo blanco,
eduardo chirinos,
jorge eslava,
loco amor,
poesia pavel ugaz
miércoles, 15 de agosto de 2007
ESLAVA y CHIRINOS en recital poético
Los estupendos poetas Jorge Eslava y Eduardo Chirinos ofrecerán un gran recital mañana, jueves 16 de agosto, a las 7:00 p.m. La cita es en la sala de conferencias de Petroperú (Paseo de la República 3361, San Isidro). El evento lo organizan Petroperú y el Grupo Santillana. Precisamente Alfaguara acaba de publicar (o reeditar, más bien) Loco amor. Poesía peruana contemporánea, libro compilado por este tándem de lujo (Chirinos-Eslava).
POESIA: Carlos López Degregori
Carlos López Degregori es uno de mis poetas predilectos. “Niña y minotauro” es un poema que viene en la tercera parte (Respiración) de su último poemario publicado en el 2005, titulado Flama y respiración.
NIÑA Y MINOTAURO
Carlos López Degregori
Ahora tienes un Minotauro y una Niña
en esta noche definitiva:
y puede ser la Niña llevando al Minotauro
o el Minotauro
estrechando
a la Niña
en un abrazo mortal.
Tú solo esperas:
Tú siempre has esperado:
Tú sólo presientes sus carreras
por los corredores interminables
los escondites que inventarán
entre las cortinas y las sábanas
las palabras extraviadas
o aturdidas que se dirán en la sombra
el vértigo resplandeciendo en los ojos
la boscosa respiración
los besos
los ruegos
los murmullos:
sin atreverte a elegir
sin pensar en la culpa que al fin
en un doble sueño
repetido
tendrá un rostro
de niña
o Minotauro.
Ahora estás escribiéndolos en este instante paralizado
de inminencia
de anhelante sangre
de temblor
que durará para siempre.
*Tomado de Flama y respiración (PUCP, 2005).
Etiquetas:
carlos lopez degregori,
flama y respiracion,
poesia
martes, 14 de agosto de 2007
Entrevista a EDGAR O'HARA
La nostalgia, el humor y la ironía, características predominantes de la poética de Edgar O’Hara, confluyen en el libro Cada ovillo, cada cordel (Fauno editores, 2007), su más reciente entrega.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
Tanto Por el agua oscura como este nuevo poemario, Cada ovillo, cada cordel, son extensos.
La visión de ese libro se dio en un lapso de ocho años. En ese tiempo los poemas empezaron a ir en distintas direcciones. Yo te menciono solamente dos: el mundo absolutamente de la vida cotidiana y ese mundo invisible que envuelve a la vida cotidiana y que sería lo sacro. Pero hay otras líneas también. Y de pronto me vi en la encrucijada de proponerlos como unidad, por sus contrastes. Y ese es el resultado.
Este poemario reúne todas aquellas inquietudes o necesidades expresivas de tus libros anteriores…
Sí, claro, pero estaban presentes a través de formas poéticas que son no sé si distintas pero que para mí son menos aferradas a lo que yo quería decir. Y de pronto ahora puedo encontrar poemas que pueden ser más largos o en prosa y que son en algunos casos narraciones, pero que más o menos me orientan en una dirección en la que me siento cómodo.
Un tema recurrente en tu poesía es la nostalgia, los recuerdos…
Yo creo que eso es algo que ha estado siempre en mí: el recuerdo y la posibilidad o el intento de atrapar un momento, una escena. Si tú vieras los libritos que he publicado hace muchos años hay también eso. Por supuesto que ahora más agudizado por la experiencia o por la edad. Pero desde que empecé a escribir había una especie de nostalgia o de tajo existencial que me obligaba a tratar de recuperar ciertos momentos.
Otro elemento presente es la reflexión sobre la escritura.
Eso también es de siempre. Como en mi primer libro, Situaciones, del año 1974. Es decir, la relación con el sueño, y cómo en el sueño aparecen ciertas imágenes que pueden al despertar no convertirse en poemas. O las puedo olvidar. Eso está desde el comienzo, pero ahora trabajado de otra manera. Incluso hay un libro del año 1984 que se titula Trayectos para el hereje, cuya primera parte son crónicas de poemas que no lograron ser formados. Y yo reflexiono sobre qué circunstancias o registros de la realidad pueden o no convertirse en poemas.
Y en este libro confluye todo eso…
Claro, en este libro está unificado todo, en lugar de estar separado. Cada poema o cada texto pretende dar cuenta de muchas cosas. Es ambicioso. Yo no sé si logro algo con eso. Pero lo que quiero es crear un efecto.
Tú perteneciste a los fundadores de La Sagrada Familia. ¿Qué recuerdas de esa época?
Claro, fundamos La Sagrada Familia con Kike Sánchez Hernani, Lucho Castillo, Roger Santiváñez y Willy Niño de Guzmán. Recuerdo los lazos de amistad que nos unían, recuerdo tal vez los excesos que nos llevaron a pensar que era fácil hacer una poética de la realidad peruana. Eso duró dos años; sacamos libros y revistas. Fue un momento importante, por lo menos para mí. Aprendí a optar por ciertos caminos y a evitar otros. Y a partir de La Sagrada Familia me di cuenta de que la experiencia grupal no la repetiría. Ya la viví; si otros lo quieren hacer está bien.
¿Por qué?
Considero que para mí ya no tiene sentido. Pero en el momento en el que estaba en La Sagrada Familia sí lo tenía. Por ejemplo, Carlos López Degregori se incorporó a La Sagrada Familia muy brevemente y después salió. Pero él tenía muy claro que ese camino grupal no era para él. Yo no lo tenía tan claro en ese momento.
MAS DATOS
Edgar O’Hara tiene listo un libro sobre las poéticas de Blanca Varela titulado Tiene más de avispero la casa, que incluye un dossier fotográfico de Herman Schwarz. Saldría publicado en España.
*Fotografía de LUIS IPARRAGUIRRE.
**Entrevista publicada el martes 14 de agosto del 2007 en el diario Correo.
Etiquetas:
cada cordel,
cada ovillo,
edgar o'hara,
la noche oscura,
la sagrada familia
domingo, 12 de agosto de 2007
TREN DE ATERRIZAJE
El estupendo escritor y lúcido crítico, José Güich, reaparece hoy domingo con su columna de crítica literaria "TREN DE ATERRIZAJE", en esta oportunidad desde el diario Correo.
RIESGOS CALCULADOS
Escribe JOSÉ GÜICH RODRÍGUEZ
¿Pueden la corrección y eficacia de una historia ser suficientes justificaciones para garantizar, en nuestra era, la trascendencia de un texto literario o en términos más solemnes, su tránsito al santoral diabólico de las letras? Y esa cuestión conduce a otra, a la manera de una reacción en cadena: ¿qué significaría “trascendencia” en este mundo, canibalizado por la estadística y la mentalidad cortoplacista?
A puerta cerrada, libro de relatos de la socióloga y narradora Leyla Bartet, bien debe figurar en un catálogo de libros que cumplen con las aparentemente estrictas reglas del control de calidad de las editoriales mediáticas: historias incitantes, personajes atractivos y situaciones suficientemente morbosas –en algunos relatos– para despertar el interés del público lector y propiciar buenas ventas. De hecho, por lo menos dos de los cuentos deberían ser considerados como respetables muestras de oficio literario y hasta figurar en futuras antologías. Sin embargo, no subyace al texto un criterio orgánico; o al menos, no queda claro si la autora contempló la idea de elaborar puentes que comuniquen a las distintas secciones –tres en total–, o si pensó que esos circuitos se establecerían por sí mismos.
La primera sección, Locuras, aborda el tema de las patologías mentales desde diversos ángulos, especialmente en el siempre suculento universo de los serial killers. Hay elementos de suspenso y ambigüedad, pero el problema de la mayoría de cuentos es el apresuramiento (o a veces previsibilidad) de sus desenlaces.
Mejor fortuna corre el segundo segmento, Juegos Villanos, donde figuran los textos más acabados. Ahí la autora revela su pericia. Uno es "Bahía de Cata", que transcurre en una pequeña localidad venezolana. Está narrado desde la perspectiva de una muchacha, obsesionada con su iniciación sexual, y envidiosa secreta de su muy bien dotada hermana, una tigresa en los terrenos del erotismo. El otro, "Puerta cerrada", es la historia de una mujer joven, esclava de la maternidad. Vive en París con un marido que apenas repara en ella. El final, ciertamente cruel, sorprende y perturba porque recrea pesadillas o, más bien, anhelos inconscientes.
La tercera sección, Olores, colores, en su tratamiento costumbrista, no añade demasiado a los mejores momentos del libro. A fin de cuentas, si esta es una época herida de muerte por la inmediatez y el aséptico cálculo del riesgo, el libro de Bartet no se lee con disgusto, pero queda una sensación de que el exceso de sociologismo –y el pensar en una lectoría muy segmentada– anuló la ambición de ascender a mayores alturas.
Título: A puerta cerrada.
Autor: Leyla Bartet.
Editorial: Peisa, 140 pp.
Etiquetas:
a puerta cerrada,
critica literaria,
jose guich,
leyla bartet,
peisa
viernes, 10 de agosto de 2007
Entrevista a JOSÉ DE PIÉROLA
José de Piérola añade una segunda novela a su planeada trilogía sobre la violencia política. El camino de regreso (Norma, 2007) gira en torno al terrible atentado de Tarata y a la sed de venganza de su protagonista.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR
¿Cómo se origina tu interés, desde el punto de vista literario, por la época de violencia que padecimos?
La semilla fue el año 1992, cuando vi la noticia de la explosión en Tarata. Y poco después empecé a seguir la noticia, prácticamente cada hora, por televisión, por radio o por llamadas telefónicas. Y me afectó mucho porque había tenido la experiencia cercana de la violencia cuando en los 80 yo viajaba por los Andes como ingeniero y visitaba asentamientos mineros. Y en el camino encontraba pueblos andinos muy pequeños. Y veía pueblos desiertos, con pintas, a veces con muertos. Eso se relacionó ese año. Y fue un impacto para mí. Y como siempre tuve la aspiración de escribir, en ese momento me pregunté cómo escribir sobre esto. Y parecía imposible escribir sobre eso.
¿En qué momento empiezas a hacerlo?
Surgió como proyecto cuando empecé a escribir, el año 1998. Unas de las primeras cosas que empecé a escribir fueron cuentos, y algunos de ellos giraban en torno a esa época. Inconscientemente estaba volviendo a esa época. Hice en 1999 un borrador muy grueso, que en realidad eran apuntes, y me di cuenta que ese proyecto iba a ser muy complicado y me di cuenta también que una novela era insuficiente para contar esa historia. Allí nació la idea de hacer una trilogía sobre la época. Pero no una trilogía como tres historias encadenadas sino como tres tomas diferentes sobre la época.
Así surge tu primera novela, Un beso de invierno (que ganó el premio del BCR)...
Claro. Estaba situada más o menos en el año 1993. Esa novela me permitió empezar a trabajar sobre el tema. Y empezó a darme algunas nociones de cuáles son las herramientas que necesito como escritor para poder enfrentar este tema. Y quizás la más importante: que una guerra de este tipo se tiene que narrar desde diferentes puntos de vista, cada cual con su propia visión del mundo. Es decir, incorporar muchos personajes y que cada uno tenga su propia voz y su propia forma de ver lo que ha ocurrido. Eso me parecía más enriquecedor.
En El camino de regreso, al protagonista lo mueve un sentimiento de venganza que lo hace retornar al Perú.
Sí, Fernando pertenece a una esfera de Lima que de alguna manera había estado aislada del conflicto interno. Como ocurrió con Lima gran parte del tiempo. Recién en 1992 fue patente que había un conflicto. Y Fernando recién se da cuenta de lo que está pasando con ese atentado en Tarata en donde muere su padre. Pero su primera reacción, como seguramente fue la del resto del Perú, fue ir, agarrar al culpable y hacerle pagar por eso.
En esa búsqueda de venganza ocurren cosas...
Claro, en el proceso, espero que quede claro, Fernando aprende muchas cosas, empieza a ver una parte del Perú que antes no había visto. Y al final, el acto de venganza no se llega a dar.
Fernando y el camarada Abel habían sido amigos antes de que la guerra los enfrentara.
Una de las cosas terribles que ocurren en la guerra es que se forman bandos, frentes. Y empieza a haber esas divisiones. Amigos, familiares cercanos, empiezan a identificarse con uno u otro lado. Así empieza también la separación, que es traumática y violenta. Hemos visto casos de familias en las cuales un hermano se integraba a un grupo subversivo y el otro no. Y había esa relación tan tensa dentro del seno familiar.
Consideras que esta es el momento justo para escribir sobre el tema, a la luz de la distancia temporal.
Nunca es muy temprano ni nunca es muy temprano para reflexionar sobre un hecho traumático. Sin embargo es importante que haya cierto espacio geográfico temporal. Para que nos permita ver cómo fueron las cosas. Tuve un profesor de filosofía que fue mi asesor y me dijo: el pez no ve el agua. Y es cierto, cuando estás viviendo el momento estás tan metido en las cosas que no te das cuenta de algunos detalles, de algunas razones, o de algunas motivaciones. Necesitas tiempo, necesitas cierta distancia para darte cuenta que no todo era blanco y negro, que había más matices. Y es saludable que nosotros lo estemos haciendo, de alguna manera, temprano; históricamente eso toma mucho más tiempo.
En la novela también se cuenta una historia de amor.
Cierto, a mí me encantan las historias de amor. Y me encanta que sean diferentes a las novelas que son del género, digamos. La historia de amor está en mis dos novelas anteriores, y no pude evitar que a medida que avanzaba esta novela apareciera una historia de amor. Yo creo que esa relación afectiva es una de los más importantes que podemos desarrollar en la vida.
*Fotografía de PAVEL UGAZ.
**Esta es la versión completa de la versión editarda que se publicó en Correo el 10/08/07.
lunes, 6 de agosto de 2007
EDGAR O'HARA presenta nuevo poemario
Otro gran poeta se encuentra por estos días en Lima. Se trata de Edgar O’Hara, quien presentará este miércoles 8 de agosto, a las 7:00 p.m., en la Librería Crisol del Ovalo Gutiérrez, su nuevo poemario titulado Cada ovillo, cada cordel. En la mesa estarán, según me adelanta Edgar, el poeta Kike Sánchez Hernani y el artista gráfico Carlos Sotomayor (mi padre, obviamente), quien se ha encargado del diseño.
POR DONDE TÚ VIENES*
Edgar O’Hara
Por donde tú vienes no hay camino
que siga,
sólo el fósil de aquel canto.
De donde vienes tú
no podrías haberlo imaginado.
La puerta de la casa la talló
el viento.
La casa misma es un refugio
para quien la acompaña.
Los sueños que una y otra vez
aquí raspaban
su propia huella,
rutas de lo precario (eso mismo).
Pero te acostumbrarás a oír
en la próxima visita
el silbido que se pierde, igual que tú,
antes del eco.
*Tomado del libro Cada ovillo, cada cordel (Fauno editores, 2007)
POESIA: Eduardo Chirinos
Como una manera de celebrar la estadía en Lima de mi amigo Eduardo Chirinos, aquí uno de mis poemas favoritos de su último libro.
CUANDO NOS RONDA LA MUERTE*
Eduardo Chirinos
Un león llorando
tras las naves incendiadas. El fuego
del incendio.
¿Qué león?,
¿qué naves incendiadas? Toda
separación es muerte: la carne
que amamos, los ojos, los cabellos,
la deseada piel. El tiempo
nos expulsa de lo que alguna
vez fue nuestro. El tiempo
incendia, el tiempo desvanece.
Y el poema dice su verdad.
Aunque nunca lo escuchamos
el poema arranca nuestros ojos
y dice en voz baja su verdad.
*Tomado del libro No tengo ruiseñores en el dedo (Pre-textos, 2006)
domingo, 5 de agosto de 2007
Entrevista a LORENZO OSORES
Lorenzo Osores, pintor, dibujante, artista gráfico y escritor, publica La sonrisa de la Musaraña (PEISA, 2007), un conjunto de textos pródigos en agudezas paganas, hedonistas y contestatarias. Toda una exploración a su exquisito y singular sentido del humor.
Entrevistan MANUEL ERÁUSQUIN y CARLOS M. SOTOMAYOR
Varios de estos textos tienen su origen en la columna que tenías en la sección de Culturales de Correo. Sin embargo, ese particular sentido del humor que posees ha explorado diferentes géneros expresivos, como la pintura y el diseño gráfico.
Sí, varios de esos textos fueron publicados en mi columna Palomilla de ventana que publicaba en la sección cultural de ustedes. Pero claro, yo básicamente soy un dibujante y un pintor que trabaja en papel de arroz con tinta china. Sin embargo, eso va emparentado a la literatura, y no por gusto mis amigos más cercanos han sido y son poetas y escritores, caso Watanabe, Toño Cisneros, Marco Martos o Balo Sánchez León. Incluso, tengo más amigos escritores que pintores. En ese sentido, mi cercanía a la literatura siempre ha estado presente. Incluso, de algún modo las cosas que pinto o dibujo están emparentadas con la literatura.
Lo bueno de ti es que siempre has tenido un carácter con disposición para con el humor.
Yo estoy convencido de que el humor es un ingrediente de la buena literatura. Por ejemplo, el caso de Borges o de Kafka, que según Augusto Monterroso se revolcaba de risa cuando acabó de escribir La metamorfosis. Y bueno, esa disposición al humor también explica mi participación en publicaciones humorísticas, como Monos y Monadas. En ese sentido, ninguno de los que participamos en Monos y Monadas pensábamos que éramos humoristas. Incluso, en ese momento nadie se propuso hacer del humorismo una profesión, era un elemento natural, algo espontáneo que surgía de nuestro espíritu. Era algo genuino.
¿De dónde te viene esa vocación por la palabra bien escrita, tu aprecio por la estética dentro de un contexto literario? ¿Tu condición de pintor influye también?
Creo que sí, pero también el gusto por el lenguaje viene desde mi niñez. Mi padre era un hombre al que le gustaba que la gente se expresara bien. Si yo cometía un error al hablar me corregía, lo hacía sin que yo me sintiera mal, sin pedantería. Creo que esa es la primera influencia. Después, y sin que lo sepa, Arturo Corcuera también influyó, pues cuando lo iba a visitar él tenía una gran biblioteca, y ahí leí por primera vez Las mil y una noches. Además, también tenía toda la colección de la famosa editorial argentina Losada, que disponía de traducciones de autores europeos. Ahí me embebí de lo mejor de la literatura universal.
La diatriba siempre ha sido una tentación para quienes escriben. Lamentablemente, también existe la tentación de la diatriba sin estilo, chabacana, vulgar y carente de humor.
Para que una diatriba tenga efecto uno no puede ser chabacano o vulgar, de lo contrario sucumbe, convirtiéndose en una diatriba contra uno mismo. Ahora, yo nunca he utilizado la diatriba personalizando, la he usado contra las costumbres. He escrito sátira contra ciertos convencionalismos sociales, contra la estupidez del poder, contra los fundamentalismos religiosos o la intolerancia. Incluso, en La sonrisa de la musaraña hay un texto que se llama “Diatriba contra un canalla ejemplar”, pero no es contra alguien en particular. Es sencillamente contra un miserable que puede ser la suma de muchos miserables.
Tú siempre has dicho que la gente de derecha no tiene sentido del humor.
Es que no conozco a ninguno que lo tenga. Más bien conozco a derechistas que practican el humorismo involuntario, pero eso ya es otra cosa. Por ejemplo, por qué la derecha no ha sido capaz de sacar una publicación de humor, porque la derecha defiende el statu quo. En cambio el humor va precisamente contrariamente a eso, contra lo establecido: Y es que el buen humor es el reino de la libertad total. Incluso, nosotros en Monos Y Monadas o en el Idiota, siendo publicaciones de gente de izquierda, le dábamos duro a los dirigentes de izquierda y a las estupideces de los actos de la izquierda. Nosotros nunca tuvimos esa cosa tendenciosa de parcializarnos con un lado. Nosotros estábamos por encima de esas tonterías.
¿Pero no crees en serio que haya derechistas con sentido del humor?
Que si hay derechistas con gran sentido del humor, sí los hay, como el caso de Borges. Pero cuando él hacía humor nunca era un humor de derecha, porque Borges era demasiado fino e inteligente para hacer humor de derecha. Y para mí lo que ha escrito Borges puede estar dentro de la extrema izquierda de la extrema izquierda (Risas) .
* Fotografía de PAVEL UGAZ.
Etiquetas:
la sonrisa de la musaraña,
lorenzo osores,
pavel ugaz,
peisa
FERNANDO AMPUERO en Babelia
Puta linda, novela de Fernando Ampuero que en Lima dividió en dos a la crítica literaria, ha sido publicada en España -en una bonita edición- por la editorial Salto de página. La última vez que visité a Ampuero, a raíz de la reedición de Paren el mundo que acá me bajo (Estruendomudo, 2007), éste tuvo la gentileza de mostrarme aquella edición de Puta linda. A través de los blog de Paolo de Lima e Iván Thays me entero de una reseña positiva de la novela en el suplemento Babelia del diario El País, firmado por J. Ernesto Ayala. Les dejo el enlace.
miércoles, 1 de agosto de 2007
Entrevista a PABLO DE SANTIS
Ganador del Premio Planeta-Casamérica de Narrativa Iberoamericana, Pablo de Santis estuvo en Lima para presentar El enigma de París (Planeta, 2007) en la Feria Internacional del Libro.
Entrevistan MANUEL ERÁUSQUIN y CARLOS M. SOTOMAYOR
El género policial es una constante en tus novelas...
El género policial aparece en algunas novelas, pero a veces mezclado con elementos de fantasía o de otro tipo de relato. Pero siempre tiene alguna aparición. Por ejemplo, en La traducción: en un congreso de traductores hay una serie de muertes, pero el enigma ahí pasa por la literatura fantástica. Siempre está presente la idea de un enigma, de una investigación, pero no siempre la solución es policial.
¿Esta novela puede leerse como un homenaje al detective clásico?
Sí, para mí siempre es muy atractiva la figura del detective clásico, con su asistente. Es un personaje que Poe inventó y lo inventó de la nada, pues no se parecía nada al que existía en la realidad. Ese detective que no tiene lazo con ninguna institución, que no está casado ni tiene hijos.
Y que tiene, además, un pasado no claro. En El enigma de París, por ejemplo, todos los detectives se han inventado un pasado aristocrático...
Sí, todos se inventan un pasado. Y el detective Arzaky rescata como algo esencial la cuestión de que sean diletantes, que conserven un rasgo amateur, de hacerlo casi por distracción, por puro placer, mientras otro detective quiere que se profesionalice.
En las pullas entre los detectives hay una especie de altivez y de ironía borgeana. Son frases con filo.
Bueno, Borges es un escritor que pesa mucho en los escritores argentinos. Y sí, ellos van a esta reunión de detectives a conversar e intercambiar sus teorías, pero allí aparecen sus viejos rencores.
Y existe una gran egolatría en cada detective, además...
Sí, eso a mí me pareció interesante. Siempre los detectives de las novelas han sido ególatras. Y lo interesante es que yo empecé a escribir la novela no cuando tuve el argumento, sino que esperé hasta que me apareciera esta relación entre detectives y asistentes como el punto fuerte de la novela. Porque a mí me interesó mucho eso de que siempre en el género el que cuenta la historia es el asistente, es el que no sabe, el que no tiene el método.
En la novela, quienes tienen el poder, tienen toda una actitud vertical de maestro impositivo. Pero al final estos maestros tienen rabo de paja.
Sí, yo creo que tengo una mentalidad conservadora para todo mezclada con una sensibilidad anárquica que me lleva como siempre a que las figuras de autoridad terminen resquebrajándose.
Tienes además un vínculo muy fuerte con otro género creativo que es el cómic.
Sí, yo escribo desde los doce años, pero los primeros textos de ficción que publiqué fueron de historietas. Gané un concurso a los 21 años. Recién aparecía la revista Fierro, una publicación importante en Argentina porque mezclaba la historieta con el cine, con la literatura de género. Y tuvo una presencia muy fuerte. En sus páginas escribía, por ejemplo, Ricardo Piglia. Estaban los grandes dibujantes.
El cine es otra influencia...
Yo creo que la literatura busca convertir la lectura del libro para el lector en una experiencia. Y el cine está muy vinculado al mundo de la experiencia. Y como ya el cine tiene tantos años, ya esas experiencias no pertenecen sólo al mundo de uno sino al mundo familiar: las películas que has visto con tus padres, tus abuelos. Por otra parte, el cine estuvo siempre en relación con la narración del siglo XIX, con las novelas clásicas. La novela del siglo XX a veces pierde el compromiso emocional con los personajes. Y el cine lo conserva. Y a mí me interesa eso del cine.
Con el Premio Planeta tienes la posibilidad de ser mucho más conocido. Cómo has manejado esto...
Es algo muy raro para mí. Mis novelas desde hace años se publican en varios idiomas. Nunca hice alguna presentación de mis novelas en Argentina. Cuando aparecía una decía: “Mira, mandaron de la editorial el libro nuevo, qué buena la tapa”, nada más; no era que me cambiaba la vida el libro nuevo, apenas un pequeño comentario con mis amigos. Ahora sí. Desde que salió el libro estuvimos viajando con Alonso (Cueto) de aquí para allá. El libro anda muy bien en Argentina, está primero en ventas, algo que jamás me había pasado.
*Fotografía de PAVEL UGAZ.
Etiquetas:
el enigma de paris,
la traduccion,
pablo de santis,
pavel ugaz,
planeta
Suscribirse a:
Entradas (Atom)